
Durante meses, los supuestos expertos anunciaron el apocalipsis si Javier Milei llegaba al poder en Argentina: más pobreza, hiperinflación, caos social y colapso económico. Hoy, con los resultados electorales sobre la mesa y los primeros grandes datos macroeconómicos consolidados, esas predicciones no solo han fallado, sino que han quedado en evidencia. Lo que está ocurriendo en Argentina bajo Milei no es un experimento teórico: es un choque frontal entre el relato y la realidad.
¡Viva la libertad, carajo! Las recientes elecciones de medio término en Argentina han echado por tierra prácticamente todas las previsiones y marcan otro punto de inflexión radical para la política del país, pero sobre todo para la confianza en las políticas de reforma libertarias en todo el mundo. Porque, ¿acaso hay algo más claro que los resultados concretos?
El partido de Javier Milei, «La Libertad Avanza», obtuvo más del 40 % de los votos en las elecciones de medio término, un resultado que ninguna empresa de sondeos había previsto. Incluso en el bastión peronista, la populosa provincia de Buenos Aires, Milei ganó con un 41,5 % frente al 40,8 % de la oposición, lo que supone un avance histórico en una región que durante décadas ha estado firmemente en manos de la izquierda.
Las consecuencias directas son de gran alcance político: el partido de Milei aumentó sus escaños en la Cámara de Diputados de 37 a 101 de 257, y en el Senado de 6 a 20 de 72. Con esta nueva fuerza, Milei tiene por primera vez desde que asumió el cargo en diciembre de 2023 el poder parlamentario para impulsar su agenda de reformas sin bloqueos constantes. Con 64 nuevos diputados para LLA, se alcanza fácilmente la minoría de bloqueo de 86 escaños.
Sin embargo, en los últimos años, sus críticos han difundido una verdadera avalancha de pronósticos negativos sobre sus planes y objetivos. Motivo suficiente para echar la vista atrás a los errores de cálculo más graves, por supuesto, no sin una pizca de satisfacción. Y con la esperanza de que este modelo, precisamente por estos valores empíricos reales, también tenga buena acogida en otros países.
Veamos, pues, los mitos, las noticias falsas y las predicciones erróneas, y hablemos de los resultados reales de Milei. Y, a continuación, veamos sobre todo qué se puede esperar de él en los próximos meses.
Mito 1: Milei agrava la crisis de la pobreza
En noviembre de 2023, más de 100 economistas de renombre advirtieron en una carta abierta que los recortes previstos por Milei en el presupuesto estatal aumentarían aún más la pobreza del país y provocarían el caos social. The Guardian incluso calificó la victoria electoral de Milei como «un día negro para la democracia» y predijo que el rumbo libertario del «ultraderechista» Milei amenazaría con agravar aún más los graves problemas económicos del país.
Los oponentes de Milei, desde los sindicatos hasta la Iglesia católica, se sumaron a esta opinión: las medidas de austeridad afectarían sobre todo a los más débiles de la sociedad. De hecho, en el primer semestre, los índices de pobreza se dispararon hasta alrededor del 53 %, pero desde entonces se han ido recuperando gradualmente. Los primeros meses de la «terapia de choque» de Milei fueron, por supuesto, explotados mediáticamente: los comedores sociales y las escenas callejeras de familias empobrecidas alimentaron la narrativa mediática de que la política de Milei había agravado y seguiría agravando la precariedad social de forma masiva y sin precedentes.
Sin embargo, casi dos años después, el panorama es completamente diferente. Los nuevos datos económicos refutan todas las previsiones negativas. La tasa de pobreza, que cuando Milei asumió el cargo afectaba a más de la mitad de la población, ha descendido según datos del Gobierno a poco más de un tercio (alrededor del 38 %). Así pues, aunque la política de Milei partía con la «desventaja» de los gobernantes anteriores, está sacando de la pobreza a millones de argentinos.
Tras el impacto inicial, la tasa de inflación también ha caído drásticamente, pasando de más del 200 % en 2023 a alrededor del 30 % anual. Una reducción de casi 15 puntos porcentuales en un año y medio. No hay mejor prueba de que no se necesitan fórmulas milagrosas, sino simplemente actuar de forma lógica y coherente.
Si comparas en el gráfico el primer semestre de 2024 con el primer semestre de 2025, el panorama es bastante claro. En 2024, el 42,5 % de los hogares eran pobres, lo que afectaba al 52,9 % de la población. Entre ellos, el 13,6 % eran hogares extremadamente pobres, a menudo sin hogar, que representaban el 18,1 % de la población. Un año después, se ve el efecto de la política real en lugar del teatro político: la pobreza ha disminuido en torno a un 40 %, y la falta de hogar, en casi un 60 %. Son más de diez millones de personas cuya vida cotidiana ya no se caracteriza por el hambre, el frío y la falta de perspectivas. Y todo ello sin recurrir al crédito. El presupuesto está equilibrado. Y no se trata de un fuego de paja financiado con créditos.
Es notable que ni siquiera estas cifras frenen en lo más mínimo a algunos medios de comunicación. En lugar de tomar nota de los hechos, ahora afirman que los datos están manipulados. Si la realidad no encaja en la narrativa, simplemente se reescribe.
Mito 2: Argentina entrará en una profunda recesión
Se ha afirmado que los planes de Milei, como la abolición del Banco Central y los rigurosos recortes de gastos, tendrían consecuencias devastadoras y provocarían el caos económico. En el primer trimestre de 2024, el producto interior bruto de Argentina se contrajo efectivamente más de un 5 % con respecto al año anterior, y para el segundo trimestre los analistas pronosticaron una nueva caída de alrededor del 1,5 %, lo que supondría el quinto trimestre consecutivo de descenso. La agencia de noticias Reuters informó en septiembre de 2024: «La recesión se agrava bajo la estricta política de austeridad del presidente Milei».
El periódico EL PAÍS informaba, citando al Fondo Monetario Internacional (FMI), diciendo que Argentina seguía en una grave recesión a finales de 2024, a pesar de que la inflación estaba disminuyendo. El FMI preveía una caída del 3,5 % de la economía para todo el año 2024. Los estrictos recortes de gastos de Milei (es decir, la paralización de proyectos estatales y los despidos masivos en la función pública) provocaron fluctuaciones temporales en la economía nacional.
Sin embargo, contrariamente a estas previsiones pesimistas, a finales de 2024 se vislumbró un primer cambio de tendencia. Las cifras oficiales mostraron que la caída económica fue menos grave de lo que se temía. El PIB argentino se contrajo solo un 1,8 % en todo el año 2024, la mitad de lo que se había pronosticado inicialmente, que era de alrededor del 3,5 %.
En diciembre de 2024, el rendimiento económico incluso aumentó un 5,5 % en comparación con el año anterior. Milei presentó las nuevas cifras a principios de 2025 como prueba de la legitimidad de su dura política de austeridad, que él y muchas personas califican como «el mayor ajuste fiscal de la historia».
A la luz de estos acontecimientos, las perspectivas económicas de Argentina hasta finales de 2025 también mejoraron significativamente a nivel oficial. Las instituciones internacionales revisaron al alza sus previsiones. De repente, el FMI espera ahora un fuerte crecimiento de alrededor del 5 % para 2025, una tasa que solo supera en América Latina la de la rica en petróleo Guyana. El Banco Mundial se muestra igualmente optimista y ahora también prevé de repente un crecimiento del PIB del 5 % para ese año.
Hoy sabemos que, bajo el mandato de Milei, la economía se ha recuperado mucho más rápido de lo que se pensaba. Milei ha desmentido a muchos escépticos, y lo ha hecho con nada más que hechos. La economía argentina vuelve a crecer desde finales de 2024. La recesión ha TERMINADO: el segundo trimestre de 2025 ya registró un crecimiento del 6,3 %. No suena como «la peor crisis económica en décadas», como se decía en julio de 2024, ¿verdad?
Mito 3: Se producirá una hiperinflación y el peso colapsará por completo
Tanto los medios de comunicación anglosajones como los alemanes pintaron un panorama extremadamente sombrío. El periódico FAZ, por ejemplo, informó en febrero de 2024 de «un país al borde del abismo», con una inflación superior al 250 %. Se suponía que el nuevo Gobierno de Milei apenas podría controlar la devaluación monetaria y que, más bien, se avecinaba una hiperinflación. El propio Milei reconoció poco después de asumir el cargo que la situación era crítica: «El Gobierno saliente nos ha llevado a una senda de hiperinflación», advirtió en su discurso inaugural en diciembre de 2023. Sin un fuerte choque de política económica, según Milei, la inflación anual podría dispararse hasta el 15 000 %.
Este escenario no se produjo gracias a las medidas adoptadas por el Gobierno, como podemos ver en la siguiente evolución:
La inflación subyacente en Argentina volvió a caer por debajo del 2 % mensual en septiembre de 2025 y, con un 1,9 %, se sitúa incluso 0,1 puntos porcentuales por debajo de la registrada en agosto. Se trata del mejor valor desde 2018. En el sector servicios, los aumentos de precios también han caído a su nivel más bajo en cuatro años. El gráfico de la izquierda muestra las bandas de inflación por grupos de productos y, por primera vez, todas las áreas se sitúan por debajo del 3,5 % mensual. La tendencia a la baja es clara, estable y, hasta ahora, ininterrumpida.
Aquí también observamos que el punto álgido de la crisis se produjo justo en torno a la toma de posesión de Milei. A partir de entonces, la inflación se desplomó literalmente. En poco más de un año y medio, la inflación interanual ha vuelto a caer desde su máximo histórico a valores que Argentina conocía antes del fuerte aumento. La tendencia es estable, no errática. Sin ningún cambio de tendencia.
Esta es la prueba gráfica de que la presión inflacionaria se ha derrumbado tras las reformas de Milei. Y que, en retrospectiva, el discurso sobre la hiperinflación no parece más que propaganda de los supuestos defensores de la democracia.
Así pues, casi dos años después, Argentina se enfrenta a una situación que muchos expertos, algunos de ellos autoproclamados, no esperaban. La hiperinflación pronosticada no se ha producido. En lugar de tasas de inflación de tres dígitos, bajo el mandato de Milei el país disfruta ahora de lo que casi se podría llamar estabilidad de precios. A finales de 2024, la inflación ya había caído drásticamente. Según el INDEC, la tasa anual era del 117,8 %, menos de la mitad que en 2023, cuando alcanzó el 211,4 %. Una caída de 94 puntos porcentuales en un año, mucho más fuerte de lo que habían pronosticado la mayoría de los analistas.
En octubre de 2024, el país experimenta la inflación mensual más baja en tres años. Los precios suben más lentamente de lo que esperaban los críticos. Aquí también surte efecto la política de estabilización de Milei. La política de choque comienza a surtir efecto después de que los valores mensuales hayan caído significativamente desde la primavera de 2024.
¿Qué más podemos esperar de Milei?
Y ahora que hemos revisado los pronósticos fallidos de los supuestos expertos, vamos a ver lo que el gobierno de Milei podría traernos en un futuro próximo.
Reforma fiscal y del mercado laboral
Una parte fundamental de la agenda de Milei es lo que durante décadas se ha considerado un sacrilegio político en Argentina: un sistema fiscal que se pueda entender realmente. Milei no quiere reformar la arquitectura fiscal, sino limpiarla. Menos impuestos, menos excepciones, menos burocracia y, con ello, la oportunidad de que el trabajo y el espíritu empresarial dejen de ser tratados como actos punibles. Incluso el famoso impuesto sobre los salarios («Impuesto País») fue enterrado sin comentarios. Paralelamente, Milei sacude la rígida legislación laboral: contrataciones más flexibles, despidos más sencillos, jornadas laborales más largas, competencias reducidas al ámbito provincial. Los analistas ven en ello el fin de décadas de bloqueos al crecimiento, lo que se traduce, en pocas palabras, en menos Estado y más economía.
Privatización y desestatización
El segundo gran bloque es el desmantelamiento del socialismo de las empresas estatales. Las empresas estatales que llevan años generando pérdidas deben salir al mercado o declararse en quiebra, pero no caer en manos de los contribuyentes. Milei lo dijo abiertamente durante la campaña electoral. Ahora, con mayoría en el Parlamento, se espera que los sectores del transporte, la energía y las finanzas sean los siguientes. Para nosotros, como libertarios, está claro: con la privatización de los ineficientes colosos estatales, Argentina podrá finalmente llegar estructuralmente al siglo XXI.
Reducción de la burocracia y desregulación
El núcleo de las reformas de Milei es la reducción radical de la burocracia argentina. El nuevo Ministerio de Desregulación ha logrado en meses lo que los gobiernos anteriores habían acumulado en décadas de excusas: diez ministerios disueltos, más de 53 000 funcionarios eliminados, cientos de autoridades fusionadas. Y, sobre todo, leyes y reglamentos eliminados a un ritmo vertiginoso. 1246 regulaciones en un año, casi dos al día. Energía, agricultura, inmobiliaria, salud: se están eliminando obstáculos innecesarios en todos los ámbitos. Se trata del proceso de reducción del Estado más drástico en generaciones. La «motosierra» regula lo que los burócratas detestan y los empresarios adoran, porque por fin pueden volver a respirar.
Libre comercio y reforma monetaria
Milei abre Argentina al mercado mundial, en lugar de apostar por la nostalgia proteccionista del Mercosur. Se reducen las barreras a la importación, se amplían los contingentes y se negocia un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos. Al mismo tiempo, Milei se mantiene firme en su proyecto más difícil: la apertura al dólar y la opción de cerrar el banco central. Los argentinos deben poder elegir libremente en qué moneda ahorran y trabajan, una libertad que su propio Gobierno les ha negado durante décadas. Aún no se sabe exactamente cómo y cuándo se producirá la reforma del dólar, pero sí que se producirá.
En resumen, el Gobierno de Milei ha logrado lo que Argentina no veía desde hacía décadas: un presupuesto equilibrado, una inflación en descenso y un ritmo de reformas más propio de una start-up que de un Estado. Desde un punto de vista libertario, se trata de una corrección largamente esperada. Un Estado más ágil, menos regulación y más libertad económica crean por fin un espacio para la innovación y el crecimiento. La resistencia de los grupos de interés tradicionales seguirá existiendo, pero los últimos resultados de las elecciones de medio término muestran que la mayoría de la población sigue respaldando este rumbo.
Si Milei mantiene su línea, los próximos pasos ya están claros: mayores recortes fiscales, grandes oleadas de privatizaciones y una apertura seria al dólar. Argentina podría convertirse, por primera vez en muchas décadas, en el país más libre y con mayor economía de mercado de América Latina. Y eso no solo sería un avance económico, sino una señal política para todo el mundo: la libertad funciona si se le deja funcionar.
Si la política no cumple, entonces tú debes hacerlo
Y aunque todo esto lo tenemos delante, negro sobre blanco, EL PAÍS insiste en compartir artículos sobre lo malo que es el modelo económico de Milei. Claro, la realidad es incómoda cuando no encaja en tu propia visión del mundo.
De todas formas, la verdadera pregunta es: ¿cuánto tiempo más vas a seguir a un dirigente que anuncia reformas al máximo, pero nunca las lleva a cabo? ¿Cuántos años perdidos más se deben añadir antes de que te des cuenta de que esperar no es una estrategia? Vota con los pies, mejor hoy mismo.
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