Argentina y Milei – ¿Qué pasa cuando un libertario toma el poder?

De la hiperinflación al superávit: cómo un gobierno libertario está cambiando el país.

Javier Milei: Una nueva era en Argentina

«A diferencia del pasado, el ajuste recaerá casi por completo en el Estado y no en el sector privado». Estas palabras, pronunciadas por Javier Milei, resumen bien una visión libertaria.

Para él, el Estado debe reducirse a lo esencial: macroeconomía, seguridad y relaciones exteriores. Con esta propuesta de reducir el Estado ganó las elecciones, convirtiéndose en el primer presidente libertario del mundo y en el más votado de la historia de Argentina, con 15 millones de votos.

El 10 de diciembre de 2023, cuando tomó posesión del cargo, se encontró con un país sumido en el colapso económico. Argentina presentaba cifras alarmantes:

  • Inflación de más del 25 % mensual, que alcanza el 211 % anual, la más alta del mundo.
  • Más del 40 % de la población en situación de pobreza.

Esta crisis ha sido fiel reflejo de una larga historia de políticas económicas intervencionistas, agravada en los últimos años por gobiernos que imprimían dinero sin el debido respaldo para cubrir gastos desmesurados.

Ante este panorama, el economista propuso un enfoque radical: eliminar el déficit fiscal, reducir el tamaño del Estado, contener la hiperinflación y restaurar la confianza en la economía argentina.

Poco más de un año después, los efectos de sus estrategias empiezan a notarse. Pero, ¿hasta qué punto ha cambiado realmente Argentina? ¿Y qué oportunidades puede brindar este nuevo escenario a inversores, empresarios y a quienes buscan una mayor libertad económica?

En este artículo, analizamos el impacto de las políticas de Javier Milei y cómo los nuevos cambios podrían hacer de Argentina un destino aún más atractivo para quienes desean vivir y hacer negocios con menos intervención estatal.

Inflación bajo control: ¿un milagro argentino?

Si hubo un símbolo del declive de Argentina en los últimos años, fue la inflación descontrolada: 211 % anual en 2023, la más alta del mundo. El peso argentino valía menos cada día, los precios se duplicaban en cuestión de meses y la población se encontraba en una carrera acuciante por deshacerse de la moneda antes de que se depreciara aún más.

No es casualidad que en las encuestas electorales la hiperinflación apareciera como la mayor preocupación de los argentinos. Por eso, durante la campaña, Javier Milei prometió que la lucha contra la inflación sería su prioridad. Y, a diferencia de tantos políticos, cumplió.

Según llegó al cargo, Milei lanzó un programa económico sobre dos pilares:

  1. Desregulación: reducción de la normativa en diversos ámbitos económicos.
  2. Reforma burocrática: reducir el tamaño del Estado y simplificar los procesos administrativos.

La principal herramienta para ello fue la «Ley de Bases», un paquete de más de 600 medidas, y el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), con unas 300 medidas, para desmantelar regulaciones, recortar gastos y desbloquear la economía. Pero sin mayoría en el Congreso, se enfrentó a una fuerte resistencia política.

Aun así, se cerraron ministerios, se eliminaron subvenciones y se recortaron gastos. Tras un primer intento fallido, Milei consiguió aprobar en julio de 2024 una versión reducida de la «Ley de Bases», que garantizaba unas 200 medidas esenciales para sostener la política económica de choque.

Y llegaron los resultados. La inflación empezó a caer en picado: del 25,5 % en diciembre de 2023 al 2,7 % en diciembre de 2024. En 2024, la inflación había caído al 117,8 %, casi 94 puntos menos que en 2023 (211,4 %).

Inflación oficial en Argentina

Variación (%) con respecto al mes anterior.

Fuente: G1

Lo que parecía imposible hace sólo unos años ha sucedido: los precios han empezado a estabilizarse y los argentinos han dejado por fin de vivir sometidos a la incertidumbre diaria de subidas sin sentido.

El INDEC publicará pronto las primeras cifras de inflación para 2025, y muchos economistas ya proyectan una cifra aún más baja que en diciembre de 2024.

Puede concluirse que la economía argentina por fin está dejando atrás su peor crisis inflacionista en décadas. Y esto nos lleva a otra reflexión más amplia: si Argentina ha conseguido revertir una crisis histórica en tan poco tiempo, ¿hasta dónde puede llevar al país esta disciplina fiscal?

Meter en cintura al Estado: recortes, privatizaciones y reformas que generaron superávit

Aunque la inflación descontrolada era el síntoma más visible de la crisis argentina, el verdadero problema radicaba en la estructura del Estado: un gobierno gigantesco y deficitario acostumbrado a gastar mucho más de lo que recaudaba.

En consecuencia, los recortes del gasto han tenido que ser agresivos. En el primer semestre de 2024, el gobierno argentino redujo su gasto un 35 %, un ajuste que Milei calificó como «el mayor de la historia de la humanidad». La lógica de Milei es simple: si algo no genera valor para la sociedad, debe suprimirse o privatizarse.
Por eso ha desmantelado gran parte del aparato estatal: reducción a la mitad de los ministerios, supresión de organismos como el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) y la agencia estatal de noticias Télam, y recorte de más de 30.000 contratos del sector público entre diciembre de 2023 y octubre de 2024, un recorte que ha significado casi 4.000 millones de dólares de ahorro.

Junto a esto, las privatizaciones se empezaron a poner en marcha, y empresas estatales como Aerolíneas Argentinas se han puesto en venta. Los proyectos de infraestructuras, antes pagados con dinero público, ahora sólo se ejecutarán si el sector privado los financia. Ya no hay lugar para proyectos faraónicos pagados con el dinero de los contribuyentes. El mantra «No hay dinero» se hizo realidad.

Por primera vez en 14 años, Argentina ha empezado a registrar superávit fiscales todos los meses.

El superávit primario es un indicador crucial de la salud fiscal del país, muestra si el gobierno es capaz de pagar sus facturas sin tener que imprimir dinero o pedir prestado. Fuente: UFM

En otras palabras, el Gobierno ha logrado recaudar más de lo gastado, rompiendo un ciclo de déficits persistentes durante años. Así, en 2024, Argentina cerró el año con un superávit financiero del 1,8 % del PIB, algo que no ocurría desde 2010 y que supone el mejor resultado fiscal en 16 años.

El ajuste aún no ha concluido, pero Argentina tiene ahora un Estado más pequeño y una economía más equilibrada, lo que significa que es un país que empieza a recuperar la confianza de los inversores.

Disminución del riesgo país: ¿El nuevo Presidente devuelve la confianza al mercado?

Cuando asumió el cargo, Javier Milei había heredado una deuda pública superior al 60 % del PIB, junto con un historial de impagos y dificultades para pagar los compromisos internacionales, factores que elevaron el riesgo país, indicador clave de la confianza de los inversores en la capacidad del Gobierno para cumplir sus obligaciones.

La mayor parte de esta carga financiera procede de un préstamo de 44.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), suscrito en 2018 por el Gobierno de Mauricio Macri, que aún se está renegociando.

Sin embargo, las acciones implementadas en el primer año de gobierno comenzaron a revertir la percepción negativa del mercado, lo que se ha traducido en una importante caída del riesgo país, que cayó de los 1.900 puntos básicos a comienzos de 2024 a menos de 600 puntos en enero de 2025, el nivel más bajo desde 2018.

Fuente: UFM

Este índice, calculado por J.P. Morgan, funciona como termómetro de la estabilidad económica de un país. La significativa reducción indica que Argentina es vista ahora como un destino menos inseguro para la inversión y la financiación, lo que señala un entorno económico más predecible.

Otro reflejo de este cambio ha sido la revalorización del índice S&P Merval, principal indicador del mercado bursátil argentino. En 2024, el Merval registró una subida de 114,9 % en dólares, marcando el mejor desempeño general del año y el mayor crecimiento del índice desde 2003, cuando subió 134,14 %.

Fuente: CNN Brasil

A modo de comparación, el Ibovespa (Brasil) cayó un 29,92 % en dólares en el mismo período, la mayor caída desde 2015. Mientras los inversores extranjeros reducían su exposición a Brasil, la Argentina de Milei atraía capitales y ganaba relevancia en los mercados internacionales.

El optimismo también se ha visto reforzado por las agencias de calificación. En enero de 2025, Moody’s Ratings ha mejorado la calificación crediticia de Argentina para las emisiones a largo plazo en moneda extranjera y local, cambiando su perspectiva de «estable» a «positiva».

Gracias a la recuperación de la confianza y a un entorno empresarial más predecible, el FMI prevé que el PIB de Argentina crezca un 5 %, convirtiéndose en el mayor de Sudamérica en 2025 y 2026. Si estas previsiones se materializan, Argentina se convertirá en un ejemplo de recuperación económica en América Latina, rompiendo con un pasado de inestabilidad e incertidumbre.

Reducción de impuestos: menos Estado y más mercado

La reducción del tamaño del Estado no sólo se ha materializado en recortes del gasto y privatizaciones. La política fiscal argentina también ha experimentado cambios significativos.

Si con unos impuestos elevados se desincentivaba el crecimiento y se creaban distorsiones en la economía, ahora el gobierno de Milei ha activado un programa de exenciones, reduciendo la presión fiscal sobre la población y facilitando el flujo de capitales.

Con Milei se han introducido siete cambios importantes en la estructura fiscal de Argentina, que van desde el impuesto sobre la propiedad y la renta hasta los aranceles de importación y exportación.

Reducciones y ajustes fiscales

  • Impuesto a los Bienes Personales: El Gobierno ha aumentado el mínimo no imponible de 27 a 100 millones de dólares, reduciendo significativamente la base de contribuyentes de este impuesto. Además, los tipos para el ejercicio fiscal 2023 se han reducido a una horquilla entre el 0,5 % y el 1,5 %, con un beneficio especial del 0,45 % para quienes opten por pagar cinco años por adelantado.
  • Impuesto sobre la renta: Se ha restablecido la cuarta categoría del impuesto a las ganancias, haciéndolas más progresivas. También se ha elevado el mínimo no imponible, garantizando que menos argentinos tengan que pagar el impuesto sobre la renta.
  •  Aranceles de importación: El gobierno ha recortado los aranceles de 89 productos esenciales, reduciendo así los costes para empresas y consumidores. Entre los principales recortes, los neumáticos pasaron del 35 % al 16 %, y los pequeños electrodomésticos bajaron del 35 % al 20 %.
  •  Importaciones para pequeños consumidores: El límite para compras internacionales se ha aumentado de 1.000 a 3.000 dólares, lo que facilita el acceso a productos extranjeros sin la tradicional burocracia. Además, las compras de hasta 400 dólares han quedado exentas de impuestos de importación, por lo que sólo hay que pagar el IVA.
  •  Fin del impuesto PAIS: El Gobierno no ha renovado el impuesto PAIS, un gravamen que encarecía las transacciones en dólares y repercutía directamente en productos y servicios internacionales, como las suscripciones a Netflix, Spotify y otras plataformas de streaming. Con esta medida, el dólar ahorro y el dólar tarjeta se han abaratado, reduciendo costes para quienes consumen o invierten en el extranjero.
  •  Derechos de exportación (Retenciones): Se ha establecido una reducción temporal de las retenciones a los productos agrícolas, con impacto directo en productos como soja, trigo, maíz, girasol y sus derivados. La medida es válida hasta el 30 de junio de 2025.
  •  Impuestos sobre coches y motos: Para impulsar el sector automovilístico, el Gobierno ha reducido los impuestos sobre los vehículos, lo que ha provocado una caída estimada del 15 % al 20 % en los precios de venta. Se han otorgado también incentivos a la importación de vehículos eléctricos e híbridos, facilitando el acceso a las nuevas tecnologías y promoviendo la renovación del parque nacional.

Según Milei, el plan para 2025 incluye una reducción del 90 % de los impuestos federales, lo que convertirá a Argentina en el país más atractivo de América Latina para los negocios y la inversión.

También quiere devolver a las provincias la autonomía fiscal que han perdido a lo largo de los años, descentralizando la recaudación de impuestos y dando más libertad a los gobiernos locales para fijar sus propias políticas fiscales. Esta descentralización podría poner fin al anticuado modelo de dependencia del gobierno federal, haciendo el sistema más ágil y eficiente.

Si estas reformas avanzan, Argentina podría dejar atrás décadas de modelo estatista y convertirse en un centro de libertad económica, atrayendo a empresarios e inversores en busca de un entorno fiscal más predecible que favorezca el crecimiento.

Peso, dólar y cripto: el futuro de las divisas argentinas

Javier Milei llegó a la presidencia prometiendo aniquilar el peso, abolir el Banco Central y dolarizar la economía. Pero ¿cómo se ha convertido el peso argentino en la moneda más valorada del mundo en 2024?

La respuesta a esta aparente contradicción se encuentra en dos frentes: fin de la impresión desenfrenada de dinero y reducción drástica del déficit fiscal.

Como resultado, y para sorpresa de todos, el peso argentino ha registrado una apreciación real del 44,2 %, convirtiéndose en la mejor moneda del mundo en 2024, por encima de la lira turca, que se situó en el 21,2 %.

El «peso fuerte» ha tenido efectos mixtos en la economía argentina. Por un lado, los salarios en dólares han aumentado significativamente, con el salario mínimo pasando de 156.000 a 272.000 pesos en el transcurso de 2024 – un salto nominal del 76 %.

En dólares, el valor pasó de 157 a 228 dólares, lo que refleja la apreciación de la moneda local. No obstante, este fortalecimiento del peso también ha encarecido el coste de la vida y la producción.

A pesar de la apreciación del peso, Milei no ha abandonado su plan de dolarización. De momento, la sustitución brusca del peso ha resultado inviable a corto plazo, debido a la falta de reservas internacionales y al riesgo de colapso del sistema bancario.

La dolarización endógena y el fin de la tensión cambiaria

Sin reservas suficientes para dolarizar el país de golpe, el gobierno ha optado por una estrategia denominada «dolarización endógena», que permite al mercado migrar naturalmente al dólar o a otras monedas. En la práctica, esto significa que los argentinos pueden ahora elegir en qué moneda quieren realizar sus transacciones, sin imposiciones gubernamentales.

Entre las medidas para conseguirlo están:

  • Autorización para que los establecimientos muestren los precios en varias divisas, incluidos dólares y criptomonedas.
  • Facilidad de uso de las tarjetas de débito para los pagos en divisas.

Mientras el peso resiste y el dólar gana terreno, las criptodivisas avanzan como una alternativa real al sistema financiero tradicional. Entre junio de 2023 y junio de 2024, Argentina superó a Brasil para convertirse en el mayor mercado de criptodivisas de América Latina, al facturar 91.100 millones de dólares frente a los 90.300 millones de Brasil.

El Gobierno argentino legalizó los contratos en Bitcoin (BTC) a finales de 2023 y ya ha declarado que la adopción oficial de la criptodivisa como moneda legal podría estar en camino. La expectativa es que, a partir de este año, cualquier argentino pueda comprar, vender y pagar facturas en la moneda de su elección -ya sea peso, dólar o Bitcoin- sin intervención estatal, siguiendo el modelo de El Salvador.

Con un panorama monetario en plena transformación, pronto dependerá de los argentinos decidir qué moneda adoptan.

¡Se acabó el cepo bancario!

Aunque esto no es algo que haya ocurrido exactamente en el primer año de Javier Milei, no hemos querido dejar de comentarlo, pues es uno de sus mayores logros: la eliminación del cepo bancario. Pero empecemos por el principio.

El cepo bancario o cepo cambiario consistió en un conjunto de restricciones impuestas por el gobierno para limitar la compra de dólares y otras divisas extranjeras por parte de ciudadanos y empresas. Surgieron en 2011, con Cristina Kirchner. Su objetivo era que los argentinos no pudieran escapar del expolio del gobierno, o como dicho de manera más bonita: era para evitar la fuga de capitales y proteger las reservas del Banco Central, en un contexto de alta inflación y desconfianza en el peso argentino

El cepo suponía un límite de compra de dólares, las personas físicas solo podían comprar hasta 200 USD al mes en el mercado oficial, y muchas veces ni siquiera podían acceder a ese monto debido a requisitos adicionales y controles. Luego había además impuestos, como un recargo del 30% y luego otro del 35%, encareciendo aún más el acceso a los dólares. Las empresas lo tenían todavía más complicado para acceder a los preciados USD.

Pero ahora, en abril de 2025, el presidente Javier Milei anunció la eliminación del cepo cambiario para las personas físicas, permitiendo la compra libre de dólares a través de bancos y plataformas oficiales, sin límites ni impuestos extras. Para las empresas, la liberalización total tendrá que esperar todavía un poco, pero el primer gran paso ya se ha dado y, al contrario de lo que la oposición nacional e internacional (los kirchneristas y socialistas del mundo) auguraban, la economía Argentina en general y, concretamente, la divisa no ha sufrido ninguna crisis.

¿Qué es lo que este logro ha supuesto para los argentinos e inversores en general? Pues bien, ahora cualquier persona puede comprar dólares en el mercado oficial, sin límites mensuales ni impuestos adicionales, usando su cuenta bancaria, de forma que no haga falta ya el mercado negro que se había creado respecto al dólar y demás divisas extranjeras. Esto supone que los argentinos ya no tienen que vivir con el miedo de que en cualquier momento el dinero que tienen pueda desaparecer por arte de magia (magia=inflación del peso argentino). A medio plazo esperamos que la eliminación del cepo cambiario atraiga inversiones, facilite el comercio exterior y ayude a estabilizar la economía. ¡Casi nada!

Seguridad en Argentina: Histórica caída de los índices de criminalidad bajo el Gobierno de Javier Milei

Aparte de las reformas económicas, la seguridad pública también ha experimentado cambios significativos en el primer año de mandato de Milei. En 2024, Argentina ha registrado su tasa más baja de homicidios dolosos en 25 años.

Las cifras hablan por sí solas: la tasa de homicidios descendió a 3,8 por cada 100.000 habitantes, frente a los 4,4 de 2023, lo que supone una reducción del 11,5 % del total de asesinatos. En 2024, se registraron 1.810 homicidios, frente a los 2.046 del año anterior. Con este descenso, Argentina se ha convertido en uno de los países más seguros de América Latina, sólo por detrás de El Salvador (1,9 homicidios por cada 100.000 habitantes).

El caso más representativo ha sido la ciudad de Rosario, históricamente la más violenta del país debido al narcotráfico y a las disputas entre facciones criminales. En sólo un año, el número de homicidios se desplomó un 65 %, pasando de 261 asesinatos en 2023 a 90 en 2024.

El gobierno atribuye esta mejora a las políticas de lucha contra el crimen organizado, al aumento de la presencia policial y al endurecimiento de las operaciones. A título comparativo, Brasil registra 19 homicidios por cada 100.000 habitantes, casi cinco veces más que Argentina.

Con esta reducción histórica de la violencia, Argentina refuerza su posición como destino cada vez más seguro tanto para sus propios ciudadanos como para los extranjeros que quieran vivir e invertir en el país.

Las cifras demuestran que la lucha contra la delincuencia sigue la misma lógica que la política económica de Milei: menos tolerancia con los abusos, más eficacia en los resultados.

Paro y pobreza: la verdad que no cuentan los medios de comunicación

Desde su primer día en la Casa Rosada, Javier Milei dejó claro que no haría promesas vacías de prosperidad inmediata. Advirtió que las medidas para reequilibrar la economía tendrían un coste, y que Argentina pasaría por un periodo de dolorosos ajustes antes de recoger los frutos de la estabilidad.

Mientras la prensa insistía en la narrativa de un «catastrófico aumento de la pobreza», la realidad es que la crisis social ya existía incluso antes de que Milei asumiera el cargo.

Cuando llegó a la presidencia, la pobreza en Argentina ya superaba el 40 %, herencia de un país roto por el excesivo intervencionismo estatal y el dispendio público. En los primeros meses del ajuste fiscal, los índices llegaron a superar el 50 %, un reflejo temporal de la corrección de las distorsiones acumuladas durante décadas. Pero, en contra de lo que muchos pronosticaban, la situación ha empezado a revertirse.

Las cifras muestran una mejora significativa. La pobreza, que llegó a alcanzar el 55 %, ha descendido ahora a un nivel cercano al 39 %, mejor que cuando Milei tomó posesión del cargo.

Con el ajuste fiscal en marcha, la inflación bajo control y el dólar estabilizado, la población empieza a sentir los primeros signos de recuperación.

Asimismo, la proporción de población empleada aumenta, a pesar del recorte de funcionarios

Fuente: INDEC

El sector privado empieza a absorber esta mano de obra y el mercado laboral muestra signos de recuperación sin depender del Estado como sostén.

Aprobación de Milei: El Libertario se mantiene firme

Fuente: infobae.com

Desde su toma de posesión, Javier Milei se ha enfrentado a críticas, predicciones de colapso y a apuestas de que no llegaría al final de su primer año de mandato.

Las comparaciones con la crisis de 2001-2002, cuando Argentina tuvo cinco presidentes en un año, fueron recurrentes. Algunos analistas decían que su gobierno llevaría al país a una nueva hiperinflación como la de 1989, cuando los precios se dispararon un 3.079 % anual. Pero un año después, estos escenarios catastrofistas simplemente se han desvanecido.

Por el contrario, ha sobrevivido y consolidado su popularidad. Elegido en segunda vuelta con el 56 % de los votos, el presidente argentino goza ahora de un índice de aprobación superior al 60 %, según Morning Consult.

En enero de 2025, la misma encuesta mostraba a Milei como el tercer líder mundial mejor valorado, con un 65 % de apoyo, sólo superado por el primer ministro de la India, Narendra Modi (75 %), y la recién elegida presidenta de México, Claudia Sheinbaum (66 %).

¿Qué explica la popularidad de Milei?

Sus predecesores, Alberto Fernández, Mauricio Macri y Cristina Kirchner, vieron caer rápidamente sus índices de aprobación a medida que se acumulaba el desgaste político. Milei, en cambio, ha conservado su sólida base. ¿La razón? Mantenerse firme.

Muchos esperaban que, ante las dificultades, Milei abandonara su política de choque económico y recurriera a medidas populistas para contentar a la opinión pública. En cambio, no retrocedió, redujo la inflación a poco más del 2 % mensual, estabilizó el dólar y empezó a revertir la crisis fiscal.

Argentina con Milei: Un nuevo horizonte para los que buscan la libertad

La Argentina de hoy ya no es el mismo país ahogado en la inflación, la burocracia y las crisis cíclicas. En sólo un año, las profundas reformas implementadas por el primer presidente libertario del mundo han comenzado a mostrar resultados concretos: la inflación se ha desplomado, el superávit fiscal se ha hecho realidad, la economía ha dado señales de recuperación y la seguridad ha alcanzado niveles históricos.

Con un gobierno que reduce la injerencia estatal, desburocratiza la economía y busca un entorno más favorable para empresarios e inversores, Argentina empieza a convertirse en una opción viable para quienes desean más libertad, menos impuestos y nuevas oportunidades.

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