11 factores a tener en cuenta antes de decidirte por una segunda nacionalidad

¿Alguna vez has pensado si deberías solicitar una segunda ciudadanía?, ¿no tienes claro si realmente te interesa? En este artículo te hablamos de diferentes factores que debes tener en cuenta antes de tomar la decisión.

La demanda de segundas ciudadanías siempre ha sido muy alta entre ciudadanos latinoamericanos, sin embargo, desde que en Estados Unidos introdujeron la tributación por nacionalidad y con el creciente miedo de los ciudadanos de países occidentales (Canadá, Australia y en general Europa) a posibles crisis económicas e incluso bélicas, además de a las constantes medidas de control e intentos de exprimir fiscalmente cada vez más a sus ciudadanos y habitantes, ahora ya también son los ciudadanos de los países más ricos y desarrollados los que dan importancia a conseguir un pasaporte adicional.

En este artículo hablaremos en general de 11 factores que has de tener en cuenta al elegir una segunda nacionalidad y nos sumergiremos más a fondo en los 3 primeros factores, con especial énfasis en la libertad de viajar. Es posible que en un futuro publiquemos una segunda parte, en la que desarrollemos más a fondo los otros 8 factores. Sea como sea, puedes encontrar información detallada sobre muchas de las opciones que tratamos aquí en nuestra Enciclopedia Librestado de Segundas Nacionalidades.

En Librestado llevamos ya más de 7 años apoyando a nuestros clientes con un plan B (y a menudo también con un plan C, D, E…). Aplicando la teoría de las banderas, intentamos encontrar la mejor protección para las circunstancias particulares y preferencias de cada individuo. Decisiones tan importantes como esta dependen mayoritariamente de los deseos e inquietudes individuales —especialmente cuando se trata de la bandera de la ciudadanía—. Para muchos, un permiso de residencia (permanente) suele ser suficiente.

Además, hay que tener en cuenta que muchos de los típicos programas de ciudadanía por inversión se publicitan masivamente con información engañosa —especialmente los de países del Caribe—, y mucha gente desinformada termina confiando ciegamente en estos anuncios y cayendo en desagradables trampas.

En el artículo de hoy, por tanto, nos gustaría aprovechar nuestra experiencia para analizar algunos de los factores más importantes que tener en cuenta al decidirse por un programa de ciudadanía. Estos factores no suelen aparecer en las campañas de marketing habituales de la mayoría de países, o se presentan de forma engañosa. Naturalmente, también analizaremos algunas de las mejores opciones a nuestros ojos, que por supuesto podemos ayudarte a aplicar a través de nuestros socios internacionales. En nuestra enciclopedia Librestado de pasaportes, que puedes comprar a través de este enlace, encontrarás más información y, sobre todo, más detalles sobre cada uno de estos programas. No dudes en ponerte en contacto con nosotros si deseas asistencia para solicitar una nueva ciudadanía.

Los 11 factores fundamentales para escoger una ciudadanía adicional

A grandes rasgos, podemos hablar de 11 criterios decisivos a la hora de decantarse por una ciudadanía adicional u otra. Todas estas decisiones deben plantearse siempre en relación con la ciudadanía existente, de forma que los distintos destinos ganan o pierden interés en relación a tu ciudadanía actual.

A efectos de este artículo, vamos a partir de la base de que tienes ya alguna nacionalidad occidental (española, italiana, portuguesa, etc.) y que la mantendrás en un futuro, pues actualmente aporta más ventajas que problemas. Si no es el caso y únicamente tienes pasaporte en un país latinoamericano (México, Chile, Argentina), quizás uno de tus primeros objetivos debería ser conseguir ciudadanía en algún país de la Unión Europea. En este sentido, España suele ser una de las mejores y más rápidas opciones, especialmente en combinación con el régimen de impatriados (ley Beckham).

Sea como sea, dado que la nacionalidad en un país europeo u occidental puede convertirse en un lastre en un futuro, también debes ser consciente de las ventajas que podrías perder y de los problemas que puede acarrear poseer un pasaporte occidental. Siempre tienes la opción de renunciar por completo a tu nacionalidad si consideras que existe una alternativa viable para alcanzar tus metas y temes que la expatriación se complique en el futuro.

Ahora, veamos los 11 factores decisivos para escoger una segunda nacionalidad (en este artículo solo profundizaremos en los 3 primeros):

  • Libertad relativa para viajar: con un pasaporte fuerte, como podría ser el español, portugués, italiano o argentino, por ejemplo, este no es un factor especialmente relevante. Sin embargo, con la combinación adecuada, puedes ampliar aún más tu libertad para viajar y acceder a oportunidades globales que de otro modo estarían vetadas. No debes olvidar qué ocurriría si renunciaras a la nacionalidad alemana, y también deberías tener en cuenta la posibilidad de adquirir una tercera, cuarta, etc. nacionalidad.
  • Afiliación supranacional: ser ciudadano de la UE tiene bastantes ventajas y, a día de hoy, apenas algunas desventajas menores. Sin embargo, existen otras entidades supranacionales además de la UE con diversos grados de integración: el Mercosur sudamericano, la Caricom caribeña, la CEDEAO de África Occidental, entre otras alianzas. Debes conocer las ventajas e inconvenientes asociados a estas entidades a la hora de elegir tu futura ciudadanía.
  • Apoyo diplomático vs. control estatal: a pesar de su declive, la UE y muchos de sus países miembros siguen siendo una potencia económica y política con numerosas embajadas y consulados honorarios en todo el mundo. La ciudadanía de un microestado no ofrece tantos niveles de contacto, pero, por otra parte, una fuerte presencia gubernamental en el extranjero también puede acarrear desventajas y peligros.
  • Servicio militar obligatorio y riesgo de guerra: este es un tema que actualmente preocupa a muchos jóvenes —y padres—. Elegir la nacionalidad equivocada en el momento menos indicado puede tener consecuencias fatales. De todos modos, que exista un servicio obligatorio en el país no es algo necesariamente malo, e incluso puede ser una ventaja; y tanto el servicio militar obligatorio como la movilización general de todos los varones adultos solo es problemática en función de la amenaza real de que dicho país entre en guerra.
  • (no)Cooperación con el país de origen: una segunda ciudadanía debería ser, ante todo, un seguro contra futuros acontecimientos perjudiciales que afecten a tu país de origen. Por tanto, la posición del Estado de tu nueva ciudadanía con respecto al país de origen es fundamental: ¿existe demasiada cooperación entre ambos países? ¿Los políticos de tu país de origen influyen activamente en este otro Estado?
  • Estigmas por la compra de un pasaporte: muchos compradores de pasaportes ven este factor desde fuera, y es que una persona blanca con pasaporte caribeño llama tanto la atención como una persona negra con pasaporte camboyano: la probabilidad de que estos pasaportes se adquirieran por nacimiento o residencia es bastante baja, nos guste o no, y en muchos casos esto puede acarrear importantes desventajas en el día a día. Incluso a pesar de la exención de visado, esto podría darte problemas al entrar al país.
  • Familia y herencia: ¿quieres adquirir una nacionalidad solo para ti, o también para tu familia? ¿Qué tasas adicionales tendrás que pagar por cada miembro de tu familia? ¿Pueden optar a esta ciudadanía padres, hermanos u otros parientes? ¿Se beneficiarán también de la nueva nacionalidad tus futuros cónyuges e hijos? Debes plantearte todas estas preguntas antes de escoger un destino en función de tus circunstancias personales.
  • Denegación del pasaporte: una nueva nacionalidad solo te reportará beneficios si puedes hacer buen uso de su correspondiente pasaporte. Por tanto, debes fijarte bien en las condiciones locales de validez y posible rechazo. Esto es algo que puede variar mucho entre las distintas ciudadanías.
  • Renuncia a la nacionalidad: a pesar de tener en cuenta todos los factores mencionados hasta ahora, puede que te veas obligado a renunciar a tu nueva ciudadanía en un futuro. ¿Sabes si dicho país lo permite y en qué condiciones? ¿Sabes qué se debe tener en cuenta al renunciar a tu actual nacionalidad?
  • El esfuerzo burocrático y de procesos KYC al realizar la solicitud: este es un factor muy subestimado por los empresarios que valoran su tiempo —más aún si tienen familia—. El proceso de solicitud puede durar, en función del programa, desde unas pocas horas a unos cuantos cientos de horas. La duración real, los requisitos in situ y demás factores burocráticos varían mucho de un país a otro; y es importante relativizarlo. Sabemos lo frustrante que resulta invertir decenas de horas de trabajo en una solicitud para que después la rechacen alegando que se firmó con un bolígrafo del color equivocado.
  • Costes (ocultos) y contravalor: Naturalmente, la elección de nacionalidad también depende mucho de los costes, aunque hay muchas cosas que tener en cuenta y que pueden pasarse por alto a simple vista. Por ejemplo, los costes totales de algunos programas suelen ser inferiores a los de otros, pero a menudo cobran elevadas comisiones en letra pequeña además de importes de inversión inferiores, lo que encarece enormemente el proceso. Es importante mantener una visión de conjunto o, de lo contrario, puedes perder rápidamente una fortuna —sobre todo si te acompañan varios miembros de tu familia—.

Libertad relativa para viajar

Los pasaportes europeos están en general considerados como los más fuertes del mundo. Actualmente, Emiratos Árabes tiene el título de mejor pasaporte, título que le arrebató a Alemania, que pasó de 179 a 177 países exentos de visado. El pasaporte español está en segundo puesto con sus 178 países exentos de visado, y el tercer puesto, con 177 países sin visado, lo comparten Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Luxemburgo, Austria y Suiza. Estados Unidos y Canadá con sus 172 países exentos de visado estarían en octavo puesto. A partir del puesto 13 encontraríamos países latinoamericanos, empezando por Brasil (puesto 13), luego Argentina (14), Chile (15), México (20), Uruguay (21), Perú (23)… Las dictaduras americanas estarían bastante más atrás, Venezuela en el puesto 41 (entrada a 127 países sin visado) y Cuba en el 69 (entrada a 77 países sin visado). Entre los peores pasaportes tendríamos el de Pakistan, Somalia, Irak, Afganistan y Siria, pasaportes que permiten visitar entre 46 y 39 países sin visado.

Sea como sea, un criterio de clasificación como este, que solo tiene en cuenta el número de países exentos de visado, es engañoso en muchos sentidos: la exención de visado a la entrade de un país debe responder realmente a tu interés personal de viajar a dicho país para considerarse un ventaja. Solo porque España tenga acceso sin visado a algunos países en vías de desarrollo que no sabrías ni ubicar en un mapa no significa que el pasaporte español sea el mejor del mundo para viajar. Sí, no cabe duda de que es muy práctico para Turistas Perpetuos extremos como Christoph Heuermann, cofundador de Librestado —que ya ha visitado todos los países del mundo sin sufrir grandes problemas de visados—, pero para el empresario o inversor normal, poder viajar a lugares recónditos resulta bastante irrelevante.

La libertad para viajar debe medirse, por ejemplo, por la dificultad de obtener visados. Algunos países exigen certificados de buena conducta para obtener un visado. En muchos países, como en Alemania, de donde es Christoph) solicitarlos desde el extranjero es un proceso sumamente largo y tedioso. En cambio, en otros países como Paraguay o España se expiden en cuestión de un día o incluso online. Otro ejemplo: los estadounidenses pueden entrar en Guinea Ecuatorial sin visado, mientras que los europeos deben pasar por un complejo proceso para obtener un visado. Por otra parte, los estadounidenses padecen muchas restricciones al viajar a «países enemigos», algo que no ocurre cuando tienes pasaporte argentino, chileno, mexicano o español. Obtener un visado para Corea del Norte, Irán o Venezuela es extremadamente laborioso para los ciudadanos estadounidenses y requiere de mucho esfuerzo y tiempo. Para los hispanohablantes, en cambio, estos países o bien están exentos de visado o bien te permiten obtener uno a la llegada al aeropuerto (visa on arrival).

También a la hora de evaluar la libertad para viajar deberás recurrir a una buena y objetiva labor de documentación en diversas listas, rankings y clasificaciones: ¿permite este país el visado electrónico o el visado a la llegada a territorio nacional? ¿Se aplica realmente de la misma manear en todos los países de la clasificación? El pasaporte alemán, por ejemplo, permite entrar en muchos países de África Occidental que en realidad requieren visado a la llegada previamente aprobado. Sí, requiere un cierto esfuerzo, pero mucho menos que si tuvieras que enviar tu pasaporte a una embajada o incluso debieras presentarte personalmente allí. Christoph viajó a Nigeria con un visado de negocios a la llegada preaprobado con fines turísticos para evitar tener que solicitarlo personalmente en Berlín.

Aunque realmente necesites un visado, hay que tener en cuenta lo largo que es el proceso y lo importante que es el país. Quien viaja a un Estado en la lista negra de Estados Unidos, por ejemplo, pierde la opción del ESTA —que se debe renovar cada dos años—, y deberá obtener un visado B1/B2 de turista y/o negocios para poder entrar legalmente en los Estados Unidos. Aunque conseguir una cita suela requerir una espera de varios meses y presentarse personalmente en la embajada (en el país de origen), también trae consigo ventajas adicionales (180 días de estancia en lugar de 90), y da acceso a la entrada múltiple con una validez de 10 años. Por último, pero no por ello menos importante, también te ahorra mucho estrés a la hora de entrar en el país, porque se tiene mejor posición cuando se cuenta con un visado. Por tanto, no tener un ESTA no es necesariamente una desventaja si, por lo demás, puedes cumplir los requisitos habituales de un visado.

Como nota aparte. EE.UU. tiene acceso a la información de todos tus vuelos dentro del sistema IATA. Si entrases a Estados Unidos con autorización ESTA ilegalmente (habiendo visitado entre medias un país de la lista negra, p.ej.) se te prohibiría la entrada al país durante varios años. Además de conocidos Estados parias —como Irán, Siria, Yemen y Corea del Norte—, también figuran en la lista otros países como Irak, Somalia e incluso Cuba. Así es: cualquiera que haya estado en Cuba después de 2021 ya no podrá obtener un ESTA. Se te reconocerá la entrada con un segundo pasaporte no sellado o con un pasaporte nuevo, a menos que utilices fronteras terrestres.

El ESTA es un tema apasionante en sí mismo y depende en gran medida de la tasa de denegación de visados de las naciones que viajan. En principio, solo los países cuya población pueda demostrar sistemáticamente menos de un 3 % de denegaciones de visado (o de autorización ESTA) en EE.UU. reciben el ESTA. Alemania se está acercando peligrosamente a esta tasa, debido principalmente a que actualmente se está regalando la ciudadanía a casi cualquiera. Es muy posible que Alemania pierda el acceso al ESTA en los años venideros, y que se una a la mitad de la UE que no dispone actualmente de esta opción. En principio, la entrada «sin visado» en EE.UU. no supone una gran desventaja. No existe actualmente ningún país de LATAM que pueda acceder al ESTA.

Cambiemos ahora de tema y dirijámonos al antagonista número uno de los Estados Unidos: Rusia. Aquí, los ciudadanos de la UE y otros Estados occidentales tienen la obligación de solicitar un visado para la entrada. Sin embargo, prácticamente todos los países de reciente industrialización y en vías de desarrollo pueden entrar en Rusia sin visado.

En lugar de las normas de visado estandarizadas de EE.UU. para casi todas las naciones, Rusia tiene un auténtico mosaico de visados en función del país: Serbia es uno de los pocos países europeos a los que Rusia concede una estadía automática de 30 días, a Cabo Verde le concede 60 días y a Vanuatu un permiso de estadía de 90 días. Todos estos países cuentan además con atractivos programas de ciudadanía. En función de tus preferencias individuales —ya sean de ocio o comerciales—, una estancia más larga en Rusia podría tener más o menos sentido. El mero hecho de entrar sin visado no tiene mucha importancia por sí solo.

En general, la entrada en los países considerados «potencias mundiales» puede proporcionarte una visión interesante de la posición de cada país en el mundo y una posible visión del futuro desarrollo de un pasaporte. Solo unos pocos países —como las Seychelles, Granada, Dominica y, de nuevo, Serbia— tienen acceso tanto a China como a Rusia como países exentos de visado Schengen. Serbia, concretamente, es un buen ejemplo de que la historia tiende a repetirse: hasta la caída del Muro de Berlín en 1990, la república de Yugoslavia —predecesora de Serbia— tenía el pasaporte más fuerte del mundo. Esto se debía a su estatus neutral y no alineado de país, que le daba acceso tanto a Occidente como a la Unión Soviética, así como a muchos países neutrales. Tras la fragmentación de Yugoslavia y las guerras balcánicas, la libertad de viajar de los serbios se devaluó enormemente, pero la tendencia se ha ido invirtiendo a partir de la década de los 2000. Hoy, el pasaporte serbio permite el acceso sin visado a unos 150 países. Aunque el país se muestre escéptico hacia la UE y Occidente, conserva el acceso sin visado al espacio Schengen, el Reino Unido y muchos otros países; al tiempo que mantiene abiertas las puertas de Oriente.

Lo que le falta —y en grandes cantidades— a una ciudadanía tan atractiva como la serbia es, principalmente, reforzar las relaciones con países en desarrollo “insignificantes” con los que apenas existan relaciones comerciales. Alemania ha monopolizado la ventaja en este sector por ser el antiguo campeón mundial de exportación, así como por su generosa ayuda al desarrollo. En la mayoría de los países en los que se ofrece la posibilidad de conseguir la ciudadanía por inversión (Citizenship by Investment) siguen faltando Australia, Nueva Zelanda y Canadá como países destacados. Cada cual debe decidir por sí mismo si el acceso sin visado a ciertos países es realmente decisivo, ya que muchos países —como Estados Unidos— ofrecen visados de entrada múltiple para cada nación durante muchos años siempre que el solicitante reúna ciertas características personales. La entrada sin visado a Tuvalu, Lesoto o Santa Lucía es estupenda para los viajeros más fanáticos, pero poco relevante a escala mundial.

Por tanto, cualquier decisión relativa a la libertad de viajar debe tener en cuenta la normativa vigente de tu ciudadanía previa y ajustarse a tus planes de viaje. Por ejemplo, ahora que los alemanes pueden entrar en China sin visado durante dos semanas, el pasaporte alemán ha ganado otro punto positivo bastante interesante. Sin embargo, si las 2 semanas en China no son suficientes para ti, el pasaporte granadino te permite acceder a China sin visado durante unos 3 meses. Si tienes muchos negocios que hacer en China, conseguir la nacionalidad de un país con ventajas de acceso a dicho país —o a cualquiera que te interese— puede ser una grandísima ayuda.

En términos puramente técnicos, sin embargo, el pasaporte de África Occidental es el que da a los alemanes mayor libertad para viajar, pues estos son los países que obligan a los alemanes a obtener un visado. Cualquiera que viaje a la región por negocios puede evitar muchas frustraciones si invierte estratégicamente en un pasaporte. Por ejemplo, la ciudadanía caboverdiana (que también podemos ayudarte a conseguir desde Librestado) está a tu alcance mediante una modesta inversión en empresas locales. Cabo Verde es un Estado insular bastante europeizado y democrático, con una importante minoría blanca, pero que ofrece libertad para viajar y asentarse, al contrario que las corruptas dictaduras militares de la región de la CEDEAO en África Occidental. Además de facilitar el acceso a Rusia y otros países de habla portuguesa (antiguas colonias portuguesas como Guinea-Bissau, Mozambique y Angola), este pasaporte te permite cubrir las carencias del pasaporte alemán si decidieras conservarlo. De este modo, la falta de acceso al espacio Schengen sin visado dejaría de ser una preocupación.

Por otra parte, el acceso sin visado al espacio Schengen es otro caso flagrante de publicidad engañosa: con casi 30 países Schengen, un régimen sin visado no es cuantitativamente ningún gran salto hacia adelante ni hacia atrás. Vanuatu, por ejemplo, lo experimentó en sus propias carnes cuando perdió el acceso al espacio Schengen tras las críticas que sufrieron los criterios de admisión de su programa CBI. Demasiados rusos y demás personas no deseadas querían utilizar el programa de Vanuatu para acceder más fácilmente a la UE.

Y, sin embargo, el de Vanuatu sigue siendo un programa atractivo que, sin duda, puede competir con los Estados caribeños a pesar de que actualmente ofrezca significativamente menos accesos sin visado. En primer lugar, los ciudadanos legítimos naturalizados pueden solicitar fácilmente un visado plurianual para el espacio Schengen. Cualquiera que pueda adquirir la nacionalidad también puede cumplir fácilmente las condiciones para obtener un visado Schengen. Solo las personas no aptas tendrán problemas con esta solicitud.

Este es, naturalmente, un punto crucial. Con un visado o una autorización previa se puede identificar a las personas conflictivas con mucha antelación y, si es necesario, no dejarlas entrar. En una entrada sin visado, sin embargo, el control se lleva a cabo como pronto en el paso fronterizo, lo que hace que el reconocimiento sea mucho más laxo. Esta es la gran ventaja de los pasaportes considerados en general más fuertes, como en general los europeos. Es injusto, pero un ciudadano colombiano, mexicano o jamaicano tiene muchas más probabilidades de ser sometido a un control antidroga en la aduana que un europeo simplemente por la nacionalidad que refleja su pasaporte. Por tanto, también recomendamos tener en consideración el estigma del pasaporte, como explicaremos en detalle en la segunda parte de este artículo.

Pero volvamos al visado Schengen: todas las naciones caribeñas que ofrecen la posibilidad de adquirir su ciudadanía por donación siguen teniendo acceso sin visado a la UE. Sin embargo, la pregunta de verdad es por cuánto tiempo será así. Bajo la presión de la UE, casi todos los programas están aumentando sus importes de inversión, endureciendo la ya anormal burocracia requerida e introduciendo entrevistas y requisitos mínimos de asistencia. Es probable que la UE no se lo agradezca, y se espera que los pasaportes caribeños pierdan el acceso sin visado al espacio Schengen en 2025. Esto ocurrirá en el marco del programa ETIAS, que se introducirá finalmente en 2025 tras años y años de retrasos. En la práctica, se trata de un ESTA para no europeos que requiere una inversión de esfuerzo y dinero similar. Cualquier persona que haya adquirido un pasaporte mediante una donación o inversión verá rechazada su autorización previa electrónica, o se arriesgará a que se le prohíba la entrada: solo los ciudadanos de nacimiento o que obtuvieran la nacionalidad por procesos de naturalización normales podrán entrar en el país sin visado. Deberás tener en cuenta estas opciones tan probables a la hora de elegir tu pasaporte, especialmente si deseas renunciar a un pasaporte europeo. Las ciudadanías caribeñas no siempre son las mejores, ya que tu (futura) libertad para viajar es más un reclamo de marketing del que abusan que una realidad aprovechable.

Hay una diferencia de 40 países a los que puedes acceder sin visado entre el pasaporte número uno —el de San Cristóbal y Nieves— y el más débil —el de Dominica—, a pesar de que ambos son antiguas colonias británicas. Y yo me pregunto, ¿merece realmente la pena el gasto extra que exige el pasaporte de San Cristóbal con respecto al de Dominica, que es mucho más barato y, sin embargo, a diferencia del de San Cristóbal, permite entrar sin visado a China? No se puede generalizar algo como qué pasaporte es mejor únicamente en base a los países a los que permita acceder sin visado, pues la calidad de un pasaporte depende de los objetivos vitales de cada uno. No dudes en consultarnos para averiguar cuál es la estrategia ideal para «viajar más libremente» en tu caso concreto.

Algunas ciudadanías ofrecen privilegios especiales para quienes quieren llevar el viajar hasta el extremo: el pasaporte jordano, que puede comprarse de forma totalmente oficial y legal, es el único que permite el acceso a Libia, y el pasaporte georgiano ofrece el acceso a Turkmenistán —que fue el último país que le quedaba por visitar a Christoph, fundador de Librestado, debido a su aislamiento—. Para los empresarios que tienen tratos con estos países, la inversión selectiva en estos pasaportes puede, por tanto, merecer mucho la pena.

Afiliación supranacionalidad y libertad para viajar

La cuestión de la libertad para viajar está estrechamente ligada a la ciudadanía supranacional. A día de hoy, casi todos los países del mundo son miembros de una organización supranacional con distintos niveles de integración. A continuación, analizaremos algunas de estas opciones, a menudo desconocidas, que pueden ampliar tu libertad de viajar.

Algunas coaliciones son relativamente pequeñas: por ejemplo, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua ofrecen la mayor libertad posible para viajar entre países únicamente con un documento de identidad. En Europa, por ejemplo, también existe la poco conocida libertad de viajar entre Serbia, Macedonia del Norte y Albania.

Sin embargo, las alianzas más grandes —como la región sudamericana del Mercosur—, tienen criterios especiales: en principio, los ciudadanos nacionalizados no pueden beneficiarse inmediatamente de la libertad de establecimiento en otros países de la zona: aunque puedas viajar a Brasil desde Chile a través de Argentina o Paraguay únicamente con un documento de identidad, no puedes establecerte automáticamente allí. Los ciudadanos naturalizados del Mercosur solo disfrutan de plena libertad de establecimiento en otros países al cabo de 5 años. Al contrario de lo que se difunde en muchas plataformas, un permiso de residencia de Paraguay, por ejemplo, no bastaría para establecerte en otros países —desgraciadamente se trata de un mito muy extendido—.

En el espacio Schengen, al contrario, el permiso de residencia permanente de alguno de los países que lo componen sí que te ofrece plena libertad de circulación.
Allí siguen existiendo programas Golden Visa, pero los requisitos y las cuantías han aumentado y se han endurecido en los últimos años. Desembolsando hasta medio o un millón en inversiones inmobiliarias o de otro tipo en España, Italia, Portugal o Grecia —por decir algunos países—, puedes moverte por el espacio Schengen sin necesidad de un visado, sin tener que vivir en el país que te ofrece la visa de oro ni pagar en él impuestos. Pasados entre 5 a 10 años, la naturalización suele estar garantizada. Del mismo modo, con una donación de algo menos de 100.000 euros en Malta o Letonia puedes garantizarte la naturalización.

Por tanto, si desearas renunciar a tu nacionalidad original en Europa (en España, Italia o donde sea), no tienes por qué perder con ella el acceso libre al espacio Schengen, aunque el pasaporte que escojas requiera visado… siempre te quedará la opción de invertir en una Golden Visa.

La ciudadanía de algunos países también tiene ventajas en cuanto a la libertad de viajar en condiciones especiales. Los países de la cuenca del Pacífico, concretamente, mejoran su ya de por sí interesante libertad para viajar con la tarjeta APEC. El APEC es el Asian-Pacific Economic Council —al que también pertenecen, entre otros, Chile y México, países donde la adquisición de la nacionalidad resulta más sencilla. Los requisitos de solicitud de los países participantes difieren considerablemente, pero suelen resultar factibles para los empresarios activos internacionalmente. El estatus APEC va acompañado de un documento de viaje, que a menudo facilita o amplía el acceso diplomático a varios países del bloque. Los terceros países también obtienen acceso a Austria y Nueva Zelanda, a los que de otro modo no podrían viajar sin la documentación correspondiente. Otra ventaja nada desdeñable que te recomendamos tener en cuenta es que también se ha ampliado considerablemente la estancia permitida en algunos países del Sudeste Asiático, a menudo restrictivos a este respecto.

Otra organización supranacional importante es la CEDEAO de África Occidental, con 14 Estados miembros que gozan de libertad de establecimiento entre sí. Suele ser difícil conseguir permisos de residencia y trabajo en estos Estados emergentes pero corruptos, por lo que, si deseas un acceso sin complicaciones, te recomendamos invertir en la ciudadanía de un Estado miembro, como Cabo Verde (consúltanos si quieres más información al respecto).

No olvidemos tampoco la organización caribeña CARICOM: si únicamente buscas vivir libre de impuestos en un Estado caribeño, la ciudadanía en la que escojas invertir no importa mucho. Esto se debe a que cada pasaporte caribeño que se puede adquirir trae implícita la libertad de establecimiento en todas las demás naciones del CARICOM. Por tanto, puedes limitarte a escoger la solución más favorable y sencilla, sobre todo si tienes en cuenta que la mayoría de los países caribeños apenas difieren entre sí desde el punto de vista estructural: por ejemplo, casi todos están unidos por su pasado colonial británico y, por tanto, pertenecen a la Commonwealth, lo que permite la representación consular a través del personal de las embajadas británicas —lo que podría volverse una ventaja en ciertas situaciones—.

En cualquier caso, no es necesario que repasemos todos y cada uno de los organismos supranacionales en este artículo. El Consejo de Cooperación del Golfo —del que forman parte tanto los Emiratos Árabes Unidos como sus países vecinos— ofrece a sus ciudadanos muchas ventajas en los Estados miembros. Desgraciadamente, resulta muy complicado obtener ciudadanía en los EAU, y trae consigo enormes costes y eternos tiempos de espera.

Apoyo diplomático vs. control estatal

Uno de los factores fundamentales a tener en cuenta es un arma de doble filo en toda regla: si bien los microestados a los que les gusta vender ciudadanías apenas cuentan con una mínima red consular, las grandes potencias económicas como Estados Unidos, Alemania o Francia cuentan normalmente con una gran cantidad de consulados en prácticamente todos los países más grandes. Esto resulta sumamente práctico para solicitar documentos —como nuevos pasaportes, por ejemplo— sin tener que pasar necesariamente por las embajadas de las capitales. La experiencia nos ha demostrado que los consulados honorarios —a menudo propiedad de empresarios— son mucho más flexibles en sus trámites que las burocráticas embajadas. Aquí también suele haber compensación para los no residentes, así como para otros casos especiales que las propias embajadas no quieren tramitar en primera instancia.

Sin embargo, al igual que este apoyo global puede resultar muy cómodo en ciertas ocasiones, también puede convertirse en una peligrosa herramienta de control global. Eritrea, por ejemplo, es el único país del mundo aparte de los EE.UU. que grava a sus ciudadanos en todo el mundo en función de su ciudadanía, y mantiene una extensa red de embajadas a pesar de su pequeño tamaño para controlar y gravar a sus ciudadanos emigrantes —en ocasiones llegando a recurrir a la tortura de los familiares que permanezcan en el territorio nacional para conseguir cobrar sus impuestos—.

Quizás aún no sea el caso de los pasaportes occidentales, pero durante la pandemia, por ejemplo, incluso los titulares de buenos pasaportes occidentales terminaron dándose cuenta de que sus pasaportes valían menos que el papel en el que estaban impresos. Ha habido prohibiciones totales de entrada en ciertos países —como Austria, Tailandia o Uruguay, por ejemplo—. Otros países, como Kuwait, prohibieron completamente a sus ciudadanos viajar durante la pandemia, y otros recortaron considerablemente el apoyo consular.

Muchas personas críticas con aquella situación se dieron cuenta que un pasaporte considerado como fuerte y mejor que la mayoría no garantiza seguridad ante problemas futuros. Si tienes una opinión pública contraria a la del gobierno, lo más probable es que te quedes tirado cuando surjan problemas y te encuentres en el extranjero. Si bien los medios diplomáticos pueden conducir rápidamente a la liberación de detenidos inocentes, una o dos personas siempre terminan pudriéndose en cárceles tercermundistas porque así le conviene al gobierno de turno.

Tener la ciudadanía de un tercer país políticamente neutral que preste apoyo consular a sus ciudadanos independientemente de su ideología personal puede resultar muy valioso: los ciudadanos de las antiguas colonias británicas ahora pertenecientes a la Commonwealth, por poner un ejemplo, disponen de una ventajosa red de contactos gracias al acceso a los consulados de la comunidad. Los que ciudadanos de Estados pequeños suelen poder vivir tranquilamente, esto habla muy a favor de hacer con un pasaporte en las naciones caribeñas o en Vanuatu.

Si quieres nuestra ayuda para decidir si adquirir una nueva ciudadanía, puedes recurrir a nuestros servicios de asesoría para profundizar en el tema. También puedes contactarnos y obtener recomendaciones directas sobre socios con los que aplicar programas personalizados o comparar las distintas opciones de ciudadanía en enciclopedia Librestado de ciudadanías.

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