«Tiblisi te quiere» debería ser lo primero que escuchar al entrar en Georgia tras un vuelo directo de 5 horas desde Europa Occidental. Después de tu estancia en Tiblisi, te sentirás querido y cuidado por esta ciudad, y te preguntarás por qué has tardado tanto en descubrir este país.
Tiblisi es una ciudad de contrastes, en la que edificios ultramodernos se yerguen junto a ruinas decadentes, donde las boutiques de moda conviven con la mendicidad, una ciudad en la que el contraste entre ricos y pobres resulta sorprendente. Tiblisi es también un punto ciego en el mapamundi de los nómadas digitales. Y es una pena, porque la pequeña y hermosa capital georgiana tiene un enorme potencial para los nómadas digitales que, como en muchas ciudades de Europa del Este, está aún por explotar.
Los nómadas digitales tienen muchos motivos por los que darle una oportunidad a Georgia, país al que ya dedicamos un artículo en profundidad: llegar a Tiblisi desde cualquier parte de Europa es fácil y barato, tiene precios por debajo de la media en el sudeste asiático y ofrece comida sabrosa y buen vino. A esto hay que añadir una tradición milenaria de hospitalidad por la cual tratan a los invitados como a dioses, un sistema político moderno y muy permisivo para la región en la que está, alta seguridad para los extranjeros y una gran variedad de paisajes encantadores a pocas horas de viaje —por si llegaras a aburrirte en la animada Tiblisi—.
1. Accesibilidad
Puede que para muchos Tiblisi se encuentre en Asia, pero su conexión con Europa es innegable. Muchas compañías aéreas alemanas vuelan directamente a Tiblisi, y no es necesario gastar una fortuna para viajar: puedes volar a Tiblisi por unos 200 € ida y vuelta si haces escala en Estambul —ya sea durante unas horas o durante unos días, en caso de que quieras disfrutar más de la ciudad del Bósforo—.
También puedes encontrar buenas ofertas —a veces de menos de 100 €— si vuelas desde ciudades como Varsovia o Budapest con la aerolínea low cost WizzAir, que vuela hasta Kutaisi, a cuatro horas al oeste de Tiblisi.
2. Precio
Georgia es un destino barato, al nivel de precios —o incluso por debajo— de principales destinos para nómadas digitales como Tailandia o Vietnam. La moneda local se llama lari y equivale aproximadamente a 40 céntimos de USD.
Puedes encontrar alojamiento en una habitación privada de hotel con internet decente a partir de 10 USD, y dormitorios a partir de 5 €. Y si prefieres un apartamento, los hay muy bonitos y bien situados —en AirBnB, por ejemplo— por 15 € la noche.
Una comida completa cuesta entre 2 y 4 euros, y aún menos si decides cocinar tú mismo. Además, el buen vino está al alcance de todos. Eso sí, la gran variedad de fruta fresca que verás por la calle y su bajísimo precio muy probablemente despierten tu apetito a todas horas.
Si quieres descubrir los grandes paisajes de los alrededores de Tiblisi, puedes conseguir a un conductor por tan solo 20 €, que te llevará a distintos parajes del país, incluso si el viaje horas. Los taxis suelen ser baratos, y para desplazamientos dentro de Tiblisi rara vez pagarás más de 2 €. Tendría que probar los autobuses locales y el metro, pero no creo que merezcan la pena dado el precio tan bajo del taxi. El transporte local de larga distancia lo proporcionan las marshrutkas (minibuses Volkswagen), que solo funcionan cuando están llenos, pero a cambio ofrecen tarifas muy económicas.
3. Alimentación
La comida en Georgia no solo es barata, sino que además está muy buena. La cocina es una parte de la cultura georgiana y, si tuvieras la ocasión de reunirte con una familia georgiana para celebrar un banquete, te animaría a no desaprovecharla. En las comidas festivas, el llamado tamada vigila la mesa y ofrece elaborados brindis.
Su gastronomía es muy rica en quesos y carnes, y se caracteriza por las diferencias regionales que dividen ciertos platos en cuatro o cinco variantes. No puedes perderte el khachapuri (tortitas de masa hasta los topes de queso), el lobiani (pan relleno de judías), el khinkali (buñuelos rellenos de carne), el odjachuri (carne de cerdo con patatas fritas) ni las muchas variedades de shashliks.
Naturalmente, la mejor manera de disfrutar de todos estos platos es con un buen vino, que se cultiva por toda Georgia. Este país —y esto es algo que pocos saben—, está considerado la cuna del vino, que se cultiva en Georgia desde hace más de 5000 años. Su propio proceso de producción tradicional y sus muchas variedades únicas dan a los amantes del vino mucho que probar y disfrutar.
4. Hospitalidad
Los invitados son considerados como dioses en Georgia. En el mundo rural sigue sucediendo habitualmente que familias humildes ofrecen alojamiento y comida gratis a desconocidos. El autor lo experimentó en carne propia: después de visitar un monasterio, el taxista le invitó a su pueblo en la montaña, donde paso la noche sin pagar, disfruto de una comida deliciosa y se emborrachó muy feliz, ya que se considera una costumbre y de buena educación el beber vodka con el anfitrión. Lo que no sabía entonces el autor es que los vasos vacíos se rellenan automáticamente, y la forma de decir que no se quiere beber más es dejando los vasos llenos.
El carácter amable y cortés de los georgianos compensa con creces el problema del idioma. En Tiblisi, la población joven se desenvuelve bien con el inglés —y a veces con el alemán—, ya que el ruso está muy mal visto a día de hoy. Sin embargo, para tratar con gente del campo recomendaría encarecidamente tener conocimientos básicos de ruso, a no ser que prefieras aprender la apasionante pero dificilísima lengua georgiana, que tiene su propio alfabeto. En cualquier caso, la comunicación con señas siempre es suficiente para hacerse entender de alguna manera.
5. El sistema
Georgia es, a día de hoy, uno de los países más modernos, abiertos y libres de la antigua Unión Soviética. Esto implica que muchas nacionalidades podrán entrar en Georgia y permanecer allí hasta un año sin necesidad de un visado o permiso de residencia. Desde luego es una medida pionera en todo el mundo.
Georgia y sus ciudadanos son prooccidentales y no tienen una visión muy positiva de su gran vecino y agresor Rusia, que trató de invadirlos por última vez en 2008. La economía es relativamente libre y hacer negocios es fácil: en el Índice de facilidad para hacer negocios del Banco Mundial, Georgia ocupa el puesto número 15, justo por detrás de Alemania. La ventaja sobre otros estados ex soviéticos e incluso sobre muchos miembros de la UE es enorme. Georgia ha combatido con éxito la corrupción que antaño imperaba en el país y está creciendo de forma constante, a pesar de que Rusia lleva boicoteando los productos georgianos varios años.
La infraestructura aún necesita mejoras, pero al menos en Tiblisi se puede contar con internet veloz y funcional. El gobierno tiene una actitud positiva con respecto al mundo digital: en las calles de Tiblisi se pueden ver multitud de cajeros informáticos desde donde la gente puede pagar sus facturas de servicios públicos y mucho más.
Ah, y si decides quedarte el suficiente tiempo en Georgia como para convertirte en residente fiscal, no temas, no pagarás impuestos mientras trabajes a través de una empresa extranjera.
6. Seguridad
Aunque los alrededores de Georgia parezcan un polvorín, el país en sí es muy seguro. Las regiones de Abasia y Osetia del Sur —ambas independizadas de Georgia—, la vecina Chechenia y la proximidad del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán sugieren lo peor en términos de seguridad.
Sin embargo, nada de esto debería afectar a los Turistas Perpetuos o nómadas digitales, que pueden salir fácilmente del país de un día para otro (ya sea en avión o a través de Turquía).
En el propio país se puede circular libremente a cualquier hora del día pero, naturalmente, conviene mantener las precauciones habituales. En general, los animales salvajes que aún abundan (lobos, osos, leopardos) suponen un peligro mayor que las propias personas en Georgia.
7. La ciudad
Tiblisi es más grande de lo que imaginas. Muchos viajeros hacen de la hermosa «Ciudad Viajera» su campamento, aun echando de menos la moderna «Ciudad Nueva», en la que los ricos de la zona viven, cenan y pasan el tiempo.
El río Kura, rodeado de colinas, atraviesa Tiblisi y su «Ciudad Vieja», en la que se encuentra el modernísimo Puente de la Paz. A ambos lados del río, los puentes conectan modernas callejuelas repletas de restaurantes, bares y discotecas; por lo que el entretenimiento está garantizado. Estas calles tan animadas desembocan en aquellas en las que se desarrolla la vida cotidiana de la capital, que no ha cambiado mucho desde los tiempos en que la Ruta de la Seda aún pasaba por Tiblisi.
La ciudad cuenta con un gran número de iglesias de interés turístico. Al fin y al cabo, Georgia es considerada una de las naciones cristianas más jóvenes del mundo. La Catedral de Sioni data del siglo V, aproximadamente. Destacan también la Iglesia de Metheki y la Catedral de Sameba.
Puedes disfrutar de unas fantásticas vistas de Tiblisi de dos maneras diferentes. La primera es tomando un moderno teleférico desde el casco antiguo hasta el fuerte de Narikhala, que fue construido por los persas. De este modo podrás ver la enorme estatua de la Madre de Georgia, o sencillamente disfrutar de la inmensidad de la ciudad desde las alturas. Desde el teleférico verás también el palacio presidencial sobre una empinada ladera, dos tubos metálicos futuristas que se supone que son salas de concierto y el parlamento vacío —ya que ahora se encuentra en Kutaisi, la tercera ciudad más grande de Georgia—. Además, hay muchos tejados de colores, iglesias y vegetación que completará la panorámica.
La otra opción consiste en un trayecto hacia la colina al sur de la ciudad en la que, además de la torre de televisión, se emplaza un enorme parque de atracciones de estilo soviético. Puedes subir a esta colina por tu propio pie o tomando el ferrocarril. Una vez allí, la noria ofrece unas vistas maravillosas de todo rincón de Tiblisi que no pudieras ver desde el teleférico.
Y, cómo no, los nómadas digitales también tienen que trabajar. Una opción es el espacio de co-working , que ofrece un agradable entorno de trabajo desde 8 € al día, o 50 € al año. La ciudad también cuenta con muchos otros pequeños cafés equipados con wifi desde donde se puede trabajar sin molestias.
8. Los alrededores
Si te aburres de Tiblisi, hay muchas excursiones de un día a tu alcance. Al este, tal vez te llame la atención la llana región vinícola de Kajetia. Al norte se encuentra el Cáucaso con sus picos de 5000 metros. Si viajas al sur desde Tiblisi puedes visitar la cercana Armenia, y al oeste tienes toda Georgia, con sus colinas, monasterios, ruinas antiguas y su naturaleza exuberante. En invierno, las estaciones de esquí de Gudauri y Bakuriani abren sus puertas. Y en verano, tienes a tu alcance la ciudad balneario de Borjomi para relajarte y hacer senderismo. La costa del Mar Negro está a solo 8 horas de distancia en autobús, o menos si tomas uno de los cómodos trenes nocturnos que incluso cuentan con wifi para el trayecto. También te recomiendo viajar al majestuoso Scaneti, donde se elevan las montañas más altas de Europa. En sus inmediaciones se encuentran la antigua y preciosa ciudad real de Mstjeta, la ciudad de los teleféricos Chiatura y la ciudad natal de Stalin, Gori. También puedes visitar el monasterio David Gareja, para el que tendrás que entrar ilegalmente en Azerbaiyán —sin ninguna consecuencia, no te preocupes— o pagarte un visado de 80 €, que tampoco está nada mal.
Concluyendo
En conclusión, se podría decir que Georgia es un destino que merece la pena para los Nómadas digitales y cualquier persona que pueda permitirse viajar.
Georgia tiene mucho que ofrecer. A pesar de su ubicación oriental, sigue siendo fácil y barato viajar al país, y ofrece precios muy razonables para los nómadas digitales. La gastronomía nacional asegura una buena condición física, y la hospitalidad de los georgianos te cura el alma. El sistema político y social es muy abierto hacia los extranjeros, y tanto las condiciones para invertir como las oportunidades de negocio son muy buenas y relativamente fáciles. Además, el país es muy estable y ofrece algo adecuado para todos los gustos. Y si te aburres de Georgia, puedes optar por una gran variedad de destinos cercanos opuestos a la impresionante diversidad natural de este país.
Georgia y Tiblisi son destinos que ningún nómada digital debería perderse. Si ya tienes planes para este verano, puedes visitar Georgia en otoño: la mejor época para disfrutar de este país son los meses de septiembre a noviembre.
Y si quieres saber de más destinos interesantes para nómadas digitales o Turistas Perpetuos, echa un vistazo a nuestra Enciclopedia del Emigrante o contrata una consulta con nosotros para que podamos ayudar a decidir cuál es tu mejor opción.