¿Has pensado que podrías tener que pagar impuestos a pesar haber emigrar? ¿Sabes cómo funciona el centro de intereses vitales? Hoy te vamos a explicar cómo funciona el centro de interes vitales y por qué debería interesarte.
En Librestado ya hemos ayudado a un gran número de personas a salir del sistema, gente que ha dejado de quejarse y se ha puesto en marcha para liberarse del peso del Estado.
Los impuestos no siempre son la razón principal para dar el paso. Los hay que no están conforme con las políticas sanitarias de su país, o también están los que quieren evitar que el desastre económico en el que se ha metido su Gobierno los arrastre con él y también hay familias que no quieren educar a sus hijos en un sistema en el que no creen y prefieren optar por el homeschooling.
Sea cual sea la razón principal, nuestros clientes siempre están felices de poder disfrutar adicionalmente de los beneficios de una vida en la que no les roban, es decir, en la que no pagan impuestos.
Si no quieres estar sujeto a las leyes de un país, por ejemplo, respecto a la escolarización, los impuestos o lo que sea, la opción más sencilla es salir de este, dejar de vivir allí, cambiar de residencia.
Una opción es la del vivir como Turista Perpetuo, sin domicilio permanente, dándote de baja en tu país de origen y respetando luego la regla de los 183 días. Sin embargo, aunque hayas podido darte de baja correctamente, si no tienes cuidado, en algún momento podrías encontrarte con una desagradable sorpresa. Aquí es donde debemos entender un concepto del que hablamos siempre en nuestras consultas: el centro de intereses vitales.
No solo debes tener cuidado con el centro de intereses vitales si viajas por el mundo como Turista Perpetuo y no tienes residencia, sino también si tienes un país de residencia bien elegido, pero pasas poco tiempo allí. Pues otros países en los que pasas más tiempo, incluso sin llegar a los 183 días, podrían intentar convertirte en residente fiscal.
Así, tener un permiso de residencia permanente en un país solo es garantía de que otros no podrán convertirte en residente fiscal si tienes en el país del que eres residente el centro de intereses vitales y, en caso de duda, puedes acreditarlo mediante un certificado fiscal, aparte de otras pruebas (facturas de consumo, extractos bancarios, cuotas del colegio, etc.).
El centro de intereses vitales y la obligación de tributar
El centro de intereses vitales no es un concepto claro y fijo, al contrario, se define de diferentes maneras en diferentes lugares del mundo. Cada país tiene sus propias reglas sobre lo que te convierte en residente fiscal, que son similares en muchos países, pero a menudo tienen pequeñas diferencias. En última instancia, tener el centro de intereses vitales en un país equivale a convertirse en residente fiscal allí.
En Alemania, Austria y Suiza, pero también en España y otros países, el centro de los intereses vitales no es el único factor decisivo. En esos lugares, como en otros países del continente europeo, existe un registro, un padrón en el que estás dado de alta, algo completamente desconocido en países como Reino Unido, por ejemplo.
En los países en los que existe un registro de contribuyentes quien quiera trasladar su residencia a otro país deberá tambien darse de baja o comunicar su nueva residencia en el extranjero. No hacerlo puede salir muy caro posteriormente.
Esta fue una vez la ruina de un patrón de barco alemán que se decidió a salir de Alemania y navegar alrededor del mundo. No tuvo en cuenta que tenía que darse de baja y, al regresar 5 años después, tuvo que pagar los impuestos de dichos cinco años más su correspondiente multa.
Como ves, el centro de intereses vitales es fundamental, pero también hay que cuidar las formas, tienes que darte de baja en tu país de origen correctamente.
En general, cuando te das de baja como residente en un país, es porque te vas a dar de alta en otro, por eso, en muchos casos no es suficiente para el registro que digas que te vas, sino que tienes que explicarles a dónde vas a trasladarte.
En ese sentido, sistemas como los de Alemania o Austria son bastante más sencillos, pues allí realmente es suficiente con decir que te vas (e irte de verdad, claro). En el caso de otros países como España o Argentina o México también tendrás que decirles a dónde vas. Es más, no contentos con eso según el caso, te pueden pedir pruebas de que realmente te has ido a donde dices que te vas. Aquí es donde entra el país puente, entre otras consideraciones de las que hablamos en nuestras consultas. El país puente actúa como palanca para conseguir la baja en tu país de origen y puede ser una parte fundamental en la estrategia de salida.
Pero volvamos al tema principal de nuestro artículo, la baja como residente fiscal en el país de origen es solo el primer paso, luego tienes que asegurarte de que consigues mantenerte como no residente fiscal.
El centro de intereses vitales suele venir definido por varios puntos, el tiempo que pasamos en un lugar (de ahí la regla de los 183 días), la existencia o no de una vivienda a nuestra disposición, los vínculos económicos, los vínculos familiares y los vínculos sociales.
El centro de intereses vitales a través de la estadía
La regla de los 183 días es uno de varios factores que no solo determinan el centro de intereses vitales en gran parte de los países hispanohablantes, sino también en muchos países del mundo. La lógica detrás de esta regla es que, si te quedas en un país durante 183 días (equivalente a 6 meses + 1 día), solo puedes permanecer en otro país por un máximo de 182 días ese mismo año.
Como nadie puede haber residido en otro país por más de 183 días en el año calendario, el país siempre garantiza el derecho/obligación de tributación en estos casos.
Otros países, otras costumbres: la regla de los 183 días varía de un país a otro. En algunos países 180 días es suficiente, en otros son 160, en otros 90, e incluso los hay que ya solo con 60 puedes convertirte en residente fiscal.
En algunos países te conviertes en residente fiscal a partir del año en el que cumples el requisito de haber pasado en ellos seis meses en un periodo cualquiera de 12 meses.
Luego también hay países como EE. UU. en el que se aplica el llamado Test de Presencia Sustancial. En este caso se tiene en cuenta el tiempo que se ha pasado en el país durante tres años para ver si juntos suman 183 días. Los días pasados en EE. UU. hace tres años se dividen por 6, los pasados hace dos se dividen por 3 y los pasados el último año se cuentan al completo.
Como resultado, puedes ser residente fiscal según la regla de los 183 días en EE.UU. habiendo pasado allí solo 4 meses cada año en los últimos tres años.
En Francia es aún peor. Allí, es suficiente para convertirte en residente fiscal con que aquel sea el país en el que más tiempo has pasado durante ese año. Es decir, en teoría, si hubieras pasado 1 mes en 10 países diferente y 2 en Francia, este te convertiría en residente fiscal francés. Por supuesto, si no eres francés y no tienes otros vínculos con el país, es muy poco probable (por no decir imposible) que pasar dos, tres o incluso cuatro meses allí te convierta en residente fiscal, pero debes tener cuidado, sobre todo si es algo que se repite año a año.
En Suiza al igual que en Reino Unido, 3 meses de residencia ya te meten de lleno en este centro de intereses vitales por tiempo de estancia y, por lo tanto, a la obligación tributaria. Obtener un empleo en territorio suizo conduce a esto incluso después de apenas 30 días allí.
En Paraguay te conviertes en residente fiscal tras 120 días allí…
Así, no es de extrañar que a menudo surjan conflictos entre países en cuanto a dónde debes pagar tus impuestos. Por eso existen los convenios fiscales entre países, para evitar la doble imposición, que tratamos en otro artículo. Sin embargo, debes tener en cuenta que, si no tienes residencia fiscal, ningún país te va a proteger de los intentos de otros de convertirte en residente fiscal. Por eso, es importante que tengas claro cómo funciona el centro de intereses vitales y evites que te puedan convertir en residente fiscal o que tengas un país de residencia fiscal en el que puedas solicitar un certificado fiscal para protegerte.
Uno podría pensar que es relativamente fácil vivir libre de impuestos con la regla de los 183 días. Basta vivir en un país un máximo de 182 días y así evitar los impuestos. Sin embargo, como estás viendo, no es tan simple, hay que elegir bien los países en los que pasas tiempo.
Tomemos el ejemplo de Alemania, un país típico de fuerte presión fiscal que presta mucha atención al centro de los intereses vitales. Por ejemplo, la ley en Alemania establece que una estancia de 2 meses seguidos podría desencadenar un centro de intereses vitales. Las ausencias temporales no se toman en cuenta.
Por ejemplo, si una persona trabaja en otro país durante la semana, pero pasa todos los fines de semana en Alemania, podría tener su centro de intereses vitales en Alemania (por supuesto, si el otro país también la considerara residente fiscal, se estaría a lo que ponga en el convenio entre los países involucrados).
En Alemania, para que una estadía en el extranjero sea más que temporal, se deben pasar al menos 3 semanas en dicho país, o debe ser claramente reconocible que no se trata de un viaje de vacaciones o de negocios de corta duración.
Centro de intereses vitales con motivo de una vivienda a disposición
En algunos países, como Alemania, tener una vivienda a tu disposición te convierte automáticamente en residente fiscal. Así, en el caso de algunas personas que se habían dado de baja en el padrón alemán y no pasaban mucho tiempo en Alemania (claramente por debajo de los 183 días), acababan siendo consideradas residentes fiscales allí por el simple hecho de que tenía una vivienda a su disposición, una vivienda que podían ocupar en cualquier momento (el que al final lo hagan o no, en Alemania no marcaría la diferencia).
El argumento a menudo se remonta al caso de la antigua estrella del tenis Boris Becker, quien, con residencia oficial en Mónaco, pasaba gran parte del año con su hermana en Múnich.
El hecho de que un cepillo de dientes suyo en el lavabo del baño terminara conduciendo al centro de intereses vitales, provocó una gran reacción en los medios. El hecho, sin embargo, es que Becker tenía acceso regular a un apartamento y, por lo tanto, la suposición de un centro de intereses vitales tenía buenos argumentos.
La ley alemana establece que la vivienda disponible permanentemente puede conducir a un centro de intereses vitales. Alguien tiene su residencia «…donde ocupa un inmueble en circunstancias que indican que conservará y utilizará el inmueble». Así, los alquileres de más de 2 meses o las propiedades completamente amuebladas ya pueden conducir a un centro de intereses vitales. Lo esencial es saber si hay acceso a una vivienda donde se pueda dormir más que una sola noche. Incluso un colchón en un apartamento vacío puede calificar.
Sea como sea, esto no significa que si tienes una propiedad en Alemania (u otros países con reglas similares) tengas que venderla. Lo que sí tienes que hacer es alquilárselas a alguien con contratos de al menos 6 meses. Si la propiedad está completamente vacía, al menos debe haber evidencia creíble de que se está ofreciendo en venta o alquiler. Esto se puede probar contratando a un agente inmobiliario o poniendo anuncios en Internet o en los periódicos. Dejar una propiedad completamente vacía a tu disposición puede llevar a complicaciones.
Si bien las visitas a tus padres o miembros de tu familia no son problemáticas con fines puramente de turismo, debes tener cuidado si implican trabajar en el país con clientes locales durante un período de tiempo más largo. En este caso, si es posible, debes alojarte en diferentes lugares.
En Alemania, quienes quieran pasar la noche en casa de sus padres pueden hacerlo, pero deben evitar dejar su habitación totalmente preparada para sus estancias, en condiciones que sugieran algo más que una estancia temporal. Ciertas ropas o documentos se pueden guardar sin más, pero no en una habitación propia que quede a tu disposición. Quienes utilicen la habitación de invitados de un miembro de la familia deben asegurarse de que otros huéspedes también puedan utilizarla en cualquier momento.
En cuanto a aquellos que prefieren hospedarse en hoteles, resulta que estos no son en modo alguno inmunes a llevar a un centro de intereses vitales. Si siempre te alojas en el mismo hotel en la misma habitación durante años, lo más probable es que tengas allí tu centro de intereses vitales. Las reservas de hotel a largo plazo también pueden traer problemas.
Una presentadora de televisión residente en Suiza fue acusada de tener un centro de intereses vitales en Alemania porque reservó una habitación de hotel durante varios meses a un precio reducido, aunque solo se quedó allí 2 o 3 días a la semana durante los fines de semana grabando mientras pasaba la mayor parte del tiempo en Suiza. Si te gustan los hoteles, debes cambiar de hotel dentro de una ciudad si te tienes quedar por más tiempo para evitar complicaciones. Por cierto, lo mismo se aplica a los tráileres y autocaravanas. Se debe evitar a largo plazo un espacio fijo o el mismo espacio de estacionamiento.
En términos generales, puede ser problemático permanecer en una misma residencia durante un mismo período de tiempo a lo largo de varios años seguidos, incluso si se cumplen los requisitos de estadía y alojamiento y estas estadías no son solo para visitas.
De todas formas, esta forma tan puntillosa que existe en Alemania de “construirte” un centro de intereses vitales a partir de una vivienda no es la más habitual. Desde luego en países como España, México o Argentina no se da así. Es más, en España puedes disponer de una vivienda a tu disposición sin que por eso se te considere residente fiscal (aunque la vivienda sí se consideraría un indicio de que podrías estar viviendo en el país).
Pero ya que estamos, vamos con un último ejemplo de hasta qué punto hay que tener cuidado con esto en Alemania.
Está el caso de una pareja que residía en Suiza y fue acusada de tener el centro de intereses vitales en Alemania porque visitaba regularmente su tierra natal alemana por periodos de 7 semanas durante las temporadas de caza de primavera y otoño.
Así, al contrario de lo que ocurre en países como Portugal o España, una vivienda vacacional se convierte en Alemania en una auténtica trampa fiscal.
Dicho de otra forma, si vas a invertir en inmuebles, asegúrate de no hacerlo en Alemania. Si te gusta visitar Alemania por vacaciones, procura cambia de lugares y alojamientos.
Incluso fuera de Alemania, ten en cuenta que los hoteles hoy en día están obligados a solicitar los datos personales de sus huéspedes y compartirlos prácticamente en tiempo real. Por lo tanto, las estancias más largas en Europa no son de ninguna manera imposibles de rastrear.
Centro de intereses vitales causado por vínculos familiares
Tener pareja también esconde sus trampas. Así, la propia familia también puede usarse para crearte un centro de intereses vitales en el país. El factor decisivo aquí es el matrimonio oficial (reconocido por las Autoridades), es decir, el centro de intereses vitales solo puede ser activado por un cónyuge común y/o hijos menores en Alemania. Los padres, hermanos o parientes no se tienen en cuenta.
Si te vas de tu país, pero tu familia sigue allí, por mucho que te des de baja o que comuniques tu nueva residencia, es muy probable que tu país te siga considerando residente fiscal. En el caso de España, la única opción para evitar seguir siendo residente fiscal, sería conseguir un certificado fiscal en el otro país al que se ha trasladado.
Los hijos menores de edad también pueden desencadenar un centro de intereses vitales, siempre y cuando tengas la custodia exclusiva de ellos y vivan en tu propia casa. Lo único que puede ayudar aquí es un internado.
Sin duda, si tienes familia, lo mejor es llevarlos contigo. Es inadmisible una separación temporal únicamente con este propósito de baja: sería necesario un divorcio para eludir la residencia fiscal a través del centro de intereses vitales. Por lo tanto, cualquier persona que planee casarse debe tener en cuenta las posibles restricciones o elegir posibles alternativas.
Centro de intereses vitales motivado por los vínculos sociales
Este factor es notoriamente arbitrario y, afortunadamente, se aplica en muy pocos países, como Alemania o Australia. Esto simplemente significa que tu vida social no debe limitarse al país de origen. Si solo tienes amigos en tu ciudad natal, eres miembro activo de un club o demuestras compromiso local, te resultará difícil disipar la sospecha de que tienes un lugar de residencia allí.
Las afiliaciones ordinarias no son problemáticas, pero si son afiliaciones activas, se recomienda precaución. Puedes seguir siendo un miembro pasivo de tu club de aficionados a los conejos, pero no debes mostrar públicamente tus animales cada dos fines de semana.
El centro de intereses vitales por intereses personales es difícil de definir. En términos generales, ya no vives en tu país. Debes comunicar esto abiertamente a tus amigos, conocidos y clientes. Justo antes de irte, habría una gran fiesta de despedida y una charla seria sobre tu «mejor vida” en el exterior.
Si las autoridades consultan a familiares, amigos o clientes de tu empresa y resulta evidente que no saben nada de tu salida al extranjero, esto ya puede convertirse en una situación desagradable para ti.
Centro de intereses vitales a través de intereses económicos
Existen muchos países en los que pueden entender que tienes un centro de intereses vitales a causa de tus intereses económicos locales.
En países como España, si más de la mitad de tus ingresos son nacionales, pueden apoyarse en ello para convertirte en residente fiscal. Así, si no quieres ser considerado residente fiscal en México, España, Argentina, etc. la mejor opción es evitar constar como administrador en empresas locales, no trabajar para empresas nacionales y, si vas a vender en dichos países, hacerlo a través de empresas extranjeras.
Lo que no desencadena un centro de intereses vitales
Aunque es verdad que son bastantes los factores que uno tiene que tener en cuenta, también hay muchos que, aunque la gente comenta a menudo, en realidad no importan. Por ejemplo, puedes perfectamente mantener tus cuentas bancarias personales o una dirección postal en tu país, de por sí no son prueba suficiente para calificar como un centro de intereses vitales. Por lo tanto, el uso de la dirección de los padres, familiares o amigos para recibir correo no es problema, siempre que uno no viva allí. Por supuesto, debes asegurarte de no estar viviendo en dicha dirección, podrían producirse fácilmente visitas de inspección por parte de las autoridades competentes.
Las cuentas bancarias solo pueden volverse problemáticas si todo tu patrimonio (y patrimonio aquí significa una suma correspondiente de, al menos, seis dígitos) se ha almacenado únicamente en las cuentas de tu país de residencia anterior. Aquellos que dejan todo lo que tienen en el país del que vinieron pueden ser enmarcados como teniendo un centro de intereses vitales en un país como Alemania, por ejemplo.
El que los bancos te permitan mantener tus cuentas o no ya es otra cuestión. En general, los bancos no causan ningún problema porque te hayas ido, aunque sí quieren que les digas que lo has hecho y a dónde. En el caso de España y algunos países hispánicos, sabemos de bancos que cancelan cuentas apenas se realiza la salida definitiva, mientras que otros permiten que los emigrantes mantengan sus cuentas activas como CDE.
Tampoco tener una caja fuerte o un almacén para guardar las pertenencias personales restantes se considera indicio de que se sigue teniendo el centro de intereses vitales en el país de origen, siempre que estas instalaciones no se puedan usar para vivir, claro.
Teoría y práctica – Control del centro de intereses vitales
A pesar de toda la teoría, hay que decirlo claramente: el centro de intereses vitales puede ser bastante difícil de controlar en la práctica.
Mientras el espacio Schengen esté abierto, es casi imposible crear los perfiles de movimiento dentro de él. El PNR – Registro de nombres de pasajeros (Passenger Name Record) para vuelos es un primer paso, pero en gran medida inútil con las fronteras terrestres abiertas. Si tú, que tienes residencia europea, quieres quedarte más tiempo en algún lugar, solo entra y sal de Schengen por el país vecino.
En el propio país, los mecanismos de control son limitados. Si te hospedas en un alojamiento oficial (hoteles o hostels), puedes estar seguro de que enviarán información sobre tu estancia al Estado. Pero incluso allí, no se mantiene una lista diaria de ex residentes que residen en el extranjero, sino que está mucho más dirigida a encontrar a delincuentes más rápidamente. Aquellos que se quedan en locales privados (casas de amigos o familia) tienen poco que temer de todos modos.
Para la definición del centro de intereses vitales se toman en cuenta los aspectos realmente evidentes, que, sin embargo, son olvidados precisamente por ello.
No en vano, las celebridades que viven oficialmente en Suiza y Mónaco pero que, extraoficialmente, pasan mucho tiempo en Alemania, España o Francia se ven afectadas. Por un lado, una mayor riqueza definitivamente juega un papel: hasta cierto nivel de ingresos, las autoridades fiscales simplemente carecen de recursos y el control es completamente ineficiente. Sin embargo, cuando se trata de varios millones en impuestos potenciales, la situación parece cambiar con bastante rapidez.
Por otro lado, la fama es aún más determinante. Con un Boris Becker perseguido a diario por los paparazzi, no sorprende que sus condiciones reales de vida se hagan evidentes rápidamente.
Debe quedar claro que estas celebridades sirven apenas como ejemplos.
Para el ciudadano común, estos problemas no aplican. Cualquiera que gane menos de cinco cifras al mes es poco interesante en términos de ingresos fiscales en comparación con el coste de una investigación. Pues esto se puede hacer en algunos casos en los que existan dudas razonables sobre la residencia en el extranjero. Aquellos que no tengan denunciantes en su vecindad inmediata no tendrán más dificultades, aún tengan una propiedad disponible o se queden por largas temporadas – por ahora. Porque es de esperar que las autoridades aprieten las riendas en este aspecto en tiempos de crecientes dificultades financieras.
Algunos nómadas digitales que, sin embargo, pasan mucho tiempo en sus países de origen pronto podrían sentar los primeros precedentes.
Es esencial ser cauteloso con lo que escribes en tus perfiles públicos. Hoy en día, si un funcionario sospecha que sigues teniendo tu centro de intereses vitales en el país, lo primero que hará será visitar tus redes sociales, tales como Facebook e Instagram.
Si las fotos no muestran playas o lugares turísticos en el exterior, sino más bien principalmente el ambiente local de tu país de origen, ¡prepárate para una buena!
Sin embargo, esto es algo que también puedes usar a tu favor, si has hecho las cosas bien y realmente te has ido. En Google Maps, se puede usar el perfil de movimiento detallado para rastrear con precisión que alguien no ha estado en secreto en su país de origen.
Otras pruebas útiles incluyen sellos de pasaporte, reservas de hoteles y vuelos y, por supuesto, las famosas facturas de suministro (luz, agua…).
El que necesites todas esas pruebas o no, es algo que queda en el futuro. Por regla general, no surgen más preguntas cuando vuelves a ser residente en tu país de origen, pero nunca puedes saberlo con seguridad, por eso es importante guardar las pruebas de que vivías fuera.
Arbitrariedad y centro de intereses vitales
La obligación de tributar en un país con motivo del centro de intereses vitales es un tema complejo que hemos intentado abordar de manera general en este artículo. El gran problema aquí es la interpretación relativamente arbitraria del término, a pesar de que las leyes de los países tienen factores claros. Sin embargo, la forma en que estos se interpretan en última instancia es una cuestión que deben decidir los tribunales. El centro de intereses vitales depende en gran medida del derecho judicial y requiere de muchos más precedentes para poder confirmarlo con total certeza.
En general, por lo tanto, se recomienda evitar el país de origen tanto como sea posible. Lo ideal, pero de ninguna manera obligatorio, es no tener vínculos económicos ya con tu país de origen. Sí que es muy importante evitar el contacto en persona con el cliente local. Aquí también deben tomarse en cuenta las disposiciones respecto a lo que constituye un centro de intereses vitales en otros países.
Es cierto que el centro de los intereses vitales es una construcción en gran parte arbitraria. Si nos aferramos a lo esencial, es poco probable que algún día tengamos problemas. Sobre todo, si no eres una figura pública o no tienes ingresos muy altos que el estado no quiere perder (razón por la que es muy importante evitar que tu país de origen sepa de tus finanzas).
No tener un centro de intereses vitales es difícil de imaginar para muchas personas. Pero el modelo del Turista Perpetuo definitivamente funciona y cada vez más personas lo ponen en práctica. Debe quedar claro que esto implica ciertas restricciones y dificultades, pero, para muchos, resulta merecer la pena a cambio de vivir una vida más libre y de evitar el robo que supone tener que pagar impuestos.
Si deseas obtener más información sobre cómo convertirte en un viajero perpetuo, asegúrate de leer sobre ello en nuestro blog y ebooks. Por otro lado, si prefieres contar con nuestra ayuda para evaluar tu situación y asegurarte de que no tendrás que pagar impuestos en ningún lado, contrata una consulta directamente con nosotros.
¡Porque tu vida es tuya!
Deacuerdo con tus comentarios .Son acertados y todas las precauciones y buen hacer son necesarias.
La cuestion en duda es, cuando llevas mas de un año en otra residencia fiscal en otro pais y te plateas volver a casarte con tu pareja, que sigue viviendo en España, de la cual te divorciaste para salir de España evitando posibles complicaciones. ¿Como podrian interpretar esto ?
Gracias
Un saludo