La banca offshore puede ser una gran opción para proteger nuestro dinero, sin embargo, también tiene ciertos riesgos que debes conocer.
Con todo lo que está pasando, te habrás dado cuenta de que mantener parte de tus ahorros fuera de tu país de residencia en general y la Unión Europea concretamente, puede ser una gran idea. La actual situación económica y política, hace que cada vez sea más urgente diversificar, para así poner a salvo tus bienes. Nuestras 13 razones para tener una cuenta bancaria offshore se sienten hoy más actuales que nunca.
Por ello, en Librestado hace ya tiempo que publicamos un ebook que te introduce en el mundo de la banca offshore e internacional. Si tras leer este artículo quieres más, puedes echarle un vistazo y adquirirlo aquí.
En general, el que quiere proteger su patrimonio, puede hacerlo aplicando tres principios: el de ocultar en la medida de lo posible lo que tiene, dificultar al máximo el acceso y, por supuesto, no tener nada a tu nombre.
Hemos dedicado un curso entero a explicarte cómo puedes permanecer anónimo tú y tus bienes. Te hemos explicado cómo puedes dificultar el acceso a tus bienes diversificando (repartiendo tu en diferentes cuentas, por ejemplo) o creando estructuras como las sociedades en Nieves o LLC en USA (Wyoming). Y, también, te hemos hablado de las ventajas de no tener nada a tu nombre y ceder tus bienes a un trust o fundación.
Pero hoy, queremos hablarte también de los riesgos que tiene la banca offshore. Porque está claro que ninguna cuenta en el extranjero puede ofrecer una seguridad total. Es más, solo traslada el riesgo a otra parte y, por tanto, también la posibilidad de un escenario perjudicial.
A lo largo de este artículo vamos a repasar brevemente 5 posibles escenarios negativos que harían que la banca offshore supusiera un riesgo considerable. De todos modos, si sabes lo que buscas, te será más complicado equivocarte al elegir una jurisdicción y un banco.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que no existe un banco perfecto y, al elegir dónde depositar tu dinero, probablemente tengas que hacer concesiones. Al final, tendrás que decidir por ti mismo qué factores son esenciales y cuáles no. Hecho esto, podrás buscar un compromiso que incluya los factores más importantes.
Entre los factores que pueden resultar más importantes se encuentran—aunque no vamos a explicarlos en detalle en este artículo— los siguientes:
- Estabilidad del país de destino
- Deuda nacional
- Impuestos
- Secreto bancario y seguridad
- Tradición y antigüedad
- Tamaño
- Sucursales
- Capital propio
- Sencillez en la apertura de cuentas
- Depósito mínimo
- Tarifas
- Asesoramiento
- Uso de tarjetas y banca online
- Moneda y estabilidad
- Tipo de interés elevado
- Protección de los depósitos
- Infraestructura para broker
- Posibilidad de apertura a distancia
- Aceptación de empresas offshore
Una vez decidas qué es más importante para ti, podrás empezar a elegir jurisdicciones y bancos. Al hacerlo, te aconsejo prestar atención a los 5 mayores riesgos de los que hablaremos ahora para no acabar malparado. La palabra «regulación» podría acabar adquiriendo un cariz completamente nuevo y positivo.
Pero, como sucede a menudo, no se trata tanto de si hay una u otra regulación, sino de quién regula realmente, cuáles son sus incentivos y cómo rinden cuentas.
Los 5 mayores riesgos de la banca offshore
Y ahora sí, vamos con los cinco riesgos más grandes que debes conocer a la hora de elegir un banco offshore (o extranjero en general) en el que depositar tu dinero.
Riesgo legal
Dependiendo del lugar en el que vivas, una cuenta en un paraíso fiscal puede ser ilegal. Aunque en Europa esto no suele ser así, no se descarta que en un futuro se adopte esta medida.
Incluso a día de hoy, se te podría asociar con el blanqueo de dinero y la evasión de impuestos debido a una cuenta en un paraíso fiscal. Como seguramente no te dediques a estas actividades, deberás declarar las sumas de tus cuentas en el extranjero cuando hagas la declaración de la renta y pagar todos los impuestos aplicables.
Tener todas las cuentas en el extranjero que quieras sigue siendo completamente legal. No tienes por qué mencionar el banco en el que tienes las cuentas. Los gobiernos lo que quieren es que pagues los impuestos «adecuados», que de todos modos les resultarán cada vez más fáciles de obtener mediante las medidas de intercambio de información que se vienen imponiendo.
Naturalmente, es posible que no quieras declarar dónde tienes tu dinero, pues, de lo contrario, ¿qué sentido tiene el secreto bancario? En un caso así, deberías pensarte si optar por depositar tu dinero en cuentas sin intereses (banca islámica, por ejemplo), si no quieres incurrir en ningún delito fiscal.
Por supuesto, hay países en Europa y en el mundo que te obligan a declarar tus bienes depositados en cuentas en el extranjero a partir de cierta cantidad, tales como España y Estados Unidos. En este caso, tendrás que pensar si te merece la pena incurrir en una falta.
En el peor de los casos: infringirás una ley y se te sentenciará culpable de blanqueo de dinero y evasión de impuestos.
Medidas preventivas: habla con un asesor fiscal y no olvides informarle de tus cuentas en el extranjero. Esto es esencial, sobre todo en los países en los que la declaración de la renta se hace de forma automática mayoritariamente.
Riesgo reglamentario
Este riesgo puede afectarte tanto a ti como a tus clientes.
Aunque hablaremos de las sanciones más adelante, ciertas industrias tienen directrices reglamentarias sobre dónde puede y no puede llevarse el dinero. Por ejemplo, muchas empresas de entretenimiento para adultos o de juegos de azar no son bienvenidas en los bancos asiáticos.
Del mismo modo, algunos de tus clientes o proveedores podrían tener problemas para pagar o cobrar desde bancos o empresas offshore. Aunque rara vez son completamente ilegales, las empresas offshore son vistas con gran escepticismo, sobre todo cuando se trata de desgravar facturas en países de fuerte presión fiscal. En estos casos, a menudo, la mejor opción es usar una agencia intermediaria para facturar a tus clientes. Las relaciones offshore deben evitarse especialmente cuando tu cliente sea un gobierno. Las relaciones B2C (de empresa a consumidor) y B2B (de empresa a empresa) también pueden acarrear problemas si un banco o una jurisdicción no tienen buena reputación.
En el peor de los casos: nadie podría o querría hacer negocios contigo.
Medidas preventivas: piénsate bien qué bancos usas y el efecto que tendrá sobre tus clientes y proveedores. Si a tus clientes les preocupa pagar a un paraíso fiscal o sus bancos les ponen problemas para hacer transferencias a bancos offshore, considera la posibilidad de usar los servicios de una agencia intermediaria para cobrarles. Si lo haces, lo siguiente a lo que deberás prestar atención es a que no se considere que estás blanqueando capitales: deberás poder informar al banco offshore sobre el origen de los fondos.
Riesgo financiero
El riesgo financiero es una de las principales razones por las que puedas querer retirar tu dinero de Europa. Al fin y al cabo, sobran los motivos para temerse el próximo desplome.
Sin embargo, no debemos olvidar que otros países también tienen riesgos financieros (quizás incluso mayores), y las jurisdicciones offshore no son una excepción. Aunque la mayoría de los paraísos fiscales son ricos y se mantienen prácticamente libres de deuda, algunos (especialmente los pequeños países del Caribe) son pobres y están muy endeudados.
¿Cómo de seguro está tu dinero realmente? Para tener una visión general, lo mejor es echar un vistazo a la deuda nacional del país en cuestión. También pueden ser muy orientativas tanto para los bancos como para los países las calificaciones crediticias de agencias como Moody’s y Standard & Poor.
En el peor de los casos: perderías todos o parte de los bienes depositados en el banco.
Medidas preventivas: ¡mantente informado y diversifica!
Riesgo ante sanciones (listas negras)
Mientras te ciñas a jurisdicciones offshore de buena reputación, como Nieves o Tailandia, este riesgo se mantendrá muy bajo. Sin embargo, es posible que prefieras optar por tener cuentas bancarias en jurisdicciones que no hayan firmado el intercambio automático de información (CRS). Si ese es el caso, deberás tener en cuenta que si tienes la mala suerte de elegir un país que acabe sancionado por Estados Unidos o en la lista negra de la Unión Europea, podrías tener problemas para efectuar o recibir transferencias.
Esto puede ocurrir fácilmente en el sistema SWIFT, controlado por Estados Unidos, con su moneda principal: el dólar. Irán, por ejemplo, estuvo aislado de los pagos internacionales hasta hace poco (cuando se levantaron las sanciones) y tuvo que arreglárselas a través de su vecino del norte, Azerbaiyán. Algo parecido ha ocurrido con Rusia a partir de la guerra con Ucrania.
Afortunadamente, la hegemonía de los Estados Unidos en cuestiones de moneda está llegando a su fin. Rusia, China, Irán y algunos otros Estados están trabajando en estructuras paralelas, incluyendo su propio banco para la liquidación y su propio sistema de remesas, igual que el SWIFT. Unidos bajo el nombre de «Nueva Ruta de la Seda», podría convertirse en una seria amenaza para la hegemonía económica de EE.UU. y explica los juegos geopolíticos en la región de Oriente Próximo.
Si alguna vez realizas una operación bancaria en un país que pudiera ser sancionado, ten preparado un plan de contingencia. Podrías, por ejemplo, tener una cuenta adicional en un país de relación amistosa, o al menos neutra, con el país sancionado. Actualmente, para muchos rusos este país es Georgia.
Sin embargo, debes tener en cuenta que el reenvío posterior de dinero puede tener graves consecuencias, sobre todo si el propio país de destino del dinero ha impuesto las sanciones. En general, el dinero debe dejarse en el país neutral y transferirse de vuelta una vez se hayan levantado las sanciones. [Por supuesto, otra solución, sería usar cripto, de forma que no dependas de bancos.]
En el peor de los casos: tendrás un dinero en el banco al que no podrás acceder, no podrás hacer transferencias ni retirar fondos en cajeros que no sean los propios del banco.
Medidas preventivas: mantente informado de la situación en el país de tus cuentas y evalúa tus riesgos regularmente.
Riesgo jurídico
Tal vez tu cuenta offshore esté en una jurisdicción que no se toma demasiado en serio la protección del consumidor. ¿Qué riesgos puedes correr si surgieran problemas entre tu banco y tú?
Si fuera un banco onshore (en tu país), podrías hablar con el responsable más cercano o presentar una reclamación. No es que esto sea muy agradable, pero al menos tienes opciones sin llegar a los juzgados. Si no tuvieras éxito, siempre podrías demandar al banco, acudir a la policía o emprender otras acciones legales disponibles en tu jurisdicción.
Lamentablemente, estas cosas no siempre funcionan con los típicos bancos offshore. Por una parte, esto se debe a que no hay leyes de protección del cliente, o son muy limitadas; y por otro, a que el banco está sencillamente tan lejos que los costes de cualquier acción legal pasan a ser exageradamente elevados.
Aunque es poco frecuente, hay que tener cuidado con esto, especialmente en las jurisdicciones con una International Banking Act (IBA). Muchas jurisdicciones del Caribe tienen estas leyes. A grandes rasgos, un IBA permite que los bancos puedan hacer negocios sin apenas regulación, siempre y cuando no tengan clientes nacionales o almacenen moneda nacional —en otras palabras, mientras sean bancos internacionales puramente offshore. En estos casos, apenas hay regulación y la autoridad competente, aunque exista en teoría, rara vez se interesa o se muestra accesible a tus quejas. Al estar separadas del sistema bancario nacional, el seguro de depósito legal tampoco suele aplicarse, lo que significa que si un banco quiebra o tiene problemas, nadie te irá a ayudar.
En el peor de los casos: no podrás hacer nada si tu banco te congela la cuenta o cae en bancarrota.
Medidas preventivas: escoge bien tu banco, fíjate bien en la reputación de la jurisdicción y examina cuidadosamente los que operen bajo International Banking Act.
¿Es demasiado arriesgado apostar por la banca offshore?
Por supuesto, además de estos cinco grandes riesgos de los que hemos hablado, pueden existir muchos otros menores. Sin embargo, una vez que entiendas los principales riesgos de una cuenta offshore, los otros no deberían ser tan problemáticos.
Puede que te preguntes si no es mejor dejar el dinero en casa. Es una pregunta más que justificada, pero tiene una respuesta muy sencilla: Mantener tu dinero seguro en el extranjero sigue siendo muy sensato. Tan solo tienes que tomar una decisión bien informada.
El secreto bancario, los elevados tipos de interés o la exención de impuestos suelen estar relacionados con el aumento del riesgo legal, reglamentario, financiero, jurídico y ante sanciones.
Quienes buscan bancos en los que depositar su dinero para evadir impuestos sin tener en cuenta los riesgos de los que hablamos aquí, siguen teniendo opciones, pero cada vez son menos y no deberían sorprenderse si su banco quiebra de la noche a la mañana o si su cuenta queda congelada.
Este problema no se plantea cuando los bancos están en las jurisdicciones más reputadas y, según el caso, tu dinero posiblemente estará más seguro en estas jurisdicciones offshore de lo que nunca estará dentro de las fronteras de la Unión Europea o país en el que resides. Eso sí, tienes que tener el valor de tomar las medidas adecuadas y actuar con la debida diligencia.
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