El comunismo de la Alemania del Este sigue vivo – el registro de la propiedad como herramienta de vigilancia masiva… y cómo escapar de él

Hoy vamos a hablar de cómo el socialismo (o comunismo, como prefieras llamarlo) de la Alemania del Este ha conseguido levantarse de la tumba y continuar entre nosotros. Te contaremos cómo el socialismo de la Alemania del Este y sus herramientas de vigilancia masiva siguen vivas y tus opciones para evitarlo.

El comunismo, al igual que el socialismo es uno de esos fenómenos inexplicables que existen. Por un lado, al contrario que ocurre con fenómenos como el nazismo o fascismo que (con razón) tienen muy mala fama, se trata de ideologías que, a pesar de todo el daño que han hecho, a pesar todas las personas a las que ha empobrecido y llevado a la tumba, siguen teniendo fuerza y gozan de buena reputación, especialmente en los países ricos, en los que no han reinado desde hace mucho tiempo (el socialismo nunca ha llevado a ningún país de la pobreza a la riqueza, solo hace el recorrido en la otra dirección).

Por otro lado, es un fenómeno que pierde fuerza cuando se pone en práctica, que se debilita cuanto más pobre es un país y, sin embargo, se hace fuerte cuanto más rico es un país. Es un virus que puede debilitarse hasta que se le da por muerto, pero solo para volver luego con más fuerza y violencia.

El socialismo nos muestra que los monstruos de verdad no se esconden bajo la cama ni en los armarios… sino en los parlamentos, congresos, senados, ministerios, consejerías, y demás

El 18 de enero de 2024, el Consejo y el Parlamento Europeo llegaron —en silencio y a escondidas— a un acuerdo provisional sobre el registro de activos en toda la UE, así como sobre la creación de una nueva autoridad para «luchar contra el blanqueo de capitales»: la llamada AMLA —siglas de Anti-Money-Laudering Authority, o Autoridad Europea contra el Blanqueo de Capitales—. Tampoco es de extrañar que hayan elegido a Fráncfort del Meno como sede de esta nueva comisión. Esta autoridad comenzará su labor a mediados de 2025 con más de 400 empleados.

El objetivo de esta iniciativa es centralizar la información sobre el patrimonio de particulares y empresas dentro de la Unión Europea. Las competencias correspondientes incluyen, entre otras cosas, las siguientes:

  • Recogida de datos
  • Autorización de acceso
  • Cruce y análisis de datos
  • Supervisión y control
  • Investigaciones, bloqueos y sanciones
  • Mayores obligaciones de due diligence

Este organismo tiene acceso a prácticamente todo: contratos, deudas, incluso matriculaciones de coches y reservas de vuelos… y esto en una época en la que es muy sencillo organizar la información y optimizar su uso mediante inteligencia artificial.

Naturalmente, si no cumples te confiscarán tus bienes, entre otras cosas porque firmaste un contrato (recuerda, el famoso contrato social sobre el que se asienta todo esto) en el que te comprometías ciega e incondicionalmente con la sociedad, ¿o acaso no es así?

Se está creando algo denominado Unidades de Inteligencia Financiera (UIF) destinadas a obtener un acceso exhaustivo a los datos sobre beneficiarios efectivos, cuentas bancarias y propiedades. Naturalmente, los activos de alto valor también se incluirán en esta lista, es decir, el objetivo ahora es introducir un registro de bienes para todos los objetos privados cuyo valor ascienda a 200.000 € o más.

Es más, incluso será posible hacer uso de registros domiciliarios, esta práctica será totalmente legal ahí donde se considere necesaria.

Aunque no debería sorprender a nadie: este hecho no es especialmente novedoso, sobre todo cuando se trata de la temible sanguijuela parasitaria y monopolística que es el Estado. En 2021 se llevó a cabo un estudio de viabilidad sobre «un posible registro centralizado de activos para todos los ciudadanos de la UE». Este registro podría almacenar información de varias fuentes de propiedad de activos y hacerla accesible en cualquier momento, como entradas en el registro de la propiedad, participaciones en empresas y propiedad de cuentas de valores, criptodivisas, oro y obras de arte.

Cuando decimos que el Estado es el parásito más repugnante, inmoral, vil y coercitivo que puedas imaginar, que es un monstruo que solo sabe chupar hasta dejar secos a los ciudadanos bajo amenaza de castigo o agresión y que nunca tiene suficiente; la gente piensa que exageramos.

Cuando decimos que el Estado va a confiscar aún más de lo que tienes, hasta no dejarte prácticamente nada, la gente se cree que es broma y piensa que no son más que teorías de la conspiración.

Cuando hablamos de que los Estados van a usar las CBDC, la moneda digital para controlar nuestros movimientos financieros e incluso para racionar los bienes que consumimos, no tachan de conspiranoicos.

Cuando decimos que el Estado te manipula, te utiliza, te explota, te roba tu libertad y se apropia de tus bienes a su antojo, la gente cree que solo tratamos de asustarlos.

Pero es el Estado lo que realmente debería causar pavor, no nosotros. Nosotros solo queremos que puedas llevar una vida más libre sin que nadie te moleste, con respeto mutuo, libre intercambio y coexistencia pacífica, porque tu vida es tuya.

Si un Estado por sí solo ya hace la vida imposible a sus ciudadanos, un megaestado como la Unión Europea es aún más peligroso…

Me considero europeísta, pero por eso mismo, deseo con todo mi corazón que la UE desaparezca lo antes posible. Solo así podremos mantener el espíritu individualista y libre europeo.

La buena noticia es que la historia nos muestra que los grandes Estados siempre acaban desintegrándose. La mala es que lo suelen hacer tras mucho dolor y muerte. De todas formas, estoy convencido de que mis nietos no tendrán que coexistir con esta Unión Europea y que en los siguientes 10 o 15 años desaparecerá en su mayor parte (por otro lado, también es verdad que siempre he sido un gran optimista…).

Pero volvamos al tema central de nuestro artículo de hoy.

Se ríen de ti en tu cara

Naturalmente, no han bautizado la nueva criatura como «registro centralizado de activos para el control totalitario de la población que ejerce el poder último sobre tu vida y te convierte en una marioneta sin voluntad», sino como «normativa para combatir el blanqueo de dinero», que suena mucho mejor. Sin embargo, ni siquiera así se puede disfrazar la verdadera naturaleza de las cosas, cualquiera que esté un poco atento ve lo que hay detrás. El problema es que la población no solo acepta estas medidas sin rechistar, sino que a menudo incluso las aplaude, pensando que acabar con el dinero negro dará a esta economía europea cada vez más débil el empujón que necesita para que todos podamos vivir sin hacer nada.

De nuevo, ahí lo tenemos, el persistente mito de ¿por qué esforzarse, si en realidad hay para todos? Si no fuera por esos malditos ricos y por esos defraudadores de impuestos.

¿Qué se considera un delito?

Se comete un delito cuando alguien te quita algo que te pertenece legítimamente bajo amenaza o coacción. A pesar de esta clara definición, se nos vende la idea de que los impuestos son una contribución caritativa a la sociedad (y no un delito contra el ciudadano). Del mismo modo, el proceso de convertirnos en ciudadanos transparentes vigilados constantemente sin nuestro consentimiento se presenta como algo honorable y moralmente correcto… Por supuesto, se trata de un engaño, de una manipulación destinada a socavar nuestro derecho a la intimidad y a la autodeterminación.

Que alguien que no se ha preocupado por ahorrar o que ha decidido que no va a crear nada de valor para terceros, que alguien así esté a favor de los impuestos no significa que yo también deba estarlo (sí, ya lo sé, también hay personas han tenido mala suerte y que lo han intentado, pero no te engañes, son muy pocas).

Tú has construido tu riqueza con tus propios esfuerzos, creando valor para otros (y si no lo has hecho, seguramente seas un político ladrón o estés en algún tipo de mafia análoga) y no deberías soportar que una institución violenta que no hace nada por ti reclame su propiedad y te obligue a pagar impuestos.

Tú no eres el Estado.

Tú no eres los políticos.

Tú no eres la sociedad.

Nadie representa tus intereses excepto tú mismo.

Según Hans-Hermann Hoppe, un protector de la propiedad que expropia la propiedad (como hace el Estado a través de los impuestos) es un oxímoron: una contradicción en sí misma.

Pero ahora el Estado no solo va en busca de tus ingresos, sino también de tu propiedad, que probablemente ya hayan gravado «adecuadamente» de varias maneras y en varias ocasiones.

Al igual que se ha puesto de moda la letanía de contribuir con impuestos a la sociedad, la idea de ser transparente frente a los gobiernos va camino de convertirse en la nueva moda. Como todo buen hijo de vecino sabe: ¡No tienes de qué preocuparte!, el Estado es justo y nunca haría nada que vaya a perjudicarte con toda esa información que consigue sobre sus ciudadanos.

[Y, bueno, si tú no lo tienes claro del todo, quizás quieras echar un vistazo a nuestro curso de anonimidad]

A continuación te dejamos una lista de la ristra de ataques que demuestran el poder que el Estado ejerce sobre ti —te guste o no— en virtud de la nueva ley de registro de activos para la vigilancia masiva de la población… oh, perdona, quería decir para combatir el blanqueo de capitales:

  • La nueva normativa obliga a los proveedores de servicios de criptomonedas con transacciones de 1000 € o más a realizar comprobaciones rigurosas de los clientes y a que informen de las actividades sospechosas, además de introducir medidas de minimización de riesgos cuando utilicen carteras digitales autogestionadas (naturalmente, los requisitos serán vagos y arbitrarios, lo que significa que mucho se dejará a la interpretación). También han adoptado obligaciones especiales y reforzadas de due diligence para las relaciones de corresponsalía bancaria transnacional.
  • Entre los operadores económicos que en el futuro estarán sujetos a las obligaciones de due diligence con respecto al cliente y de notificación figuran no solo los proveedores de servicios cripto, sino también quienes comercian con artículos de lujo —metales y piedras preciosas, joyeros, relojeros u orfebres, por ejemplo—, los proveedores de bienes culturales —como obras de arte— y los vendedores de coches, aviones y yates de lujo.
  • Las instituciones financieras y de crédito deben aplicar medidas reforzadas de due diligence cuando gestionen grandes patrimonios que manejen a través de relaciones comerciales con personas de alto patrimonio. Las infracciones de estas normas se consideran circunstancias agravantes de cara a las sanciones
  • En la UE se ha fijado un límite máximo para los pagos en efectivo de 10 000 € y 7000 € respectivamente, para dificultar el blanqueo de capitales —aunque los Estados miembros tienen la opción de reducir más esa cantidad—. Además, según el acuerdo provisional, deberán verificarse la identidad de las personas que realicen transacciones ocasionales en efectivo de entre 3000 € y 10 000 €.
  • Al pagar en efectivo, se exige a los ciudadanos que verifiquen y revelen todos los detalles de su propiedad y control. Los beneficiarios efectivos que controlen más del 25 % de una entidad jurídica estarán obligados a revelar su información, aunque tengan su sede fuera de la UE. Esta obligación también incluye a todas las empresas extranjeras que hayan sido propietarias de bienes inmuebles en la UE desde el 1 de enero de 2014.
  • Además, se desentrañarán las estructuras de propiedad complejas para que «nadie pueda esconderse detrás de estructuras societarias enrevesadas». Estas medidas salidas de la novela 1984 amplían la vigilancia del Estado bajo la apariencia de transparencia y convierten una simple actividad empresarial en un libro abierto para las agencias gubernamentales. También endurecen la protección de datos y las obligaciones de registro, lo que incrementa la ya de por sí exasperante burocracia. Este exceso de regulación es un ataque directo a la privacidad y la libertad empresarial, entre otras cosas.
  • En las transacciones ocasionales y en las relaciones comerciales con «países de alto riesgo» cuyas medidas nacionales contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo sean deficientes —y, por tanto, supongan una amenaza para el mercado interno de la UE—, las entidades obligadas deberán cumplir con obligaciones de due diligence más estrictas. La Comisión Europea llevará a cabo una evaluación del riesgo basada en las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). En vistas del elevado riesgo, la UE justifica medidas específicas adicionales tanto a nivel nacional como europeo. Aquí de nuevo, por lo bajini, te dejan atrapado y sin salida posible.
  • Deberás modificar toda la información enviada al registro central, y señalar explícitamente los vínculos con personas o empresas sancionadas. Esta disposición parece tener menos que ver con la protección y más con el cribado y la vigilancia total del mundo empresarial, un claro caso de sobrerregulación y control gubernamental. Aún más aterradora debería resultarte la facultad de las autoridades del registro de allanar los locales de las empresas registradas si existen dudas sobre la exactitud de la información.
  • Además, el acuerdo no solo concede acceso a estos registros a las autoridades estatales, sino también a representantes «autorizados» del sector público, como periodistas o activistas. Esta dudosa apertura de los datos confidenciales de las empresas a casi cualquiera que alegue un mínimo interés socava la confidencialidad comercial y expone a las empresas a aun mayor riesgo de hostilidad pública y difamación.
  • Por último, el acuerdo proporciona a las autoridades un acceso centralizado a los registros de la propiedad, lo que les permite conocer en detalle valiosos activos privados.
  • En todos los Estados miembros de la UE existen ahora todopoderosos centros de información que se inmiscuyen en todos los detalles financieros con el pretexto de combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Estos centros tienen acceso ilimitado a numerosos datos personales y financieros, incluida la información fiscal y todo tipo de registros nacionales. A la menor sospecha, pueden detener o denegar las transacciones. Como puedes imaginar, esto supone un inmenso poder en sus manos. ¿Estás de acuerdo con ello? Y lo que es más importante, ¿votaste tú a los políticos para que desarrollaran estas medidas?

No te imaginas cómo se les cae la baba a los gobiernos con este nuevo juguete con el que controlarnos. En palabras de la presidenta de la Comisión, von der Leyen:

«Para ella, el registro es solo el punto de partida de las próximas iniciativas de la UE en pro de una base jurídica armonizada, instrumentos comunes y, sobre todo, un enfoque conjunto de los países de la UE contra la migración de activos a través de las fronteras de la UE hacia países que siguen ofreciendo buenas oportunidades para ocultar activos privados del alcance de las autoridades fiscales del país de origen».

Oh, con que punto de partida… es decir, que aún hay más por venir. Los posibles impuestos sobre el patrimonio, la expropiación forzosa si las cosas se ponen realmente mal para la economía, las monedas digitales de los bancos centrales, etc. no son más que un juego de niños.

Su objetivo eres TÚ y TU PATRIMONIO, ¡esto no va de tráfico de armas ni de posesión de drogas!

Ante el Estado, no eres más que un criminal

Ante un Estado, y no importa de qué tipo —el partido A, el partido B, el partido C… todos son harina del mismo costado—, los ciudadanos reciben toda culpa y castigo, aunque el ladrón realmente sea el propio Estado.

El Estado, esa maquinaria que ni funciona, ni puede funcionar, promueve la corrupción y el corporativismo, roba tu dinero día a día y, si tratas de defenderte, te tacha de terrorista… y, por supuesto, te culpa a ti de que no funcione, pues no pones suficientes medios y poder a su alcance.

¿Te has dado cuenta de que la corrupción solo existe porque hay una dinámica de poder desigual en la que un gobierno monopoliza el poder? Si los intercambios fueran voluntarios y hubiera libre competencia en la que un grupo no estafara al resto, no nos encontraríamos ni por asomo con tantos abusos como nos encontramos ahora, pues el Estado resulta al final ser el gran patrocinador de los abusos.

Dondequiera que el gobierno tenga un papel de guardián en el flujo del dinero, habrá corrupción. Elegir más Estado, es elegir dar al zorro las llaves del gallinero, convertirle en protector y guardián de aquello que más quiere: el poder.

El corporativismo (aquello que muchos confunden con el capitalismo de libre mercado) es una forma de pseudo capitalismo que se apoya en el poder del Estado, que difumina los límites entre el Estado y las grandes empresas, lo que conduce a un tipo de gobierno en el que los líderes empresariales y los políticos colaboran estrechamente para elaborar leyes y reglamentos que les beneficien principalmente a ellos —normalmente a expensas del comercio justo y la libre competencia—. Esto fomenta la corrupción y el favoritismo empresarial, pues los marcos normativos se manipulan a cambio de poder.

En muchos países está prohibida la tenencia de armas, y sin embargo abundan los delincuentes armados. ¿Nunca te has preguntado cómo es posible? Las armas y las drogas están prohibidas… ¡pero uno las encuentra por todas partes! Y no lo decimos porque en Librestado nos preocupe que la gente pueda poseer armas o consumir drogas, estamos a favor de la libertad individual, también en este sentido. Lo que nos preocupa es que los Estados prohíben a las personas de bien armarse o consumir lo que les apetezca, de forma que al final acaban expuestas a mafias y delincuentes que, por supuesto, no tienen problema para acceder a todo ello. Ningún Estado debería determinar lo que haces con tu vida o impedirte protegerte a ti y a los tuyos con armas de fuego.

¿De veras crees que los terroristas y delincuentes van a registrar sus «bienes» ante el Estado?

Los perdedores siempre son los ciudadanos «decentes» como tú: gente inocente, que no ha hecho nada, que paga un porcentaje cada vez mayor de sus ingresos en impuestos y encima acaba en la nueva lista negra de la UE… ¡como si todos los ricos lo fueran automáticamente por evadir impuestos o hacer negocios clandestinos!

Existe un odio a los ricos alimentado por el Estado, como si se hubieran enriquecido a base de robar y explotar a los pobres o de delinquir. Sí, es cierto que a lo largo de la historia ha habido gente que se ha enriquecido a costa de los demás, pero en todo momento lo hizo con la protección y el apoyo del propio Estado. La esclavitud era LEGAL y estaba PERMITIDA por ley. El Estado se posiciona como un ejecutor de la ley para luchar contra la injusticia (solo para mantenerse en el poder y robarte todo lo posible), PROMOVIENDO la injusticia «legal», castigando a los que crean valor y protegiendo a sus aliados (ya sean empresas, personas o cargos políticos).

Cada día que pasa, la política se vuelve más y más escandalosa y ultrajante para los ricos y los que tienen puestos de responsabilidad en nuestras sociedades.

Lo irónico es que son precisamente estas personas las que mantienen la economía en marcha, las que crean puestos de trabajo, las que marcan la diferencia… pero a su vez son las que reciben el peor trato por parte de los políticos y las que quedan retratadas como criminales —como si todo el que tiene dinero fuera por defecto un criminal que merece ser tratado como tal—. Se impone la visión de que «los que tienen más dinero y riqueza» también deben tener más deberes y obligaciones, sin que tenga que darse ningún tipo de consentimiento o capacidad de réplica por su parte.

¿Quién recuerda la época de la Alemania del Este?

Bueno, no es que sea realmente «el pasado»: la República Democrática Alemana sencillamente se ha modernizado y disuelto en una narrativa política en la que los ciudadanos son clara e inequívocamente manipulados para evitar una revolución civil y un movimiento en masa contra el Estado —¿por qué será? —.

La Alemania del Este se erigió entre 1949 y 1989 como un sombrío monumento conmemorativo de los peligros del poder estatal sin control y del control gubernamental exhaustivo. Este régimen, basado en el ideario comunista, personificó las profundas violaciones de las libertades individuales y las ineficiencias económicas inherentes que se derivan de un sistema de este tipo. La experiencia de Alemania Oriental proporciona un estudio de caso crucial del inevitable fracaso del comunismo puesto en práctica.

En el centro del aparato de vigilancia estaba la Stasi (el Ministerio para la Seguridad del Estado), cuyas amplias operaciones de espionaje no eran solo instrumentos de seguridad del Estado, sino mecanismos para mantener el poder del Partido Comunista. En otras palabras, la concentración de poder en manos de unos pocos a expensas de la mayoría. La amplia vigilancia de la Stasi no solo servía para controlar la disidencia política, sino también para imponer la conformidad económica.

Aquí uno sigue encontrándose con esta narrativa que proclama que «siempre hay un enemigo del que debamos defendernos», y para ello, tenemos al magnánimo Estado que nos protege. Uno siempre se encuentra con esta visión del bien contra el mal, pero desgraciadamente esa narrativa solo funciona en las películas de Disney.

Necesitamos protección de aquellos que nos tienen completa e irremediablemente cautivos y que dicen protegernos.

La Stasi desarrolló un sistema de vigilancia y control sin precedentes que interfería profundamente en el día a día de la población socialista de la Alemania del Este.

  • Vigilancia telefónica y postal: se intervenían las conversaciones y se abrían y leían sistemáticamente las cartas para recabar información política y privada.
  • Colaboradores no oficiales: se reclutaba a civiles como informantes para espiar a amigos, familiares y compañeros de trabajo, a menudo bajo presión y con la amenaza de represión si se negaban a colaborar.
  • Subversión: estrategia de guerra psicológica destinada a desestabilizar el entorno social y la salud mental de los disidentes mediante calumnias, falsificación de documentos y manipulación de las relaciones.
  • Audio- y videovigilancia: instalación secreta de dispositivos de escucha y cámaras en los domicilios de los sospechosos para vigilar sus actividades sin interrupción.
  • Control y censura de los medios de comunicación: se vigilaban y censuraban todas las formas de comunicación pública para garantizar el cumplimiento de la ideología socialista y para suprimir las opiniones críticas y las voces disidentes.

¿No es increíble cómo se repite la historia? Nos encontramos en la encrucijada en la que el pasado y el presente se funden de forma inquietantemente similar, y lo hacen en el peor de los sentidos.

¿Cuál es la diferencia entre el control y la vigilancia asfixiantes que imperaban en la Alemania del Este y lo que vemos hoy en la Unión Europea?

Esta pregunta nos hace reflexionar, y a su vez revela una amarga verdad: el alcance de la vigilancia, la represión y el control que sufrimos hoy día en Europa muestran paralelismos aterradores con el que supuestamente dejamos atrás en el siglo XX.

La Alemania socialista, un Estado caracterizado por la paranoia y la desconfianza, utilizaba todas las tecnologías e influencias sociales imaginables para vigilar y controlar a sus ciudadanos: cámaras, micrófonos, informadores… entre otras muchas herramientas de opresión que interferían tan profundamente en la vida cotidiana de las personas que nadie podía hablar, pensar o moverse libremente sin temor a las represalias.

Estos métodos de control totalitario deberían servirnos de recordatorio: una vez visto, no se puede ignorar.

¿Lo más gracioso de todo? Nos hemos metido voluntariamente en esta red de vigilancia, atraídos por la ilusión de seguridad y comodidad. Los avances tecnológicos, que deberían facilitarnos la vida, se utilizan para vigilarnos constantemente (a pesar de que, tecnológicamente, se podrían aplicar de forma que respetasen nuestra anonimidad). Los argumentos pueden ser más modernos, y los métodos más refinados gracias a las nuevas tecnologías, pero la esencia del control y la opresión se mantiene intacta.

Y yo me pregunto (tú también deberías), incluso si pensamos que el Gobierno actual es bueno y nunca haría nada en nuestra contra, ¿realmente somos tan ingenuos como para creer que estos instrumentos de poder no pueden caer en malas manos y utilizarse en nuestra contra? ¿Estamos tan ciegos que no vemos que la libertad a la que estamos renunciando voluntariamente es un precio demasiado elevado? Ya es hora de que despertemos y reconozcamos los paralelismos que existen entre lo que una vez fue y lo que es hoy. Ambos métodos, ya sean antiguos o nuevos, soviéticos u occidentales; tienen como objetivo controlar y oprimir al individuo, y no podemos aceptarlo en silencio y sumisión.

¿Cómo es posible que aceptemos de buena gana todo esto? El Estado confisca propiedades, bienes y libertades siempre que lo considera oportuno y empaqueta estas incursiones como si fueran «por el bien común». Esto realmente significa que te roba para dárselo a otros (o quedárselo ellos) y, si alguien se queja, se le tacha de enemigo dentro este sistema. Eres tú a quien el Estado ve como fuente de injusticia.

¿Y de verdad crees que te va a proteger? ¿No te parece absurdo? ¿Cómo puede protegerte alguien que te está robando? Es el colmo de la hipocresía. No debemos permitir que se vulneren nuestros derechos naturales básicos con el pretexto del bien común. Ya es hora de que nos levantemos y veamos a través de este engaño.

La inmensa mayoría de la gente piensa que el Estado está para defenderles, y que su derecho a voto les protege de cualquier abuso de los políticos. Es realmente penoso. La democracia, no es más que el sistema menos malo con el que contamos, no deberíamos permitir que los Gobiernos legitimen o blanqueen todas sus leyes y acciones apoyándose en que es la mayoría quien los ha elegido.

Hace poco mi hija me preguntaba por la democracia y los políticos. ¿Que qué eran y cómo funcionaba? Le expliqué:

Imagínate que te dejamos elegir entre papá, mamá. Uno de nosotros será el que mande durante los siguientes cuatro años. Si me elijes a mí, yo te daré golosinas, una paga de 100 euros al día y te permitiré elegir lo que comemos, además de a dónde vamos de viaje. Si elijes a tu madre, te dará comida sana, una paga de 20 euros al mes y los viajes se harán allí donde los padres creamos que es mejor.

¿Qué harías?

Por supuesto, me elegiría a mí, a papá.

Sin embargo, una vez que me he convertido en el jefe, resulta que no le doy golosinas, pues resulta que no son sanas para ella; la paga de 100 euros al día se convierte en una paga de 20 euros al mes, pues es importante que aprenda a no malgastar; que solo puede elegir lo que comemos en días especiales, como su cumpleaños; y que no puede elegir ella sola dónde nos vamos de viaje, pues no sería justo para los demás.

Por supuesto, ella se quejaría, señalaría que la he metido y engañado. A lo que yo respondería que es que he cambiado de opinión o, mejor, es que me he encontrado con una realidad diferente a la que al principio esperaba.

De todas formas, su gran ventaja es que esto es una democracia. Si no te gusta, siempre puede elegir a su madre dentro de cuatro años. Eso sí, como me ha votado, tendrá que obedecerme y aceptar las normas que yo decida hasta entonces.

Entonces, ¿aún es posible protegerse?

Sí, todavía quedan vías legales: «tan solo» hay que estar dispuesto a llegar hasta el final para protegerte del Estado.

Atrás quedaron los tiempos en que todo giraba en torno a un mismo país. Los tiempos en los que vivías en tu país de origen, te comprabas allí una casa, trabajabas para una empresa local, te casabas con alguien de allí, invertías en la economía nacional y mantenías tus ahorros también allí.

Es fundamental ir allí donde mejor te traten. El país en el que naces puede no ser tu mejor opción en todos los ámbitos de tu vida —especialmente cuando hablamos de residencia, protección de activos o residencia fiscal—.

Si vas a seguir residiendo en la Unión Europea, desde Librestado te recomendamos separar tu patrimonio de tu persona, minimizando así los riesgos y garantizando al mismo tiempo el control y la integridad de tu capital en situaciones imprevistas o adversas —como la del registro de activos que se avecina—. Una protección patrimonial bien diseñada ya no es un lujo, sino una estrategia esencial para protegerte.

El registro de activos abarcará tanto a particulares como a empresas registradas en la UE, así como el patrimonio de extranjeros dentro de la UE.

El paso más inteligente y definitivo sería darte de baja de tu país (y de la UE) y trasladar la residencia, las cuentas bancarias, las inversiones y las empresas al extranjero. Trasladar activos al extranjero suele ser una parte fundamental de cualquier estrategia de protección de activos, por lo que, aunque quieras o debas permanecer en la UE, es vital que consigas una residencia sobre el papel en un país no comunitario desde la que puedas seguir verificando tu dirección y número de identificación fiscal con las entidades financieras. De este modo, podrás evitar una posible inscripción en el registro de activos —al menos extraoficialmente—. En este sentido, nuestro curso de anonimidad podría ayudarte.

Aunque fiscalmente tenga todo el sentido del mundo hacerse con una residencia en Chipre o Malta, te recomendamos que consigas una dirección adicional en un país fuera de la UE. Una opción interesante sería, por ejemplo, combinar Chipre con Georgia o con los Emiratos para aprovechar al máximo las ventajas de ambas jurisdicciones. Conseguir un permiso de residencia adicional no resulta especialmente complicado y puede reforzar considerablemente tu configuración global. Sea cual sea tu lugar de residencia en la UE, ¡no te dejes llevar por una falsa sensación de seguridad y actúa mientras aún estás a tiempo!

He aquí algunas herramientas adicionales para la protección de activos: fundaciones, trusts, cooperativas, holdings, soluciones offshore en Nieves o la inversión en arte. En Librestado estamos familiarizados con todos estos métodos de protección, y nos ponemos a tu disposición para ofrecerte un asesoramiento completo, detallado y personalizado.

Las estructuras europeas no suelen ofrecer la protección que puedes conseguir con las soluciones offshore más avanzadas, como las de Nieves: Nieves es una isla del Caribe conocida por su sólida legislación en materia de protección de datos y su marco jurídico sumamente favorable a los servicios financieros extraterritoriales. La protección de activos que ofrece es posible gracias a la estricta legislación relativa a la divulgación de información y a los elevados obstáculos a los que deben enfrentarse los acreedores extranjeros. A los terceros les resultará muy difícil acceder a o reclamar los activos que mantengas en estructuras jurídicas en Nieves—como un trust o una LLC—.

Las cooperativas son asociaciones de personas que persiguen conjuntamente objetivos económicos, sociales o culturales. La protección de los activos en las cooperativas se consigue agrupando los fondos bajo una entidad jurídica colectiva. Esto protege a los miembros individuales de los riesgos financieros personales en caso de deudas o desafíos legales que puedan afectar a la cooperativa. La estructura de la cooperativa garantiza que la atención no se centre en los activos individuales de los miembros, sino en los de la cooperativa.

Por otra parte, las fundaciones son entidades jurídicas que se establecen para destinar activos a un fin específico y gestionarlos. Los activos de una fundación están legalmente separados de los activos privados del fundador. Esto los protege de deudas personales o reclamaciones legales contra el fundador, ya que los activos de la fundación se utilizan exclusivamente para su fin definido y no pueden usarse para cubrir las responsabilidades personales del fundador. Una fundación de Liechtenstein debidamente constituida y gestionada sigue siendo admisible en Alemania y en Austria y, por tanto, te protegería frente al registro de bienes.

Un trust es un instrumento jurídico por el que un fideicomisario gestiona bienes que le han sido confiados por otra persona (el fideicomitente) en beneficio de un tercero (el beneficiario). La protección de los activos que ofrece un trust se deriva de la separación de la propiedad: el fideicomisario gestiona los activos independientemente de los riesgos jurídicos y financieros personales del fideicomitente. Esto dificulta a los acreedores el acceso directo a estos activos, puesto que ya no son legalmente propiedad del fideicomitente. Sin embargo, en la mayoría de países europeos, incluida Alemania, los trust no son una forma jurídica reconocida y, por tanto, solo sirven para ocultar activos.

Una holding es un tipo de sociedad creada para poseer las acciones de otra sociedad. Esta estructura separa la gestión y la propiedad de los activos en los riesgos operativos de las empresas que controlas. La protección de activos se consigue aislando las inversiones de las empresas operativas dependientes de la holding. Como la holding no tiene actividades empresariales directas, los activos subyacentes están protegidos de las responsabilidades y riesgos empresariales directos que podrían afectar a las filiales. Es perfectamente posible poseer holdings en el extranjero con residencia en la UE, pero no siempre tiene mucho sentido hacerlo. Contáctanos para evaluar esta cuestión y encontrar la solución óptima. Una sociedad holding solo te protege frente al registro de activos si la combinas con alguna otra estrategia de entre las que te presentamos en este artículo.

El uso de depósitos aduaneros para almacenar obras de arte proporciona una sólida protección a las inversiones, y resulta especialmente eficaz para preservar tus activos. Los depósitos aduaneros, que suelen establecerse en países con sistemas jurídicos estables como Suiza o Singapur, permiten proteger las obras de arte de los efectos de los cambios fiscales y el intervencionismo regulador. Además, los depósitos aduaneros permiten mantener las obras de arte en el anonimato, lo que supone una mayor discreción como inversor. Esto no cambiará por muchas leyes que se invente la UE. Las obras de arte en depósitos aduaneros no formarán parte del registro de activos. Es, por tanto, tu última oportunidad de invertir tu dinero de forma anónima, legal, segura y con buenos rendimientos si resides en la UE. Ponte en contacto con nosotros si deseas saber más acerca de esta inteligente alternativa.

En Librestado conocemos las vías y normas, las lagunas legales, y sabemos cómo ayudarte. Date de baja, emigra, conviértete en perpetual traveller o vive en lugares donde la riqueza es bienvenida y aceptada, como Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos; o donde nadie te moleste, como Paraguay. Existen multitud de países en los que puedes plantar tus banderas y mantenerte a salvo del registro de activos, ponte en contacto con nosotros si quieres más información.

La Unión Europea está en decadencia, y lo está desde hace ya bastante tiempo —y tampoco hay indicios de que vaya a mejorar—. El problema es que toda la prosperidad conseguida gracias a la libertad, pluralidad e individualidad del pasado, se está destruyendo en esta Europa en decadencia. Así, por ejemplo, nos encontramos con que la libertad económica, la mínima intervención del Estado y el trabajo duro fueron la causa del milagro económico alemán.

No hay diferencia entre comunismo y socialismo, excepto en la manera de conseguir el mismo objetivo: El comunismo propone esclavizar al hombre mediante la fuerza, el socialismo mediante el voto. Es la misma diferencia que existe entre asesinato y suicidio – Ayn Rand

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