Sin duda muchos de los lectores de Librestado nos seguís más que nada porque llegó un día en el que os hartasteis de la Hacienda en vuestro país de origen. Ya sea por las sanciones, las numerosas reglas o los impuestos en sí.
No es nuestra intención decidir cuál es la Hacienda más dura y asfixiante del mundo – seguro que para cada cual la Hacienda de su país es la peor – pero sí queremos mostrar un ejemplo de en lo que puede llegar a convertirse.
El Estado alemán es uno de los más codiciosos del mundo, y la presión fiscal allí llega en ocasiones a batir todos los récords mundiales: según la OCDE, Alemania fue en el 2020 el país con mayor carga fiscal de entre los países más desarrollados.
En este artículo, examinaremos los 41 diferentes impuestos o gravámenes más comunes de Alemania. La seguridad social queda al margen, pero no hay que olvidarse de ella pues en muchos casos supone un quinto o cuarto de lo ganado (y de ello un 80% de ello se va a la estafa piramidal que son las pensiones estatales).
Sea como sea, esperamos que esto te haga ver hasta dónde puede llegar el Estado si se le deja. Por supuesto, también te dejará pensando sobre los impuestos que tú estás pagando ahora, pues, según donde residas, seguro que también estás pagando al menos la mitad o tres cuartos de los impuestos que vamos a exponer.
Vas a ver que muchas de las cosas del día a día se gravan por partida doble y triple sin que te des cuenta, un poco como si entras en la tienda del vendedor de la esquina y te cobra por el trozo de queso una vez cuando te lo da, otra cuando pasas por caja y otra cuando sales por la puerta de la tienda.
Para empezar, una pequeña explicación de cómo funciona el sistema fiscal alemán: en Alemania, tanto el gobierno federal como los gobiernos de los Länder (las diferentes regiones) y municipios pueden recaudar o suprimir (cosa que rara vez ocurre) impuestos.
En el caso de las aduanas y los monopolios fiscales, el gobierno federal es el único que tiene derecho a recaudar impuestos a través de ellos. En otros casos, tanto el gobierno federal como el de los Länder tienen derecho a recaudarlos.
La República Alemana tiene el privilegio de recaudar impuestos, y estos ingresos le corresponden total o parcialmente (el reparto de los ingresos fiscales se explica un poco más detalladamente en el siguiente apartado). Los distintos Länder pueden recaudar impuestos si el gobierno federal no ejerce su prerrogativa, y tienen además el privilegio de determinar el tipo impositivo del impuesto sobre transmisiones patrimoniales. Esta competencia legislativa está regulada en la constitución alemana.
Tras el atraco a mano armada, los gobiernos federal, de los Länder y municipales se reparten el botín. Los ingresos de algunos impuestos van a parar exclusivamente al gobierno federal, otros a los Länder o municipios, y otros se distribuyen a partes iguales entre los tres ladrones.
Por ejemplo, los ingresos provenientes del impuesto sobre vehículos de motor van a parar exclusivamente al gobierno federal, mientras que los ingresos del impuesto sobre la renta y el impuesto sobre las ventas se distribuyen entre el gobierno federal, los Länder y los municipios. Esta competencia en materia de ingresos está regulada en la Ley Fundamental, artículo 106.
Las organizaciones encargadas de la administración de impuestos son igual de importantes. En Alemania todo el mundo ha oído hablar de las delegaciones de Hacienda en algún momento de sus vidas, pero estas delegaciones son solo una de las muchas autoridades fiscales estatales que administran la mayoría de los impuestos alemanes, es decir, donde el contribuyente tiene que presentarlos.
Además de las autoridades fiscales estatales, también hay autoridades fiscales federales y municipales. Cada una de estas autoridades es responsable de la administración de diversos impuestos. Esta competencia administrativa se establece en la constitución alemana.
Pero bueno, ahora que hemos terminado con la aburrida teoría, vamos con la dolorosa práctica, vamos a conocer los impuestos uno a uno.
Si después de leer esto todavía te quedan ganas de seguir pagando impuestos y contribuyendo a este despilfarro, en poco podemos ayudarte.
Ah, un pequeño inciso antes de comenzar. Es importante tener en cuenta que todas las cifras sobre la recaudación de los impuestos mencionados en cada caso se corresponden con la época pre-COVID. Si hay algo que está claro en estos días es que se nos vienen encima más y más altos impuestos.
Sea como sea, Librestado seguirá ayudándote a reducir legalmente tu carga fiscal a cero, sin importara que vivas en Alemania, España, Argentina, México o cualquier otro país del mundo.
1. Impuesto sobre las ganancias de capital
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos federal y Länder
Competencia administrativa: Länder
Carga fiscal: 25%
Este impuesto es especialmente importante para todos aquellos que ganan dinero con cualquier tipo de productos financieros: acciones, fondos, intereses… todo lo abarca este impuesto. Es una forma de impuesto sobre la renta. El deudor (broker, banco etc.) lo paga directamente al Estado cuando abona el beneficio al interesado. Sólo las ganancias de capital generadas por el sector privado están sujetas a este impuesto. Las ganancias provenientes de inversiones empresariales o de otro tipo deben declararse por separado en el impuesto sobre la renta. Existe un tope básico por debajo del cual no se aplica este impuesto sobre ganancias de capital, y lo mismo ocurre con los planes de ahorro para pensiones en la fase de ahorro (pensiones Riester y Rürup). Existe una reducción en el marco de la división conyugal (véase el apartado del impuesto sobre la renta). Las pérdidas en esta área solo pueden compensarse en determinadas condiciones.
Antes de la reforma del impuesto de sociedades de 2008, que entró en vigor en 2009, los beneficios de capital venían gravados por un impuesto sobre las plusvalías y el impuesto sobre los ingresos por intereses. Los Länder administran el impuesto, y los ingresos fluyen a las arcas de cada Land y del gobierno federal.
Los medios de comunicación suelen quejarse de lo injusto que les parece que las ganancias de capital tributen menos que los salarios, pero la verdad es que están muy equivocados.
Por un lado, el capital que se invierte es algo sobre lo que ya se pagó impuestos al ganarlo. Es decir, la persona que invierte en bolsa o cripto o donde sea, primero ha ganado ese dinero a través de su trabajo y pagado impuestos.
Por otro, aunque el tipo de máximo del impuesto sobre la renta es del 45% en Alemania, existen diferentes tipos impositivos (además de un mínimo exento de contribuciones), y la mayoría de los alemanes pagan tipos impositivos más bajos, de incluso un 14%. Además, si se tienen en cuenta las numerosas deducciones de los impuestos sobre la nómina, uno se da cuenta de que incluso los trabajadores mejor pagados rara vez pagan más del 25% en impuestos sobre la nómina — y eso una minoría de trabajadores—.
De todas formas, incluso si las ganancias de capital se gravaran menos que los salarios de los trabajadores, eso más bien indicaría que la solución es bajar los impuestos a los trabajadores, no subir los otros. Es una pena que los políticos hagan justo lo contrario…
2. Retenciones a no residentes
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos federal y Länder
Competencia administrativa: gobierno federal
Carga fiscal: 15%. En el caso de retribuciones a los administradores 30%
Son retenciones todos aquellos impuestos que no son pagados directamente por las personas que sufren la carga fiscal, sino que son pagados al Estado a través de un tercero. Existen retenciones sobre ganancias de capital o IRPF, sin embargo, en esta sección solo hablaremos de las retenciones a no residentes.
El sistema fiscal alemán distingue entre contribuyentes ilimitados (residentes fiscales) y contribuyentes limitados (no residentes). El primer grupo está compuesto por personas que residen o tienen una residencia habitual en Alemania. Deben tributar en Alemania por todos sus ingresos —independientemente del lugar del que los reciban—. El segundo grupo está formado por personas que obtienen ingresos en Alemania, pero no residen ni tienen una residencia habitual en el país.
Pueden ser contribuyentes limitados (no residentes) tanto las personas físicas, como las personas jurídicas (sociedades, asociaciones, etc.). Se les aplica este impuesto (retención) del 15% sobre los ingresos que obtienen en Alemania.
Existen retenciones sobre los ingresos por actividades artísticas o deportivas, apariciones en televisión, uso de derechos de autor y sobre la remuneración por formar parte del consejo de administración de cualquier empresa con sede en Alemania.
Así, si un músico extranjero, argentino o español, por ejemplo, diera un concierto en Alemania o un tenista compite en un torneo que tiene lugar en el país, deberán pagar el 15% de sus honorarios al Estado.
Los organizadores del evento deducen este 15% como precaución antes de realizar el pago y lo abonan al Estado sin que en ningún momento pase por las manos del músico o el deportista.
En el caso de ingresos obtenidos por formar parte de un consejo de administración de una empresa alemana se aplica un tipo impositivo más elevado, ni más ni menos que el 30%.
Las retenciones a los no residentes forman parte del impuesto sobre la renta o del impuesto de sociedades. Las personas físicas suelen tener que pagar el impuesto sobre la renta por los ingresos que obtienen, mientras que las personas jurídicas tienen que pagar el impuesto de sociedades.
Como exigir este impuesto a los no residentes supondría un gran esfuerzo administrativo y organizativo (pues, lógicamente viven fuera), se usa este sistema de retenciones. En Alemania, las personas físicas y jurídicas están exentas del impuesto si, como integrante de una única actuación en el ámbito del arte, el deporte o el espectáculo, ganan menos de 250 euros.
El sistema de tributación de los no residentes existe desde los años 30, y la última versión entró en vigor en 2009. A través de la globalización, ha adquirido una importancia creciente, ya que cada vez hay más actuaciones internacionales de músicos, atletas, etc. y cada vez más miembros del consejo de administración de las empresas alemanas tienen sus residencias en el extranjero.
Estos impuestos son administrados por la Oficina Central Federal de Impuestos. Los ingresos fluyen a los gobiernos federal y Länder.
3. Impuestos a la importación de productos agrícolas
Competencia legislativa: UE y gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: UE
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: varía según el producto
Desde su adhesión a la Unión Europea, Alemania ha homogeneizado sus derechos de aduanas con el resto de miembros de la Unión, proceso denominado «armonización». Esto incluye los aranceles sobre los productos agrícolas, que han pasado a estar regulados tanto por los tratados de la UE como por la legislación nacional. Por supuesto, solo los exportadores de países no pertenecientes a la UE —«terceros países»— tienen que pagarlos, ya que dentro de la UE no hay aranceles. Los aranceles se aplican cuando el precio de los productos agrícolas importados en la UE es inferior al precio medio en la UE. Es la diferencia entre ambos precios lo que deberá pagarse de arancel. Los ingresos van a parar a las arcas de la UE.
4. Impuestos a la exportación de productos agrícolas
Competencia legislativa: UE y gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: UE
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: actualmente suspendida
El impuesto a la exportación de productos agrícolas se aplica a las exportaciones de la UE a terceros países si se venden a un precio inferior al precio medio de la UE. La idea es proteger el mercado interior de la UE de posibles cuellos de botella causados por un exceso de exportaciones. Esto es, por supuesto, analfabetismo económico, porque ningún país ha entrado nunca en crisis porque sus ciudadanos y empresas hayan «exportado por encima de sus posibilidades» sin la intervención del Estado. La buena noticia es que actualmente no existen impuestos a la exportación.
5. Impuesto sobre el alcohol
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: 1.303 euros por hectolitro de alcohol puro
A la gente le gusta beber alcohol, y a los países les gusta gravar a sus ciudadanos. ¿Cómo termina esta historia? Pues con todos los países del mundo felices y contentos de cobrar impuestos sobre las bebidas alcohólicas desde hace siglos.
En Alemania, la Ley del Monopolio de Bebidas Espirituosas se encargó de ello desde 1919 hasta 2017. El 1 de enero de 2018 fue sustituida por el Impuesto sobre el alcohol.
Para sorpresa de nadie, el consumo de alcohol en Alemania hace de este impuesto un negocio muy lucrativo para el gobierno alemán, ya que la recaudación anual de este impuesto asciende a más de 1.000 millones de euros. La triste realidad es que cada vez que alguien coge una borrachera (o simplemente toma algo) está financiando a los saqueadores que le expolian.
Con la reforma que entró en vigor en 2018, se armonizó la fiscalidad del alcohol con los países de la UE. De este modo, la Ley del Impuesto sobre bebidas alcohólicas se remite a la Nomenclatura Combinada (una lista de bienes de la UE) para enumerar los productos alcohólicos sujetos al impuesto. Se trata del alcohol etílico de cualquier graduación —desnaturalizado o no— y de las bebidas espirituosas que contengan más del 1,2% de alcohol en volumen; así como otras bebidas y mezclas de estas bebidas que contengan más del 22% de alcohol en volumen.
El importe del impuesto se mide en función de la cantidad de alcohol puro a una temperatura superior a 20 grados Celsius. Por un hectolitro (100 litros) de alcohol, se pagan 1303 €. Existen reducciones para el alcohol producido en una destilería que produzca hasta 3 hectolitros al año, así como para el alcohol producido en ciertos tipos de destilerías que produzcan hasta 4 hectolitros al año. En el primer caso se pagarían 1022 € por hectolitro, mientras que en el segundo se pagan 730 € por hectolitro. Los productos alcohólicos pueden estar completamente exentos del impuesto sobre el alcohol si se utilizan para medicamentos, productos alimenticios (excepto bebidas, evidentemente), aromatizantes, vinagres, cosméticos y en el contexto de la calefacción y la limpieza con fines distintos a la producción de bienes. El impuesto lo recaudan las aduanas y los ingresos se destinan al gobierno federal.
El nombre “impuesto sobre el alcohol” daría a entender a un lector confiado e inocente que se trata del único impuesto que grava los productos alcohólicos, pero nada más lejos de la realidad. Además del impuesto sobre el alcohol, existe el impuesto sobre los alcopops (mezclas alcohólicas de graduación relativamente alta y generalmente endulzadas, comercializadas en pequeñas botellas que sugieren baja graduación), el impuesto sobre la cerveza, el impuesto sobre el vino espumoso (que tiene una interesante historia, de la que hablaremos más tarde) y el impuesto sobre los productos intermedios. Ya hablaremos de todo esto más adelante.
6. Impuesto sobre los alcopops
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: 5500 € por hectolitro de alcohol puro
El impuesto sobre los alcopops se introdujo en 2004 con el objetivo de proteger a los jóvenes. Se pretendía que al encarecer tanto las bebidas alcohólicas dulces los jóvenes no pudieran permitírselas. Este noble fin nunca se alcanzó, ya que, a pesar del descenso general en el consumo del alcohol en el conjunto de la población, el consumo de alcohol entre los jóvenes de 12 a 17 años aumentó en los años siguientes a la introducción de este impuesto. En lugar de proteger a los jóvenes, el impuesto consiguió que los niños se dejaran más dinero de sus bolsillos en alcohol. Ni que decir tiene que, aun así, este impuesto no se abolió nunca.
Este impuesto afecta a los productos que mezclan bebidas alcohólicas con bebidas no alcohólicas o de bajo contenido alcohólico que se comercializan en envases cerrados y tienen un contenido de alcohol superior al 1,2% pero inferior al 10% en volumen. El importe del impuesto sobre los alcopops es mucho más elevado que el del impuesto sobre el alcohol: 5500 € por hectolitro de alcohol puro a una temperatura superior a 20 grados Celsius. En la práctica, sin embargo, esto no es gran cosa para las arcas del Estado, ya que afecta a muchas menos bebidas que el impuesto sobre el alcohol y hay menos jóvenes (principales consumidores de estos productos) que adultos y ancianos. Así que, a pesar de todas las borracheras que producen, los alcopops solo aportan 2 millones de euros al año.
7. Retenciones sobre la construcción
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia administrativa: gobiernos estatales
Carga fiscal: 15%
Esta retención de impuestos sobre la construcción, oficialmente llamado «retención de impuestos sobre los servicios de construcción», es una parte del impuesto sobre la renta, más concretamente del impuesto de sociedades. Deben pagarla tanto los artesanos (ingresos de persona física, sujetos al impuesto sobre la renta) como las empresas de construcción (ingresos de personas jurídicas, sujetos al impuesto sobre la renta de las sociedades). Se introdujo en 2002 para combatir el trabajo no declarado en el sector de la construcción, y supuso que, por cada obra terminada, el cliente deba pagar al Estado el 15% del importe de la factura. Es decir, que para hacer más atractiva la legalidad de una actividad, te añaden un impuesto sobre ella. Esta es la famosa lógica del político. Y no lo olvides: a la factura le vas a tener que añadir también el impuesto sobre las ventas.
Si el servicio de construcción prestado es inferior a 5000 €, no se aplica la retención sobre la construcción; al igual que si se trata de un volumen de negocios de alquiler no sujeto al IVA que presta un servicio inferior a 15 000 euros. Los gobiernos federales se encargan de administrar este impuesto.
8. Impuesto sobre la cerveza
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos estatales
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: 0,787 € por hectolitro y grado Plato.
El tercer impuesto sobre las bebidas alcohólicas de nuestra lista es el impuesto sobre la cerveza. Se aplica a la cerveza de malta y a las mezclas de cerveza con bebidas no alcohólicas. El importe del impuesto está fijado por la ley hasta el tercer dígito del céntimo: 0,787 € por hectolitro y grado Plato. A menos que nuestros lectores sean químicos, lo más probable es que toda esta información les suene a chino. La unidad Plato no calcula la vajilla de tu casa, sino el contenido original del mosto de los ingredientes disueltos de la malta que se genera durante la producción de cerveza. Para una cerveza normal de unos 12 grados Plato, el impuesto sería de 9,44 céntimos.
Existen reducciones para las cervecerías que produzcan menos de 200 000 hectolitros anuales y no estén legal ni económicamente conectadas con ninguna otra cervecería. La desgravación se calcula en incrementos de 1000 hectolitros y termina en 5000 hectolitros o menos, en cuyo caso se librarían del 56% del tipo impositivo normal. No existe ningún tipo de impuesto sobre la cerveza para el consumo doméstico —que legalmente solo es un producto propio y utilizado dentro de la empresa—, ni para los primeros 200 litros de cerveza no comercial elaborada por afición. A pesar del amor por la cerveza en Alemania, los ingresos por impuestos sobre la cerveza están disminuyendo. Durante los últimos años, las aduanas les exprimieron unos 600 millones de euros anuales a las cervecerías, y los ingresos fueron a parar a los gobiernos estatales.
9. Ingresos propios de la Renta Nacional Bruta
Competencia legislativa: UE y gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: UE
Competencia administrativa: gobierno federal
Carga fiscal: depende del presupuesto de la UE
Los contribuyentes alemanes no solo financian al Estado alemán con sus impuestos, sino también a la Unión Europea. La UE se financia a través de cuatro fuentes de ingresos:
- Contribuciones que los Estados miembros deben pagar en función de su producto nacional bruto, más concretamente de su renta nacional bruta (RNB), denominadas ingresos propios de la RNB (que actualmente representan el 75% de los ingresos).
- Los derechos de aduanas y la cotización del azúcar, llamados ingresos propios tradicionales (un 13%).
- Las contribuciones pagadas al presupuesto de la UE procedentes de los impuestos nacionales sobre el volumen de negocios, denominadas ingresos propios del IVA (un 11%).
- Oros ingresos procedentes, por ejemplo, de los incentivos del personal de la UE (un 1%).
Los ingresos propios basados en la RNB no son un impuesto a los ciudadanos alemanes, sino una especie de impuesto de la UE al presupuesto federal alemán. Está previsto que estos ingresos deban representar el 75% de la financiación de la UE, y la razón de este elevado porcentaje está en que los ingresos propios basados en la RNB están destinados a cubrir la diferencia entre todas las demás fuentes de ingresos y gastos previstos del presupuesto de la UE. Debido a que el gasto es cada vez mayor, la partida de ingresos propios de la RNB también sigue creciendo. Cada Estado paga una contribución diferente, proporcional a su capacidad económica, lo que significa que, por supuesto, Alemania es el mayor pagador de la UE. Por desgracia, existen muchos indicios de que en el futuro las contribuciones a la UE van a aumentar aún más.
10. Impuesto sobre las ventas a las importaciones
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos federal y Länder
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: 19%
El IVA en Alemania es del 19%, y las mercancías importadas del extranjero no están exentas de este impuesto: al cruzar la frontera tienen que pagar el IVA de importación, que es el mismo que el IVA normal. Se les aplican las mismas reducciones que a los productos nacionales. Las mercancías están exentas del impuesto si están bajo un régimen aduanero especial o si proceden de otro país miembro de la UE (el impuesto solo se aplica a los países no miembros). Los ingresos no van a la UE, sino a los gobiernos federal y Länder. La recaudación anual a través de este impuesto asciende a los 50 000 millones de euros.
11. Impuesto sobre la renta
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos federal, estatales y municipales
Competencia administrativa: gobiernos estatales
Carga fiscal: del 0 al 45%
De todos los impuestos habidos y por haber, no hay uno más conocido que el impuesto sobre la renta. Si tienes ingresos, estás obligado a repartirlos con el Estado. En ese sentido, es la forma más visible de tu tributación. Al echar la vista atrás, uno descubre que el impuesto sobre la renta es sorprendentemente joven: hasta después de la Edad Media no supimos nada de él, y hasta el siglo XIX los Estados comenzaron a imponerlo, principalmente para financiar sus guerras. Los Estados Unidos lo introdujeron temporalmente durante la Guerra de Secesión, y tras esta lo abolieron, para luego volver a introducirlo en 1914 y así financiar su participación en la Gran Guerra.
En Alemania, la mayoría de los Länder llevan recurriendo a impuestos sobre la renta desde el siglo XIX, pero hasta 1920, tras la fundación de la República, no se introdujo un impuesto sobre la renta uniforme.
Un detalle curioso: los primeros tipos impositivos en la mayoría de los países eran ridículamente bajos en comparación con los actuales. Por entonces solo tenían un dígito, y luego, con el tiempo, alcanzaron las cifras que hoy se consideran normales.
Solo las personas físicas —es decir, las personas reales y no construcciones jurídicas como empresas, que pagan impuestos diferentes— están sujetas a este impuesto. Tanto los individuos como los miembros de una sociedad se consideran personas físicas. Las personas que residen o tienen residencia habitual en Alemania tienen una responsabilidad fiscal ilimitada: deben pagar impuestos en el país por todos sus ingresos obtenidos dentro o fuera de Alemania. La Ley del Impuesto sobre la Renta contempla siete tipos diferentes de ingresos:
- Ingresos procedentes de la agricultura y la silvicultura;
- ingresos por operaciones comerciales;
- ingresos de los trabajadores autónomos;
- ingresos por trabajo no autónomo;
- ingresos de activos de capital;
- ingresos por alquileres y arrendamientos; y
- otros ingresos.
Los ingresos procedentes del trabajo no autónomo representan, con gran diferencia, la mayor parte de los ingresos de los alemanes. A pesar del apartado «otros ingresos», todavía hay algunos ingresos que no están sujetos al impuesto sobre la renta. Estos pueden estar sujetos a otros impuestos o están exentos de ellos, como los ingresos procedentes de la lotería, por ejemplo.
El impuesto sobre la renta es un impuesto progresivo, lo que significa que su tipo impositivo aumenta en función del nivel de ingresos. En otras palabras: castiga más a quienes ganan más.
La cantidad exenta de impuestos en 2020 era una renta anual de 9408 €. Para los ingresos superiores a ese límite, se aplican tipos impositivos que oscilan entre el 14 y el 42%, que es el tipo impositivo máximo. Para estar sometido al tipo impositivo máximo, basta con tener unos ingresos anuales de 57 052 €. Cualquier aumento posterior de los ingresos se grava al mismo tipo. Por último, cabe mencionar un tipo impositivo especial del 45%. Se trata del llamado «impuesto sobre el patrimonio», que se debe pagar a partir de unos ingresos de 270 501 € al año.
Aunque el impuesto sobre la renta se considera un impuesto, puede cobrarse de varias maneras, y no solo en la declaración anual de la renta. Los trabajadores pagan el impuesto sobre su sueldo a través del impuesto sobre el salario (véase más adelante en el artículo), el empresario lo paga directamente a la Agencia Tributaria en la nómina.
Las ganancias de capital están gravadas por la retención final, los servicios prestados en el sector de la construcción están gravados por el impuesto sobre la construcción, los ingresos obtenidos en Alemania por personas no residentes o sin domicilio habitual en el país están gravados por las retenciones para personas con responsabilidad fiscal limitada…
Quien haya pagado alguno de estos impuestos ya no tiene que declarar en su impuesto sobre la renta aquellos ingresos gravados en el proceso de estos otros impuestos.
Ningún otro impuesto tiene tantas reducciones como el impuesto sobre la renta, Además de la desgravación básica que ya hemos mencionado, también se contempla la separación matrimonial y la desgravación por hijos, por la que los matrimonios y los padres pagan un tipo impositivo reducido. ¿Cuál es el porqué de esta reducción? La idea es que los cónyuges tengan más dinero para «producir» futuros contribuyentes. Además, muchos otros gastos pueden deducirse del impuesto, por lo que el tipo impositivo real para la mayoría de los alemanes que se informan un poco sobre el tema de derecho fiscal se ve reducido con respecto al tipo impositivo inicial. El placer que supone administrar este impuesto tan importante recae en las oficinas fiscales estatales.
El impuesto sobre la renta es la mayor fuente de ingresos fiscales del Estado. Solo el impuesto sobre los salarios —su principal componente— aporta más de 200 000 millones de euros al año, lo que supone aproximadamente una cuarta parte de los ingresos fiscales totales. El botín se lo reparten el gobierno federal y los gobiernos estatales, cada uno con un 42,5%. El 15% restante le corresponde a los municipios. Desde Librestado lo tenemos claro: La gente debe despertar y ver lo que está ocurriendo, nos están robando por todos lados, los impuestos son la nueva forma de esclavitud del siglo XXI.
12. Impuesto sobre la energía
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: varía según el producto.
En estos tiempos, cualquier forma de consumo de energía se considera un atentado contra el medio ambiente y contra nuestros hijos, así que no es de extrañar que exista un impuesto sobre la energía que se aproveche de esta idea.
Aun así, el impuesto sobre la energía tiene un predecesor relativamente antiguo: el impuesto sobre los hidrocarburos de 1939. Para los Verdes, este año no tiene pinta de ser un buen momento para celebrar su aniversario, pero no cabe duda de que están mucho más contentos con la última versión del impuesto sobre la energía, que se introdujo en 2006.
Este impuesto grava el consumo de productos energéticos (principalmente hidrocarburos, gas natural y carbón) con fines energéticos. El vendedor paga el impuesto directamente al Estado en la factura. Se aplican más de dos docenas de tipos impositivos diferentes a distintos productos energéticos. Aquí te presento algunos ejemplos:
- Carbón: 0,33 € por gigajulio
- Gasóleo ligero de calefacción: 61,35 € por 1000 litros
- Gasóleo pesado de calefacción: 25 000 € por 1000 kilogramos
- Gas natural y otros hidrocarburos gaseosos: 5,50 € por megavatio/hora
- Gas licuado: 60,60 € por 1000 kilogramos.
El impuesto lo recaudan las aduanas y va a parar directamente a las arcas federales. Los ingresos anuales a través de este impuesto ascienden a más de 40 000 millones de euros. El consumo no energético de productos energéticos está exento de este impuesto.
Oficialmente, para promover la protección del medio ambiente, existen beneficios para las fuentes energéticas consideradas «respetuosas con el medio ambiente». Otra cosa que debería alegrar a los Verdes, ya que su presión terminó dando frutos y esas fuentes de energía que tanto les gustan están apoyadas masivamente por subsidios.
Existen otras exenciones del impuesto sobre la energía para el transporte público local, la agricultura y la silvicultura y para los productos energéticos dentro de la producción de productos energéticos.
Sin embargo, el impuesto sobre la energía no es el único impuesto sobre el consumo energético, ya que gracias a el partido Verde alemán también existe e impuesto sobre la electricidad, del que hablaremos más adelante.
13. Impuesto sobre sucesiones y donaciones
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos estatales
Competencia administrativa: gobiernos estatales
Carga fiscal: entre el 7 y el 50%
En este apartado trataremos dos impuestos que son prácticamente idénticos entre sí.
El primero es el impuesto de sucesiones que debería llamarse realmente “El impuesto saquea-tumbas”. Se devenga cuando una persona física deja bienes en herencia a una persona física o jurídica tras su muerte.
Para que la transmisión de bienes esté sujeta al impuesto de sucesiones, la persona fallecida debe haber tenido su domicilio o residencia habitual en Alemania y no debe haber residido en el extranjero durante más de 5 años siendo ciudadano alemán.
También estaría sujeto a este impuestos si, independientemente de su lugar de residencia, hubiera mantenido una relación laboral con una empresa alemana y hubiera percibido un salario por ello.
Otra condición es, por supuesto, que el heredero acepte la herencia que se le adjudica, ya que tiene la opción de renunciar a ella.
La cuantía del impuesto de sucesiones depende del grado de parentesco entre el fallecido y el heredero. Hay tres clases de impuestos diferentes:
- La clase fiscal I se aplica a los cónyuges, parejas civiles, padres y otros ascendientes vivos (antepasados), hijos, hijastros y nietos.
- La clase fiscal II se aplica a los hermanos, sobrinos de primer grado, padrastros, suegros, yernos y nueras, cónyuges divorciados y ex parejas de hecho.
- La clase fiscal III se aplica a todas las demás personas, incluidas las personas jurídicas (sociedades).
Hay que pagar diferentes tipos de impuestos en función del valor de los bienes heredados. Existen 7 tipos impositivos diferentes, que se calculan de forma distinta para los tres tramos impositivos diferentes:
- Hasta 75 000 €: 7/15/30 por ciento
- Hasta 300 000 €: 11/20/30 por ciento
- Hasta 600 000 €: 15/25/30 por ciento
- Hasta 6 millones de euros: 19/30/30 por ciento
- Hasta 13 millones de euros: 23/35/50 por ciento
- Hasta 26 millones de euros: 27/40/50 por ciento
- Más de 26 millones de euros: 30/43/50 por ciento
Las desgravaciones fiscales dependen del grado de parentesco. La clase fiscal I es la que goza de más desgravaciones:
- Los cónyuges y las parejas de hecho pueden recibir hasta 500 000 € de una herencia libre de impuestos.
- Los hijos, hijastros y, si sus padres han fallecido, los nietos; tienen un subsidio de 400 000 €.
- Los nietos cuyos padres no han fallecido tienen un subsidio de 200 000 €.
- Todas las demás personas de la clase fiscal I tienen una asignación de 100 000 €.
- Todas las personas de las clases fiscales II y III gozan de una cantidad libre de impuestos de 20 000 €.
Donde más reducciones existen es en la herencia de bienes inmuebles. En un acto de generosidad por parte del sistema fiscal alemán, el cónyuge puede incluso recibir la vivienda familiar completamente libre de impuestos. En otros casos se aplican concesiones, incluso no solo para los bienes inmuebles heredados, sino también para el ajuar doméstico.
Las reducciones también se aplican a la herencia de activos empresariales, con lo que se pretende evitar que los herederos disuelvan una empresa debido a la presión de los impuestos.
El impuesto sobre donaciones es un complemento del impuesto sobre sucesiones. Su normativa es en gran medida idéntica a la del impuesto de sucesiones (categorías fiscales, tipos impositivos, desgravaciones), con la salvedad de que el impuesto de donaciones se aplica a la transmisión de bienes entre personas vivas.
Una de las diferencias con respecto al impuesto sobre sucesiones es solo puedes aceptar una cantidad exenta cada 10 años, así que, si quieres distribuir regalos valiosos, tendrás que hacerlo planificándolo bien.
A través del impuesto de sucesiones y donaciones, el Estado recauda unos 7.000 millones de euros al año. Los impuestos los administran las agencias tributarias, y los ingresos van a parar a los gobiernos federales.
La tributación de las herencias existe en territorio alemán desde la época de los francos. En 1906 se unificaron todos los impuestos estatales sobre las herencias, lo que constituyó la base de la actual fiscalidad de las herencias. Así que los profanadores de cadáveres tienen una larga tradición en Alemania.
14. Impuesto de protección contra incendios
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos estatales
Competencia administrativa: gobierno federal
Carga fiscal: una vez deducido del impuesto sobre seguros, entre el 14 y el 40%.
La protección contra incendios es un tema importante en Alemania. Las normas se vuelven cada vez más y más estrictas, lo que hace que el código de construcción sea cada vez más largo y complicado. Es más, el Estado recauda un impuesto específico, el impuesto de protección contra incendios, cuyos fondos se destinan, efectivamente, a la protección contra incendios.
Este impuesto viene administrado por el gobierno federal, los ingresos fluyen hasta las arcas de los Länder. Las aseguradoras que ofrecen coberturas contra incendios son responsables de pagar este impuesto si los objetos asegurados se encuentran en Alemania. Tienen que pagar el impuesto sobre seguros por sus ingresos (más adelante hablaremos de este impuesto), y el impuesto sobre incendios se deduce de ellos.
Existen tres formas de seguro contra incendios. Así, al sumar el impuesto sobre los seguros y el impuesto de protección contra incendios, se obtienen los siguientes tipos impositivos:
- 22% para el seguro de protección contra incendios y de extinción de incendios (de los cuales el 40% corresponde al impuesto de protección contra incendios y el otro 60% al impuesto sobre los seguros);
- 19% para el seguro de la vivienda (del cual el 14% corresponde al impuesto de protección contra incendios y el 86% restante al impuesto sobre los seguros); y
- 19% para el seguro del hogar (del cual el 15% corresponde al impuesto de protección contra incendios y el otro 85% al impuesto sobre los seguros).
Ya en 1931 se introdujo un primer impuesto de este tipo, y en la versión más reciente —de 2010— se transfirió la autoridad administrativa al gobierno federal y se fijaron los actuales tipos impositivos. Los ingresos anuales derivados de este impuesto superan los 400 millones de euros.
Aunque a todos nos parece sensato que exista una protección contra los incendios, es evidente que en Alemania existe un exceso de regulación en este sentido. Desde luego, tampoco es que se necesite un impuesto de protección contra incendios para evitar que los edificios ardan.
15. Impuestos sobre bebidas
Competencia legislativa: gobiernos estatales
Competencia en materia de ingresos: gobiernos municipales
Competencia administrativa: gobiernos municipales
Carga fiscal: actualmente suspendida
Nuestro siguiente impuesto, el de las bebidas, nos da una alegría inmensa: se ha suspendido en toda Alemania. No sabemos si volverá, pero por el momento es historia.
El impuesto sobre las bebidas tiene una larga tradición que se remonta al siglo XII y que se prolongó hasta el siglo XX. Sin embargo, para cuando llegaron los años ochenta, este impuesto solo existía ya en Hamburgo y en algunas ciudades de Hesse y Baja Sajonia. En 2009, Offenbach fue la última ciudad en suprimir el impuesto sobre bebidas.
Hasta que fue suspendido, eran los gobiernos municipales los encargados de administrar este impuesto sobre bebidas.
Era un impuesto local clásico. Afectó tanto a las bebidas alcohólicas como no alcohólicas, descritas con más detalle en las leyes de cada estado federal y en los estatutos de los municipios y las ciudades.
Todos los negocios que vendían estas bebidas estaban obligados a pagar dicho impuesto. También fueron ellos los que se opusieron a este tributo. Aunque era un impuesto muy reducido, su abolición ha sido un sorprendente éxito. Crucemos dedos para que nunca vuelva.
16. Impuesto sobre actividades económicas
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos municipales (con la recaudación de los gobiernos federal y Länder)
Competencia administrativa: gobiernos estatales y municipales
Carga fiscal: varía según el estado y municipio
Este impuesto afecta a cualquier empresario con residencia en Alemania. Lo primero que hay que hacer para registrar un negocio en Alemania es informar a la Oficina de Licencias Comerciales. Esta obligación no tiene otro fin que asegurarle de antemano a dicha oficina su participación en todos los posibles beneficios que obtendrás en el futuro. Y este impuesto no solo afecta a los valientes empresarios individuales, sino también a las sociedades personalistas y a las sociedades de capital.
Solo se salvan de este impuesto algunos profesionales (como los médicos y asesores fiscales, por ejemplo) y las empresas agricultoras y silvicultoras.
La cuantía del impuesto se basa en los ingresos comerciales. Para los empresarios individuales y las sociedades personalistas, existe una cantidad básica exenta de impuestos de 24 500 €. Cada base imponible posterior se calcula multiplicándola primero por el tipo impositivo nacional del 3,5% en incrementos de cien y multiplicándola una vez más por un tipo de gravamen fijado por los municipios. La media de este último es del 400% aproximadamente (lo que viene a significar que hay que multiplicar por cuatro).
Seguro que se ve mucho más claro con un ejemplo: si un comerciante obtiene 100 000 € de ingresos y el tipo de gravamen del municipio es del 400%, la carga fiscal resultante será de 10 570 €. Veamos cómo lo hemos calculado:
- Base imponible libre de impuestos: 100 500-24 500 = 75 500 €
- Tipo impositivo: 75 500% 100 = 755; 755 x 3,5 =2642,5 €
- Tasa de evaluación: 2642,5 x 4 = 10 570 €
Los ingresos anuales del impuesto sobre actividades económicas ascienden a más de 40 000 millones de euros. Para los municipios, este impuesto representa una de las fuentes de financiación más importantes. Sin embargo, tienen que compartir los ingresos con los gobiernos federal y Länder a través de la tasa de comercio, cuyo importe se determina casi anualmente. La media nacional de la tasa de comercio es del 25%.
Para conocer el poder económico de un municipio, suele bastar con mirar sus ingresos por impuesto de actividades económicas: Por regla general, cuanto más altos son, mejor les va la economía.
La ciudad de Monheim, en Renania del Norte-Westfalia, es un ejemplo de éxito en materia de reducción de impuestos: su alcalde, Daniel Zimmermann, recortó drásticamente el impuesto sobre actividades económicas en 2012 y, como consecuencia, los ingresos del impuesto sobre actividades económicas se dispararon, lo que hizo que la ciudad quedara libre de deudas. Como cabría imaginar, pocos municipios tienen la suficiente voluntad política y la suficiente experiencia económica para emular a Zimmermann.
17. Impuesto sobre bienes inmuebles
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos municipales
Competencia administrativa: gobiernos estatales y municipales
Carga fiscal: varía según el tipo de propiedad, el estado y el municipio
Uno de los impuestos más antiguos de la historia de la humanidad es el impuesto sobre bienes inmuebles. Incluso las culturas más antiguas tuvieron la idea de gravar la propiedad de la tierra.
La ley actual del impuesto sobre bienes inmuebles en Alemania data de 1973. Todas las propiedades de un propietario están gravadas, por lo que las propiedades agrícolas y forestales se engloban en el impuesto sobre la propiedad A, mientras que las propiedades desarrolladas o edificables y los edificios se agrupan en el impuesto sobre la propiedad B.
El importe del impuesto se determina en tres etapas: en primer lugar, a cada inmueble se le asigna un valor de tasación determinado en una fecha límite.
Los dos siguientes pasos son similares a la determinación del impuesto sobre actividades económicas. El valor de la tasación se multiplica por el tipo impositivo en incrementos de mil, que oscila entre el 2,6% y el 10% según la propiedad. Este cálculo da como resultado el importe de la tasación del impuesto sobre bienes inmuebles.
Por último, el importe del impuesto sobre bienes inmuebles se multiplica por un tipo de gravamen que viene determinado por los municipios. Los tipos de tasación oscilan entre el 0 y el 1050% del importe del impuesto sobre bienes inmuebles que, por término medio, se sitúa en torno al 400%.
Veámoslo en un ejemplo: una persona posé un inmueble con un valor de tasación de 100 000 € y un tipo impositivo del 3,5; y su municipio tiene un tipo de tasación del 400%. Esta persona deberá pagar un impuesto sobre la propiedad de 1400 €:
Valor de tasación: 100 000 €
Tipo impositivo: 100 000% 1000 = 100; 100% 3,5 = 350 €
Tasa de evaluación: 350 x 4 = 1400 €
Si un propietario sufre una pérdida de valor de su vivienda sin culpa por su parte, puede solicitar una exención del impuesto sobre la propiedad. Esto puede aplicarse, por ejemplo, a los propietarios a los que se les ha quemado un apartamiento. Los inmuebles catalogados también pueden estar exentos del impuesto sobre la propiedad si sus costes de conservación son superiores a sus ingresos. (La idea detrás de ello es que, aunque Alemania pueda ser una sociedad de envidiosos, también es una nación que apoya la cultura).
Sin embargo, por su propia naturaleza, el impuesto sobre bienes inmuebles sigue siendo especialmente injusto porque, como cualquier impuesto de esta clase, no tiene en cuenta la naturaleza de los ingresos de sus víctimas.
Alguien que posee una propiedad valorada en 50 000 €, pero que por lo demás vive de la asistencia social, tendrá que pagar el impuesto sobre bienes inmuebles igual que cualquier otra persona. Ya me dirás qué hay de social en esto…
El impuesto sobre bienes inmuebleses el más importante de todos los impuestos para los municipios. Genera 14 000 millones de euros cada año.
Como puedes imaginar, las tasas son más altas en los municipios altamente endeudados, siendo Berlín, Bremen y los municipios de Renania del Norte-Westfalia los que sufren las tasas más altas.
En 2018 este impuesto salto a los titulares porque el Tribunal Constitucional Federal dictaminó que el cálculo de los valores tasados para los antiguos Länder alemanes era inconstitucional, ya que se remontaban a 1964.
Sin embargo, calcular de nuevo todos los valores unitarios de todas las propiedades imponibles habría sido un esfuerzo titánico para las autoridades.
Al final, se introdujeron nuevos métodos de cálculo para los valores unitarios, pero las disputas aún no se han resuelto. Parece inevitable que en los próximos años se realice una reforma fundamental de este impuesto, y los Länder ya están presionando a ese respecto.
18. Impuesto sobre transmisiones patrimoniales
Competencia legislativa: gobierno federal (importe determinado por los gobiernos estatales)
Competencia en materia de ingresos: gobiernos estatales
Competencia administrativa: gobiernos estatales
Carga fiscal: entre el 3,5 y el 6,5%
No solo se pagan impuestos por los inmuebles que se tienen, sino también a la compra de los mismos. En el contrato de compraventa ya figuran innumerables costes adicionales, y el impuesto de transmisiones patrimoniales es uno de ellos. Lo cobra el vendedor al comprador y lo paga directamente al Estado.
Hasta 2006, la cuantía del impuesto era del 3,5% en todo el país, pero desde entonces lo determina cada estado. Naturalmente, esto ha provocado aumentos de hasta el 6,5% en la mayoría de los Länder. Entre todos, generan unos 15 000 millones de euros al año a través de este impuesto.
La compra de bienes inmuebles por valor inferior a 2500 € está exenta del impuesto sobre transmisiones patrimoniales, así como los casos de venta a familiares de primer grado (lo que incluye también a cónyuges o parejas de hecho) y de transmisiones por fallecimiento y donaciones.
Por último, quien tenga que pagar el impuesto sobre transmisiones patrimoniales en una operación de compra no tiene que pagar a su vez el impuesto sobre ventas.
19. Impuesto a los perros
Competencia legislativa: gobiernos estatales
Competencia en materia de ingresos: gobiernos municipales
Competencia administrativa: gobiernos municipales
Carga fiscal: varía según el estado o el municipio
Sí has leído bien, no es broma. Quien piense que el mejor amigo del hombre queda a salvo de la codicia del Estado está muy equivocado. Los perros también están gravados en Alemania. Más concretamente, la tenencia de perros.
Con este impuesto, el Estado pretende oficialmente limitar el número de perros. No pretenden lidiar con los excrementos de perro en las calles ni con los peligrosos perros de pelea, porque de ser así se podría afrontar el problema de otra manera. No, se trata de que haya menos perros. Y, la verdad, quizás ni siquiera se trate de eso después de todo porque, como siempre, detrás de estas supuestas políticas reguladoras suele estar la mera codicia del Estado.
El impuesto a los perros lo administran los municipios y, a menos que el gobierno estatal no lo permita, los municipios pueden renunciar a dicho impuesto a los perros. Aun así, son pocos los municipios que no lo cobran.
Las leyes acerca de este impuesto en los Länder y municipios regulan la cuantía a cobrar, que varía según la región.
Sin embargo, hay que matizar: en lo que respecta al impuesto a los perros, a la gente le sucede que de tan buena es tonta. Los que no registran a su perro no tienen que pagar este impuesto, e incluso los que lo hacen apenas tienen que temer sanciones si no pagan este impuesto. Así que, en la práctica, este impuesto es uno de los más inofensivos dentro del despiadado repertorio del fisco alemán.
20. Impuestos sobre la caza y la pesca
Competencia legislativa: gobiernos estatales
Competencia en materia de ingresos: gobiernos municipales y distritos
Competencia administrativa: gobiernos municipales y distritos
Carga fiscal: varía según el estado, el municipio y el distrito
Imagina que te apetece tomarte un descanso y dedicarte a un hobby que disfrutas para así relajarte, decides ir a cazar o a pescar. Pues una vez más el Estado te acompaña. Cómo no, estas actividades también están sujetas a impuestos en Alemania.
La recaudación de los impuestos sobre la caza y la pesca va a parar a los Länder y, a diferencia de la mayoría de impuestos, estos están administrados por los municipios y distritos.
Los ingresos combinados de estos dos impuestos ascienden a algo más de 10 millones de euros al año. En el caso del impuesto de caza, la persona jurídica con licencia para cazar es responsable del pago. Se devenga anualmente y recauda el valor de la caza anual.
En el caso del impuesto sobre la pesca, el número de distritos pesqueros (en efecto, la pesca también está estrictamente regulada en Alemania) constituye la base de la imposición. Al igual que el impuesto sobre los perros, si no se quiere pagar, siempre se puede cazar y pescar ilegalmente. No es que desde Librestado aprobemos esas conductas, pero ahí queda esa opción…
21. Impuesto sobre el café
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: 2,19 € por kilo de café tostado y 4,78 € por kilo de café soluble
Cuando el consumo de café se popularizó considerablemente en Alemania, allá por el siglo XVII, los Länder alemanes empezaron a gravar su consumo. Esta tradición sobrevivió a los tiempos del Imperio Alemán, a la República de Weimar, a la Alemania nazi y a la República Federal Alemana de nuestros días. La última versión de la ley que regula el impuesto sobre el café se aplica tanto a ventas nacionales como a las importaciones del extranjero.
Por un kilogramo de café tostado, el vendedor debe pagar 2,19 € de impuesto sobre el café al Estado, y por un kilogramo de café soluble, 4,78 €. También se gravan las mercancías que contienen entre 10 y 900 gramos de café por kilogramo.
Por supuesto, a este impuesto impuesto se le debe añadir el IVA. De este modo, los productos del café se encuentran entre los bienes más gravados, y eso que, a diferencia del alcohol o el tabaco, su consumo regular no perjudica en ningún modo a la salud. Se trata más bien de pura y simple codicia por parte del Estado que consigue hacer de este popular producto una fuente de ingresos que le aporta 1000 millones de euros al año
22. Impuesto eclesiástico
Competencia legislativa: gobiernos estatales
Competencia en materia de ingresos: Iglesias
Competencia administrativa: gobiernos estatales e Iglesias.
Carga fiscal: entre el 8 y el 9%
La separación de la Iglesia y el Estado es un fantástico avance que le debemos a los ideales de la Ilustración. En Alemania, la gente se alegra y enorgullece de haber conseguido este objetivo, y mira con desdén a otros países en los que la religión sigue determinando la política, como… Estados Unidos. Al menos ese es el país en el que muchos alemanes piensan como ejemplo de fundamentalistas religiosos demasiado poderosos. Sin embargo, en EE.UU. sería impensable cobrar un impuesto eclesiástico, mientras que en Alemania ese tributo es una triste realidad.
Son sujetos pasivos de este impuesto todas las personas que pertenezcan a una sociedad religiosa reconocida como corporación pública. Esto no se aplica al Islam ni a la Cienciología, pero sí a la mayoría de las Iglesias cristianas.
La pertenencia a una Iglesia se determina por el derecho interno de la misma. Los que no quieren pagar el impuesto eclesiástico pueden abandonar su iglesia —en la que suelen haber nacido en muchos casos—, lo que supone un gran esfuerzo burocrático y, en algunos Länder, financiero.
Para los que desean permanecer en su Iglesia, se aplica un tipo impositivo diferente según el estado. En general, el importe depende del impuesto sobre la renta (también en sus formas de impuesto sobre el salario o de retención final).
Los que viven en Baviera o en Baden-Württemberg tienen que pagar un recargo del 9% como impuesto eclesiástico, además del impuesto sobre la renta que pagan. En todos los demás Länder, el recargo es del 8%.
El régimen de separación de los cónyuges ofrece reducciones si ambos cónyuges pertenecen a una Iglesia (no es necesario que sea la misma). El impuesto eclesiástico también puede servir como reducción del impuesto sobre la renta, es decir, la contribución eclesiástica pagada se deduce del impuesto sobre la renta. Esta norma no se aplica a la retención final, que debe seguir pagándose en su totalidad, aunque también se pague el impuesto eclesiástico.
El derecho de Las Iglesias a recaudar contribuciones obligatorias de los ciudadanos tiene una larga tradición en Alemania. Ya en la época de los pequeños estados independientes, antes de la Unificación de Alemania, muchos estados alemanes aplicaron esta medida, y en la Constitución de Weimar en 1919 se extendió a todo el territorio alemán.
En 1933 se confirmó por los nazis en el Concordato del Reich y finalmente se reafirmó en 1949 a través de la Ley Fundamental. De este modo, la separación de la Iglesia y el Estado nunca llegó a completarse en Alemania.
Así pues, la Hacienda sigue recaudando el impuesto eclesiástico en el siglo XXI y transfiere a las distintas Iglesias unos ingresos de más de 12 000 millones de euros al año.
Y cómo no, con este dinero los miembros de las instituciones eclesiásticas se las arreglan para, a pesar de todas las promesas de beneficencia y caridad que hacen, darse la buena vida.
23. Impuesto de sociedades
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos federal y Länder
Competencia administrativa: gobiernos estatales
Carga fiscal: 15%
El impuesto de sociedades es lo más parecido a un impuesto a las empresas. Las personas jurídicas (sociedades) que generan ingresos están sujetas a este impuestos. Entre estas personas jurídicas se encuentran las asociaciones o cooperativas, pero sobre todo las sociedades anónimas, como las AG y las GmbH. Es decir, las formas jurídicas más importantes de las empresas en Alemania, ya que son las que más beneficios generan y más trabajadores emplean.
Todos los beneficios que obtiene una empresa al año deben tributar al 15%. Para evitar la doble imposición, las distribuciones de beneficios de una sociedad a otra no se gravan
Naturalmente, el impuesto de sociedades no es la única forma de “impuesto a las empresas”: está el impuesto sobre la renta de las personas físicas —que incluye a los empresarios superricos, tan odiados por las izquierdas—, y también el impuesto sobre actividades económicas, aplicable a las personas físicas y jurídicas, que tiene mayor recaudación que el propio impuesto de sociedades.
Pero, aun así, el impuesto de sociedades es el “impuesto empresarial” más conocido por el público. Está administrado por las oficinas de impuestos y aportó a las arcas del Estado unos 32 000 millones de euros en 2019.
Sus orígenes se remontan a la época fundacional del Imperio Alemán, ya que fue en ese momento cuando surgió la forma jurídica de la sociedad anónima. Se introdujo oficialmente en 1920, el mismo año que el impuesto sobre la renta, y se ha modificado desde entonces —incluso en la reforma del impuesto de sociedades de 2008—. Por cierto, en Estados Unidos el tipo impositivo de lo que equivaldría al impuesto de sociedades era del 35% antes de Trump, quien lo bajó al 21%. Por sorprendente que parezca, Alemania es menos codiciosa en este caso.
24. Impuesto a los vehículos de motor
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: varía según el tipo de vehículo y sus características
Cualquier persona que posea un vehículo de motor en el Alemania, el país del automóvil, debe pagar el impuesto de circulación, coloquialmente conocido como impuesto sobre vehículos.
El término “vehículos de motor” incluye, entre otros, a coches, motocicletas, vehículos ligeros, remolques, autocaravanas, camiones y autobuses. Todos los vehículos dentro de Alemania están sujetos a impuestos, y es el propietario del vehículo el responsable de pagarlos.
El hecho de que el vehículo se utilice o no, y de quién lo utilice, es irrelevante: si un vehículo está matriculado en tráfico, está sujeto al impuesto y el propietario tendrá que soportar la carga fiscal correspondiente.
Si se trata de un vehículo con matrícula extranjera cuyo propietario no reside en Alemania, puede estar exento de pagar el impuesto durante un año si no se utiliza para el transporte de personas o mercancías a cambio de una remuneración. Pasado ese año, la persona que utiliza el vehículo en Alemania deberá pagar el impuesto sobre vehículos de motor.
El importe del impuesto depende tanto del tipo de vehículo como de otros factores, como la cilindrada, el tipo de tracción, las emisiones contaminantes, la fecha de matriculación y el peso total. Sobre esta base, existen decenas de tipos impositivos posibles para sus propietarios, que pueden calcularlos mediante las llamadas “calculadoras del impuesto de vehículos de motor” para ir sobre aviso antes de pagar.
Por ejemplo, en el caso de un turismo, tanto la fecha de primera matriculación, el tipo de tracción, la cilindrada en centímetros cúbicos y las emisiones de CO2 en gramos por kilómetro; intervienen en el cálculo del impuesto. Veamos un ejemplo:
Un coche matriculado después del 1/1/2014 y que utiliza un motor diésel tendrá que pagar como impuesto de circulación:
- 9,50 € por cada 100 cm3 de capacidad cúbica;
- 2 € por gramo de emisión de CO2 por kilómetro (con un límite de exención de 95 g/km).
Si tienes un vehículo con una cilindrada de 1000 cm3 y unas emisiones de CO2 de 120 g/km, tendrás que pagar 145 € de impuesto de circulación:
- 1000% 100 = 10; 10 x 9,50 = 95 €
- 120 - 95 = 25; 25 x 2 = 50 €
- 95 + 50 = 145 €
Por regla general, los alemanes pagan una media de entre 100 y 200 euros de impuesto de vehículos de motor al año por coches de reciente matriculación.
Según la actual política medioambiental, los coches eléctricos están exentos de impuestos durante los primeros 5 años. Los vehículos que se utilizan exclusivamente para fines específicos están completamente exentos de impuestos. En este grupo encontramos, por, vehículos utilizados en la agricultura y la silvicultura, vehículos de servicio para la policía, fuerzas armadas o el cuerpo de bomberos; vehículos destinados al servicio regular o la limpieza de las calles. Hay concesiones para los propietarios de vehículos con discapacidades graves.
Desde la solicitud de patente del primer automóvil en 1886 hasta que se impuso el primer impuesto sobre los automóviles —introducido en Hesse-Darmstadt en 1899—, no pasó mucho tiempo.
En 1922 se introdujo una moderna ley de impuestos sobre los vehículos de motor. En la RFA, este asunto siguió siendo responsabilidad de los Länder durante mucho tiempo, pero desde 2014 el impuesto de circulación es administrado íntegramente por las aduanas, y los 9000 millones de euros anuales que ingresa van a parar al gobierno federal y a nadie más. Como el impuesto no está asignado, no se gasta para apoyar la infraestructura de ninguna manera, sino para lo que los burócratas tengan a bien.
25. Impuesto sobre el salario
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos federal, estatales y municipales
Competencia administrativa: gobiernos estatales
Carga fiscal: entre el 0 y el 45%
El impuesto sobre el salario es la parte del impuesto sobre la renta que se debe pagar por las nóminas de los empleados. El empresario lo paga directamente a la Hacienda alemana, y el trabajador no ve ni un céntimo de esta cifra. En función de la cuantía del salario y del estado civil, existen seis clases diferentes de impuesto sobre el salario, para las que hay distintos beneficios.
Los casados salen mejor parados que los solteros (reparto conyugal), los padres obtienen ventajas sobre los que no tienen hijos (subsidio por hijos) y los que ganan poco dinero tienen más beneficios que los que ganan mucho.
Con más de 200 000 millones de euros de recaudación, el impuesto sobre el salario es el que más ingresos fiscales recauda de todo el arsenal del Estado.
26. Tasa de tráfico aéreo
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: entre 12,90 y 58,82 € por vuelo
Toda esta gente crecida en un ambiente ecologista suele escandalizarse por lo barato que es volar, mientras que, al mismo tiempo, acumula kilómetros y kilómetros de viajes a sus espaldas en su lucha por un mundo mejor.
La verdad es que volar se encarece enormemente por culpa de una serie de impuestos. En un mundo libre, las tarifas aéreas serían de menos de la mitad de los precios actuales. Un buen ejemplo de ello es la tasa de tráfico aéreo introducida en 2011.
Se trata de una tasa que se debe pagar por cada vuelo que salga de Alemania. No importa si se trata de un billete sencillo o de un billete de paso por una escala: hay que pagar. Hay tres clases de distancia: corta, media y larga.
Por un vuelo de corta distancia hay que pagar 12,90 €, por un vuelo de media distancia 32,67 €, y por un vuelo de larga distancia 58,82 €. Y un apunte a modo de recordatorio: además tienes que pagar el IVA en cada vuelo, por supuesto. Vamos, un atraco en toda regla.
Existen exenciones para los pilotos deportivos y privados, los vuelos de soberanos, militares y médicos; los billetes de personal de vuelo en servicio y los pasajeros menores de dos años que no tengan asiento propio.
Los ingresos del gobierno federal procedentes de esta tasa ascendieron a más de 1000 millones de euros anuales hasta el 2020. Y aun así les parece poco a los Verdes. Solo se quedarán satisfechos cuando volar se convierta en un lujo que solo ellos puedan permitirse
27. Ingresos propios del IVA
Competencia legislativa: UE y gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: UE
Competencia administrativa: gobierno federal
Carga fiscal: un 0,15% de los ingresos por el impuesto sobre el volumen de negocio
Aquí nos encontramos ante otra de las contribuciones de los Estados de la UE a la financiación del presupuesto comunitario. Se estipula que una parte de los ingresos nacionales por IVA debe transferirse a la UE. Este impuesto puede considerarse, pues, como un impuesto de la UE sobre el presupuesto federal alemán, y no un impuesto directo sobre los ciudadanos alemanes.
La cuantía de las contribuciones de los ingresos fiscales nacionales por ventas que van a parar a las garras de la UE se ha fijado en el 0,30%. Sin embargo, aquí también hay reducciones: los Estados con un poder económico relativamente bajo tienen que pagar menos, y los Estados que contribuyen de forma desproporcionada al presupuesto de la UE debido a su alto poder económico también reciben un “descuento”. Por ello, Alemania, con un poder económico más que envidiable para el resto de la UE, tiene que pagar a la Unión “solo” el 0,15% de sus ingresos por impuestos sobre ventas.
28. Impuesto sobre las apuestas y la lotería
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos estatales
Competencia administrativa: gobiernos estatales
Carga fiscal: entre el 0,25 y el 20%
Me atrevería a decir que todo alemán ha jugado a la lotería o ha hecho apuestas deportivas en algún momento de su vida. Bueno, pues al fisco esto le parece fantástico, y es que gracias a ello el impuesto sobre las apuestas y la lotería aporta más de 1000 millones de euros anuales al Estado. Las carreras de caballos, las apuestas deportivas y las loterías están gravadas por este impuesto.
- Los proveedores de apuestas de carreras deben pagar el 5% de las apuestas al Estado.
- Los proveedores de apuestas deportivas deben pagar el 5% de las apuestas al Estado. Esto se aplica tanto para las apuestas en eventos deportivos en Alemania como en el extranjero, y con proveedores de apuestas tanto nacionales como extranjeros. El factor decisivo para la imposición es si el evento deportivo tiene lugar en Alemania o si uno de los jugadores es residente en Alemania.
- Los proveedores de loterías nacionales y otros juegos de lotería deben pagar al Estado el 20% del precio previsto de todos los boletos. En el caso de los boletos extranjeros introducidos en Alemania, se deberá pagar al Estado el 0,25% de los precios previstos.
El impuesto sobre las apuestas de carreras debe pagarse mensualmente, el impuesto sobre las apuestas deportivas el día 15 tras la finalización del periodo de registro y el impuesto sobre la lotería incluso antes de que se inicie la venta de boletos.
Están exentas de impuestos las loterías en las que no se distribuyen boletos o en las que los boletos tienen un valor inferior a 650 €.
Los juegos de azar con motivos caritativos, benéficos y eclesiásticos también están exentos del impuesto, siempre que el valor de los boletos distribuidos sea inferior a 40 000 €.
La ley en la que se basa el actual impuesto existe desde 1922, y ahora está administrada por los Länder.
29. Canon de radiodifusión
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: el Consorcio de Instituciones Públicas de Radiodifusión de la República Federal de Alemania (ARD), la Segunda Televisión Alemana (ZDF), y la emisora pública Deutschlandradio
Competencia administrativa: el servicio de contribución del ARD, la ZDF y de la Deutschlandradio
Carga fiscal: 17,50 € al mes
El canon de radiodifusión no entra en el presupuesto del gobierno federal, de los gobiernos estatales ni municipales, ni de los distritos. Tampoco aparece en ningún gráfico de carga fiscal en la población alemán. Y, sin embargo, esto no es otra cosa que un impuesto: una tasa obligatoria impuesta por el gobierno federal. Lo único que tiene de especial es que, al estar completamente asignada, esta tasa no la administra ningún órgano legislativo, y sus ingresos no van a parar a ningún órgano legislativo. En su lugar, la tasa de emisión, que es de 17,50 € al mes (210 € al año), es administrada por el servicio de contribución del ARD, la ZDF y de la Deutschlandradio.
Los ingresos de más de 8000 millones que genera se destinan a las asociaciones de radiodifusión del ARD, la ZDF y de la Deutschlandradio, cada una de las cuales tiene distintos programas. Para tener que pagar el canon de radiodifusión, ni siquiera es necesario que escuches programas de la radiotelevisión pública (ÖR). Basta con que tuvieras la posibilidad de hacerlo para tener que pagar por ello.
Supuestamente, el ÖR sirve para ofrecer a los ciudadanos una información objetiva y neutral, ya que se financia a través de los impuestos y, por tanto, no depende de ningún patrocinador. Sin embargo, cualquiera con un mínimo de lucidez sabe que las emisoras del ÖR no informan mejor sobre la actualidad internacional de lo que lo hacen los canales de noticias privados.
La financiación a base de impuestos no garantiza la objetividad ni la neutralidad, y los informativos de la ÖR a menudo muestran un claro sesgo a favor de ideologías de izquierdas, cosa que fácilmente podría considerarse propaganda.
Por otra parte, el ÖR no está solo para proporcionar a los alemanes noticias políticas. Ni mucho menos. Hace tiempo ya que ha mutado en un medio de entretenimiento. Esto en sí no está contemplado en sus bases.
Si tenemos en cuenta que el espectador medio del ÖR tiene más de 60 años, cualquier intento de hacer pasar este gasto como una contribución social queda completamente desmantelado, porque las personas de esta edad tienen, por término medio, mayores ingresos y patrimonio que los jóvenes y adultos del país.
El moderno ÖR alemán no es más que una caricatura del concepto original, y un ejemplo flagrante de tienda de autoservicio de burócratas. Y cómo no, estos burócratas no tienen ninguna clase de remordimiento, porque para ellos cada serie de policías y forenses, cada telenovela y cada nuevo programa de música y cultura fortalece la democracia alemana.
Y otra cosa que la población debe odiar con todo su ser son los amplios poderes del servicio de contribución del ARD, la ZDF y de la Deutschlandradio.
Se les permite enviar recordatorios y llevar a cabo ejecuciones hipotecarias, como imaginamos que harían los matones de una típica banda criminal. Por si fuera poco, es muy posible que la tasa de emisión se incremente en el futuro. No deberíamos hacernos ilusiones con que se llegue a abolir el ÖR en Alemania, ni siquiera con una mínima reducción de la tasa.
30. Impuesto sobre licencias de bebidas alcohólicas
Competencia legislativa: gobiernos estatales
Competencia en materia de ingresos: distritos
Competencia administrativa: distritos
Carga fiscal: varía según el distrito
El impuesto sobre licencias de bebidas alcohólicas es un tipo de licencia necesaria para abrir cualquier negocio de restauración. Debe pagarse una vez y recae sobre las ventas del año de apertura o del año natural siguiente. El importe varía entre el 2 y el 30% según el distrito.
Los restaurantes llevan siendo gravados desde la Edad Media. En la historia de la República Federal de Alemania, el impuesto sobre las licencias de bebidas alcohólicas siempre ha estado administrado por los consejos municipales y de los distritos.
Hoy en día, el impuesto sobre las licencias de bebidas alcohólicas tiene poca importancia, pues su recaudación no llega al millón de euros anuales. No obstante, hay que prestarle atención, pues ha sucedido en ocasiones que algunas personas han organizado una fiesta privada y bebido sin haber registrado un negocio, y han tenido que pagar el impuesto después. Así que siempre hay que tener cuidado a la hora de invitar a gente a una fiesta.
31. Impuesto sobre el vino espumoso
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: 51 € por hectolitro para volúmenes de alcohol inferiores al 6%, y 138 € por hectolitro para volúmenes de más del 6% de alcohol
El impuesto sobre el vino espumoso es el ejemplo perfecto de cómo funcionan los impuestos. Un buen día se les ocurre a los gobernantes de turno que es necesario un impuesto para modificar el comportamiento de los ciudadanos o para hacer frente a algún problema concreto, sin embargo, luego pasa el tiempo y aunque la razón de ser original haya dejado de existir hace ya tiempo, el impuesto generalmente no desaparece.
En el caso que nos ocupa, el impuesto se introdujo en 1902 para financiar a la armada imperial alemana. Sin embargo, y como bien sabemos, el Káiser ya no gobierna en Alemania, se perdieron dos guerras mundiales, hubo dos Alemanias, luego una reunificación y ahora una República Federal de Alemania; pero después de todo esto, el impuesto sobre el vino espumoso sigue estando ahí, ajeno al paso del tiempo.
Tras la Segunda Guerra Mundial se justificó oficialmente con el propósito de ayudar a reparar los daños causados por la guerra, pero con su última versión de 1993 ya no queda más propósito que el de sacarle el dinero a los consumidores.
Las bebidas afectadas por este impuesto son, por una parte, las bebidas embotelladas con tapón de vino espumoso y fijadas por un dispositivo especial de sujeción (entre las que se encuentran el cava y el champán), y, por otra parte, las bebidas que sufren una sobrepresión debida al dióxido de carbono igual o superior a 3 bares al estar a una temperatura superior a 20 grados centígrados, y que están comprendidas en las partidas 2204, 2205 o 2206 de la nomenclatura combinada (entre las que se encuentran el mosto de uva, el vermú y la sidra).
El importe del impuesto es de 51 € por hectolitro para volúmenes de alcohol de menos del 6% y de 138 € por hectolitro para volúmenes de alcohol superiores al 6%. Gracias al impuesto sobre el vino espumoso, el fisco se embolsa unos 400 millones de euros al año. Todos estos ingresos van a parar a las arcas del gobierno federal.
Aun así, hay una pequeña buena noticia: en Alemania hay vinos que no están gravados. Aunque la UE establece obligatoriamente un impuesto sobre el vino, el tipo impositivo efectivo del vino en Alemania es de 0 euros. El impuesto sobre el vino espumoso impide que todos los vinos estén libres de impuestos, pero el vino que no se considera espumoso sigue estando libre de impuestos. Es decir, mientras no se trate de vino espumoso, podrás beber vino en Alemania sin tener remordimientos de conciencia (por el dinero que estarías dejando a los gobernantes manirrotos alemanes).
32. Recargo de solidaridad
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobiernos estatales
Carga fiscal: recargo del 5,5% del impuesto sobre la renta o del impuesto de sociedades efectivo
Si el impuesto sobre el vino espumoso era el mejor ejemplo de un impuesto que jamás se suprimirá a pesar de que a día de hoy no tenga razón de ser, el recargo de solidaridad puede ser el segundo mejor ejemplo. Se introdujo en 1992 para reconstruir los Länder de Alemania del Este tras 40 años de destrucción y ruina comunista y se pagaba en las dos Alemanias por igual. A día de hoy el impuesto sigue ahí.
El recargo de solidario deben pagarlo tanto las personas físicas como las jurídicas, y su importe se basa en los ingresos: las personas físicas deben pagar un recargo del 5,5% sobre el impuesto de la renta que les corresponde, y las personas jurídicas deben pagar un recargo del 5,5% sobre el impuesto de sociedades efectivo.
En el caso de las personas físicas, existe una bonificación y tipos impositivos reducidos si los ingresos anuales son inferiores a un determinado límite.
Con unos 18 000 millones de euros anuales en ingresos, este impuesto es a día de hoy uno de los mayores impuestos de la historia. El dinero fluye íntegramente al gobierno federal y no se destina a un fin específico.
Los gobernantes lo pueden gastar en todo tipo de cosas, y los Länder de la antigua Alemania del Este no tienen, ni han tenido nunca, ningún derecho sobre los ingresos recaudados en nombre de su reparación.
Este sorprendente fraude está a punto de cumplir 30 años. ¿Se suprimirá antes de que termine el siglo XXI?
33. Impuesto sobre los casinos
Competencia legislativa: gobiernos federal y Länder
Competencia en materia de ingresos: gobiernos estatales
Competencia administrativa: gobiernos estatales
Carga fiscal: varía según el estado, y oscila entre el 20 y el 80% de los ingresos brutos del juego.
“La banca siempre gana” es uno de los dichos más célebres de los casinos. Y, aunque no sea del todo cierto, como nos han demostrado todos los genios del conteo de cartas, sí que podríamos hacer una variación mucho más verídica: el Estado siempre gana. O, por lo menos, siempre se lleva su parte de las apuestas de todos.
Esto está garantizado por el impuesto sobre los casinos, que se aplica a todos los casinos públicos de la República Federal de Alemania.
Es un impuesto especial, ya que sustituye a todos los demás impuestos (impuesto sobre la renta, impuesto sobre las ventas, impuesto sobre la lotería, etc.) que normalmente tendrían que pagar los casinos.
Su importe varía de un estado federal a otro, y oscila entre el 20 y el 80% de los ingresos brutos del juego, es decir, la diferencia entre la apuesta y las ganancias de los jugadores. Aunque parezca una franja muy amplia y no muy alta, la media de este impuesto es de un sorprendente 60%.
Este pequeño detalle es la razón de que debamos cambiar el dicho por “el Estado siempre gana”.
Por cada euro que pierde un jugador en Alemania, una media de 60 céntimos va a parar a las arcas del Estado, y no a la casa de apuestas. Los ingresos brutos del juego no se calculan anualmente, sino cada día por los funcionarios fiscales de los Länder. Si hay pérdidas un día, se compensan con los beneficios de los días siguientes. No hay ninguna forma de reducir este impuesto, que recauda cada año unos 30 millones de euros.
La altísima presión fiscal hace que los casinos tengan que pagar un tipo impositivo muy superior al de las empresas normales. Se calcula que la carga fiscal es el doble, incluso si se tiene en cuenta la exención fiscal de todos los demás impuestos.
Por cierto, los jugadores no tienen que pagar impuestos por sus ganancias. Parece ser que al Estado le basta con embolsarse sus pérdidas.
34. Impuesto sobre la electricidad
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: 2,05 céntimos por kilovatio hora
El impuesto sobre la electricidad fue introducido en 1999 por el gobierno de coalición socialista y Verde. Parece ser, que la electricidad en Alemania no era aún lo suficientemente cara. Sea como sea, graba la energía eléctrica con 2,05 céntimos por kilovatio hora consumido.
Un hogar de tres personas consume en Alemania una media de más de 4000 kilovatios hora al año. El proveedor de electricidad es quien paga directamente al Estado este impuesto al emitirse la factura. Las aduanas recaudan este impuesto y los ingresos fluyen hasta las arcas del gobierno federal. Este impuesto se traduce en más de 6000 millones de euros cada año.
Quedan exentas del impuesto, como cabría esperar de estas políticas ecológicas, las fuentes de energía verde, bastante subvencionadas ya de por sí, como son la energía solar, eólica, geotérmica o la biomasa.
También están exentos del impuesto las pequeñas instalaciones, la fuente de alimentación de las embarcaciones y la electricidad utilizada para generar energía.
Existen también reducciones y bonus para la agricultura y la silvicultura, entre otros, y también para el transporte ferroviario y los trolebuses, justificados por motivos medioambientales.
35. Impuesto sobre el tabaco
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: varía según el producto, la cantidad y el precio de venta
Probablemente ningún producto haya tenido tan mala prensa en las últimas décadas como el tabaco. Por muy terrible que sea el cáncer de pulmón, el furor de las medidas hace tiempo que cruzó los límites del totalitarismo. Y más aún si se tiene en cuenta que una gran parte de estas medidas están supuestamente destinadas a proteger no a los fumadores, sino a los fumadores pasivos, a pesar de que no haya ningún tipo de pruebas ni evidencias de que el tabaquismo pasivo cause ningún daño a la salud. Pero si hay una medida destinada a atacar directamente a los fumadores y disuadirlos de fumar, esa es la del impuesto sobre el tabaco.
Esta medida se ha utilizado, al menos recientemente, como justificación de la subida de los impuestos sobre el tabaco. En realidad, este impuesto existe en Alemania desde 1906, cuando absolutamente nadie se preocupaba por el cáncer de pulmón.
También en nuestra época es muy probable que la codicia del Estado desempeñe un papel, como mínimo, igual de importante que la supuesta preocupación de la política sanitaria.
La versión actual de la Ley del Impuesto sobre el Tabaco estipula que se debe pagar el impuesto sobre el tabaco por la compra de cigarrillos, puros, tabaco para fumar (incluida la shisha) y otros productos fabricados con otras sustancias en lugar de con tabaco pero que cumplen los demás requisitos (como, por ejemplo, los cigarrillos de hierbas sin tabaco).
Para determinar la cuantía del impuesto, se requiere tanto la cantidad en unidades (en el caso de los cigarrillos y los puros) o en kilogramos (para el tabaco de fumar) como el precio de venta al por menor.
En el caso de los cigarrillos, el impuesto sobre el tabaco aplicable es de 9,82 céntimos por unidad más el 21,69% del precio de venta al público.
Si a esto se le añade el impuesto sobre las ventas, más de la mitad del precio de un paquete de cigarrillos se corresponde a impuestos. Según los políticos, el objetivo de la política sanitaria de reducir el consumo de tabaco se ha conseguido, pero es difícil saber si el descenso se debe realmente a la subida de impuestos.
Es probable que las campañas sociales contra el tabaquismo hayan desempeñado un papel más importante en este fenómeno.
Tampoco debemos creernos que el impuesto sobre el tabaco lo pagan las grandes tabaqueras: la carga fiscal real recae, por supuesto, en los consumidores de tabaco (colectivo integrado mayoritariamente por la clase baja).
La recaudación anual del impuesto, que acaba íntegramente en manos del gobierno federal, es de 14 000 millones de euros. Por supuesto, aquí uno podría preguntarse si los políticos anti-tabaco están contentos con estas cifras o si preferirían que su misión tuviera éxito y la recaudación por esta vía descendiera a los cero euros.
36. IVA
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobiernos federal y Länder (con participación municipal)
Competencia administrativa: gobiernos estatales
Carga fiscal: 19%
Uno de los impuestos más importantes en todos los países del mundo es el IVA. En casi todas partes constituye una parte importante de los ingresos fiscales. En Alemania, la recaudación anual del impuesto sobre las ventas supera los 230 000 millones de euros anuales, y cada año va en aumento. Lo administran los Länder y representa una cuarta parte de los ingresos fiscales totales.
Después del impuesto sobre los salarios, este es el impuesto más importante del país. La mayor parte de los ingresos va a parar a los gobiernos federal y Länder, siendo el primero el que recibe una porción mayor. Además, una pequeña pero significativa parte de los ingresos va a parar a los municipios para sus presupuestos.
El tipo impositivo en Alemania es del 19% desde 2007, lo que lo convierte en uno de los más altos del mundo. A raíz de la crisis del Coronavirus, se bajó temporalmente al 16%. Existen reducciones de hasta el 7%, y en algunos casos el impuesto sobre las ventas puede no aplicarse en absoluto. Sin embargo, para la mayoría de los empresarios y autónomos, no hay manera de dejar de pagar ese 19% que deben ceder al gobierno por cada bien o servicio que prestan. A no ser, claro está, que olviden emitir una factura como en muchos casos ocurre…
37. Impuesto sobre diversiones, juegos y espectáculos públicos
Competencia legislativa: gobiernos estatales
Competencia en materia de ingresos: gobiernos municipales
Competencia administrativa: gobiernos municipales
Carga fiscal: varía según el estado y el municipio
A veces llamado “impuesto sobre el sexo” en los medios de comunicación, el impuesto sobre diversiones, juegos y espectáculos públicos es un impuesto que puede aplicarse a diversos servicios que proporcionan diversión y placer.
Incluye eventos como la proyección de películas (impuesto sobre las entradas), las máquinas tragaperras con o sin posibilidad de ganar (impuesto sobre las máquinas de juego) y, tras la legalización de la prostitución en 2001, los servicios sexuales (impuesto sobre la prostitución); así como los clubes de striptease.
El impuesto lo administra los ayuntamientos y va a parar a sus presupuestos. Casi todos los Länder tienen sus propias leyes respecto a este impuesto sobre diversiones, al final los municipios son los que tienen la posibilidad de recaudar dicho impuesto.
Los ingresos que genera anualmente ascienden a más de 1.000 millones de euros. Cada visita al cine, cada apuesta en el casino y cada baile erótico aportan dinero al fisco.
Lo más triste es que, aunque el cliente no se divierta, el impuesto lo va a tener que seguir pagando. Al Estado no le importa si te diviertes o disfrutas a la hora de cobrarte este curioso impuesto sobre diversiones, juegos y espectáculos públicos.
38. Impuesto sobre los seguros
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal
Carga fiscal: 19%
“La vida está llena de peligros. Contrata un seguro”. Pocos pueblos han interiorizado este lema más que el de los alemanes. El ciudadano medio alemán está asegurado contra todo. El riesgo es el enemigo de cualquier plan de futuro… y también un valiosísimo aliado para el Estado.
El impuesto sobre los seguros se introdujo durante la República de Weimar. El tipo impositivo actual lleva vigente desde 2007: las aseguradoras deben pagar al Estado el 19% de las primas de todas las pólizas de seguros.
El impuesto no se aplica a los seguros obligatorios de pensiones, salud y desempleo, ni tampoco a los seguros privados de salud, vida e incapacidad laboral. Existe un impuesto adicional para el seguro de protección contra incendios, el impuesto de protección contra incendios (del que ya hemos hablado), que se deduce del impuesto sobre seguros.
El gobierno federal administra el impuesto y se queda con los ingresos, que ascienden a unos 14 000 millones de euros anuales.
Por cierto, para los que piensen que les está bien empleado a las aseguradoras pagar este impuesto (y cualquier otro). Las cosas no funcionan así, las empresas trasladan este impuesto directamente al consumidor y a sus proveedores. Por supuesto, lo mismo sucede con los impuestos a cualquier otra gran empresa, ya sean bancos, tecnológicas, energéticas o lo que sea.
39. Impuestos aduaneros
Competencia legislativa: UE y gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: UE
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: varía según los bienes y servicios
Los impuestos aduaneros son uno de los medios tradicionales de financiación de la UE. Por supuesto, los Länder alemanes han aplicado históricamente aranceles entre sí, y más tarde contra otros Estados; pero en el contexto de la Unión Europea, Alemania ha cedido sus competencias aduaneras a Bruselas.
Esto está regulado tanto en las leyes nacionales como en los tratados de la UE. Como miembro de la Unión Aduanera Europea, Alemania no cobra impuestos aduaneros a los Estados miembros, y vota conjuntamente los impuestos aduaneros a terceros países.
La ausencia de impuestos aduaneros en la UE (o mejor dicho en la Unión Aduanera Europea, que no es exactamente lo mismo) se utiliza frecuentemente como un importante argumento a favor de la UE.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el libre comercio puede verse obstaculizado no solo por los aranceles, sino también por medidas denominadas “barreras no arancelarias”, como puede ser la introducción de normas cada vez más estrictas en materia de protección del medio ambiente, legislación laboral o burocracia en general.
La UE es una organización que prácticamente vive de este tipo de medidas. Además, los Estados miembros de la UE no están autorizados a celebrar acuerdos de libre comercio con otros Estados por su cuenta, lo que probablemente desemboque en un menor número de acuerdos de libre comercio, ya que el hecho de lograr que docenas de Estados miembros se pongan de acuerdo para firmar un tratado requiere mucho más tiempo.
De esta forma la política de la UE también ha perjudicado de manera significativa al comercio libre. En las últimas décadas, gracias a las negociaciones, los aranceles han bajado en todo el mundo, y la UE no ha necesitado hacerlo en la mayoría de casos.
En conclusión, un Brexit por parte de todos los países de la Unión Europea sería lo más sensato.
40. Impuesto sobre la segunda vivienda
Competencia legislativa: gobiernos estatales
Competencia en materia de ingresos: gobiernos municipales
Competencia administrativa: gobiernos municipales
Carga fiscal: varía de un estado a otro y de un municipio a otro
Cualquiera que viva en Alemania y haya conseguido unos ingresos que le permitan tener una segunda vivienda es, en pocas palabras, objeto de la envidia y odio de sus compatriotas. Como siempre, el fisco se las apaña para convertir estos sentimientos básicos de los ciudadanos en un impuesto.
En la mayoría de los Länder el impuesto sobre la segunda vivienda se deja enteramente en manos de los municipios, que suelen aplicar tipos impositivos de entre el 10 y el 15% del alquiler anual neto.
Cualquier persona que, además de su vivienda principal, tenga una segunda vivienda está obligada a pagar este impuesto, independientemente de que la vivienda esté siendo alquilada o se encuentre ocupada por su dueño.
Están exentas de pagar este impuesto, principalmente, las viviendas cuyos propietarios no sean considerados ricos y que, por tanto, no son objeto del impuesto. Se incluyen en este grupo exento, entre otros, las viviendas de trabajadores desplazados, alojamientos para soldados o agentes de policía, apartamentos ocupados por menores o aprendices de oficios, alojamientos para personas que no han estado registradas en Alemania durante más de dos meses y apartamentos en residencias de ancianos o para fines terapéuticos.
Aunque estas excepciones son loables, no es necesario ser rico para sufrir en tus bolsillos este impuesto: basta con un estilo de vida de clase media alta. Este arquetípico impuesto de la envidia no fue legalizado por el Tribunal Constitucional Federal hasta 1983, y aporta a los municipios más de 100 millones de euros cada año.
41. Impuesto sobre productos intermedios
Competencia legislativa: gobierno federal
Competencia en materia de ingresos: gobierno federal
Competencia administrativa: gobierno federal (aduanas)
Carga fiscal: entre 102 y 153 € por hectolitro
El impuesto sobre productos intermedios es el quinto y último impuesto sobre productos alcohólicos (además de último impuesto en nuestra lista).
Los productos imponibles son bebidas alcohólicas que no estén gravadas como cerveza, vino espumoso o vino, tengan un porcentaje de alcohol en volumen de entre el 1,2% y el 22%, y pertenezcan a las partidas 2204, 2205 y 2206 de la Nomenclatura Combinada.
El jerez y el vino de Oporto, entre otros, entrarían en esta categoría. El aporte de este impuesto federal puro oscila entre los 10 y los 20 millones de euros cada año. Hay tres tipos impositivos diferentes:
- si el porcentaje de alcohol en volumen es superior al 15%, el importe a pagar será de 153 € por hectolitro;
- si el porcentaje de alcohol en volumen no supera el 15%, se deberán pagar 102 € por hectolitro; y
- si el porcentaje de alcohol en volumen no supera el 15% y se embotellan con tapones de vino espumoso fijados por un dispositivo de sujeción, o que tengan una sobrepresión debida al dióxido de carbono igual o superior a 3 bares a una temperatura superior a 20 grados Celsius, el importe a pagar será de 136 € por hectolitro.
Finalizando
Y aquí terminamos nuestra excursión turística por 41 impuestos alemanes.
Como decíamos, Alemania es uno de los países de mayor presión fiscal, pero la realidad es que muchos de los impuestos de los que hoy hemos hablado, estarán también de forma parecida en tu país y, especialmente ahora, en plena crisis económica y sanitaria se le añadirán más impuestos supuestamente temporales.
Cualquiera que lea este artículo entenderá que los impuestos son un timo, y que si a los Estados se les deja, no hacen más que crecer y crecer, introduciéndose cada vez en más rincones de nuestras vidas, diciéndonos cómo tenemos que vivir y robándonos para ello cada vez más de lo que nos pertenece. Todo bajo la bandera del patriotismo, la justicia social, y el supuesto bienestar global.
Si tú también lo entiendes así, solo te queda una opción, coger la sartén por el mango, hacerte con las riendas de tu vida e ir allí donde mejor te traten. Puedes ser más listos que ellos, aprende en este blog, con nuestros ebooks o contrata la consulta Librestado. Haz lo que quieras, pero no te quedes ahí, da el paso.
Ten en cuenta que dejar de pagar impuestos no solo es bueno para tu bolsillo, sino también debilita el control cada vez más total que los Estados ejercen sobre sus súbditos.
¡Porque tu vida te pertenece!