En el artículo de hoy vamos a contarte en qué países puedes vivir para evitar cortes y racionamientos de energía y agua potable, además de no pagar impuestos. Pues, por supuesto, no nos hemos querido quedar en una lista de países con suministro más o menos garantizado, como siempre, vemos imprescindible tener en cuenta también la situación fiscal en la que quedarías en dichos países.
La crisis de salud y económica mundial y la guerra en Ucrania nos han llevado a una situación en el que el suministro fiable y continuado de energía y electricidad, y quizás incluso de agua potable, se está poniendo en entredicho. en algunos países.
Cada vez más personas se dirigen a nosotros preguntando por las mejores opciones en este sentido. Los gobiernos hablan de cortes y racionamientos con tanta naturalidad, que la gente empieza a estar preocupada.
Sin duda, teniendo en cuenta que todo lo concerniente al abastecimiento energético y de agua está sujeto en la mayor parte de países a una fuerte intervención estatal (cuando no un total control por parte de los Estados), en realidad la pregunta no es cómo hemos llegado hasta aquí, sino, cómo puede ser que no hayamos llegado mucho antes.
“Si hay algo en lo que los gobiernos de todo el mundo sean expertos es en mentir para justificar sus acciones ilícitas. Hacen como si ellos nunca tuvieran la culpa de nada.”
Un buen ejemplo de esta forma de explicar cómo funcionan los Estados son los cuellos de botella en la cadena de suministros en la que nos encontramos. Los Estados culpan a la pandemia del coronavirus, no ven (o no quieren ver) que en realidad fueron las acciones que ellos decidieron emprender durante la crisis sanitaria las que hicieron (y siguen haciendo) un daño enorme a la economía.
La inflación tampoco es un problema del «capitalismo», sino de los bancos centrales y la impresión descontrolada de dinero. Estamos viviendo los efectos de sus “inteligentes” políticas monetarias. La estanflación puede producirse cuando el dinero de la expansión cuantitativa conduce a la inflación pero no contribuye al crecimiento económico.
La crisis del petróleo se debe a las políticas ESG (medioambientales, sociales y de gobierno corporativo), que restringen mucho la inversión en petróleo y en centrales eléctricas de carbón. Resulta que a pesar de estas medidas, la demanda mundial de combustibles fósiles se está manteniendo. Es decir, nos encontramos con una situación, creada por los gobiernos, de reducción de la oferta que lógicamente conduce a un aumento de los precios, pues no se ha reducido la demanda.
El gráfico muestra que cerca del 84,3% de la energía mundial procede de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas). Dado lo que sabemos de las políticas verdes, no es de extrañar que estemos en una crisis energética.
Empecemos por los temas que son noticia en este momento
… el suministro de energía, luz y calefacción.
La crisis energética que vive Europa no la ha provocado la guerra entre Putin y Ucrania. Es cierto que ha empeorado con la invasión, y que Putin seguramente estaba preparado para este escenario. Sin embargo, no debemos olvidar la nada despreciable crisis petrolífera global. Según Bloomberg, «la escasez de combustible recorre como un hilo la economía mundial, amenazando con recesiones y otra ola de inflación».
El verdadero origen del problema es la transición rápida y forzada a las fuentes de energía renovables, que ha puesto en peligro la seguridad y estabilidad energética de Europa. En este mismo artículo, Bloomberg afirma que «el mundo nunca ha visto una crisis energética tan profunda y compleja». La presión normativa europea en materia de políticas ESG ha acelerado la inversión en energías renovables.
Alemania ha invertido una fortuna en energía solar y eólica. En el primer semestre de 2022, el 49% de la electricidad consumida en Alemania procederá de las energías renovables. En 2021, esta cifra rondaba el 41%.
Esto puede sonar fantástico y genial a priori, pero se esconden problemas bastante serios detrás de esta decisión. Estas fuentes de energía pueden ser más limpias y baratas, pero tienen complicaciones en materia de escala.
Los retos que se plantean son muchos, como por ejemplo los siguientes:
- La energía solar y la eólica son inestables en el tiempo y no pueden proporcionar energía de forma fiable durante todo el año (bajo factor de planta); solo funcionan cuando hay muchas horas de sol y fuertes rachas de viento, respectivamente.
- Están vinculadas a un lugar concreto: no pueden producir energía en todas partes a la vez, lo que conlleva el problema del almacenamiento (solo con la ayuda de baterías) y de la distribución.
- Según el blog de Bill Gates, es sorprendentemente difícil almacenar energía. El carbón, el petróleo y el gas proporcionan energía fácil de almacenar y transportar.
- Las energías solar y eólica conllevan una incertidumbre energética que difícilmente cubre las necesidades de estabilidad de la demanda actual.
- Es necesario equilibrar la demanda con otra fuente de energía (por ejemplo, el gas natural).
La dependencia de fuentes de energía complementarias crea una dependencia insana del suministro de gas ruso en muchos países europeos. El gas se convertirá en el principal componente de Alemania y la UE «para satisfacer la demanda y garantizar la seguridad energética». La mala temporada de vientos de 2021 en Europa ha empeorado aún más este escenario.
Alemania, el motor económico de la UE vive su momento más delicado en más de 30 años
Actualmente, la distribución de la generación de electricidad en Alemania (en %) es la siguiente:
Fuentes de energía | 2021 | 2020 | 2019 | 2018 | 2017 | 2016 | 2015 | 2014 | 2013 | 2012 | 2011 |
Energías renovables | 40,9 | 44,9 | 40,1 | 35 | 33 | 29 | 30 | 26 | 24 | 22 | 20 |
de las cuales energías eólicas | 20,3 | 23,7 | 20,9 | 18 | 16 | 12 | 14 | 9 | 9 | 7 | 8 |
de las cuales energías fotovoltaicas | 8,5 | 9 | 7,7 | 7 | 6 | 6 | 6 | 6 | 5 | 5 | 3 |
de las cuales biomasa | 7,8 | 7,8 | 7,4 | 7 | 7 | 7 | 7 | 7 | 7 | 6 | 5 |
de las cuales energías hidroeléctricas | 3,3 | 3,3 | 3,3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 |
de las cuales residuos domésticos | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 |
Lignito | 18,7 | 16,2 | 18,9 | 23 | 23 | 23 | 24 | 25 | 26 | 26 | 25 |
Hulla | 9,4 | 7,5 | 9,5 | 13 | 14 | 17 | 18 | 18 | 19 | 19 | 19 |
Gas natural | 15,4 | 16,1 | 15 | 13 | 13 | 12 | 9 | 10 | 11 | 11 | 14 |
Energía nuclear | 11,9 | 11,3 | 12,4 | 12 | 12 | 13 | 14 | 16 | 15 | 16 | 18 |
Otras | 2,9 | 4 | 3,9 | 5 | 5 | 5 | 5 | 5 | 5 | 6 | 5 |
Generación total bruta (en TWh) | 579,1 | 567,4 | 603,8 | 649 | 654 | 648 | 652 | 614 | 631 | 618 | 615 |
Debido a estos retos, Alemania ha optado por el gas como fuente de energía complementaria a la solar y la eólica en lugar del carbón y el petróleo. El abastecimiento de Europa depende en, como mínimo, un 46,8% del suministro de gas ruso, y el gigante energético estatal ruso Gazprom está recortando los suministros al continente Europeo.
El periódico The Economist destaca que Alemania obtiene aproximadamente un tercio de sus importaciones de gas de Rusia. Además, cerca del 50% de los hogares alemanes se calientan con gas y no pueden depender solo de la electricidad. En junio de 2022, Alemania recibirá un 60% menos de gas ruso del gasoducto Nord Stream 1.
Además de una inflación en Alemania superior al 7% —la más alta de los últimos 40 años— y la crisis de seguridad energética, el comercio exterior registró recientemente un déficit de 1030 millones de dólares. Alemania y otros países de la UE pagan actualmente mucho más por la energía y los alimentos. Aunque las exportaciones son buenas, las importaciones se han encarecido. El New York Times escribió como entradilla lo siguiente: «Los altos precios de la energía y las cadenas de suministro rotas han empañado la imagen del Made in Germany, ya que en mayo las importaciones superaron a las exportaciones por primera vez en décadas». Este cambio de tendencia indica la debilidad de la economía alemana.
La industria (química, metalúrgica y de construcción mecánica) depende del gas ruso. Según el Financial Times, algunas de las principales industrias del país dicen que no podrán funcionar sin un suministro suficiente de gas. Es un efecto dominó: si las refinerías cierran, la industria química también cerrará, y con ella toda la industria alemana. En resumen, la infraestructura de la industria y los hogares se basa en la entrada de gas. Por lo tanto, no es fácil cambiar la fuente energética a otra que no sea el gas si queremos evitar el caos absoluto.
No hay formas de conseguir emisiones libres de carbono sin utilizar la energía nuclear, esa que tanto se demoniza en Alemania, España y otros países.
Desgraciadamente, Alemania va a cerrar todos los reactores nucleares para finales de 2022 como parte de la transición energética. Y, sin embargo, los reactores serían la única manera de garantizar el suministro energético del país.
¿Cuál es la reacción a nivel internacional?
En un intento de mantener el suministro, Europa ha decidido volver al carbón y al petróleo, y reactivará estas centrales en medio de una crisis energética que se ha buscado ella misma, principalmente porque se ha vuelto excesivamente dependiente y vulnerable en manos de Vladimir Putin. En el pasado, los países tenían grandes reservas de carbón y podían recurrir a la producción nacional, algo que ahora ya no es así. En la situación actual, los precios del carbón se han disparado: el contrato a plazo del carbón de Newcastle, por ejemplo, pasó de unos 105 dólares en julio de 2021 a más de 400 dólares en julio de 2022.
Un tema que muchos europeos siguen con atención (y aplauden) es el de las sanciones que el mundo occidental ha impuesto a Rusia.
Pues bien, esto es algo que no ha funcionado ni funcionará: solo perjudica a los países más dependientes en Europa, como Alemania.
Rusia puede eludir las sanciones negociando con otros países (como China o la India, por ejemplo), que a su vez pueden negociar con el mundo occidental. Cuanto más duren las negociaciones, más probable será que otros las eludan. Esa es la razón por la que los cárteles o trust no funcionan, acaban rompiéndose por fuera o desde dentro.
Y ya que hablamos de China, a pesar de todos los «esfuerzos» occidentales por reducir las emisiones de CO2, resulta que ahora van a apoyarse también en China para cubrir sus necesidades energética, país en el que el consumo de carbón es muy elevado y no hace más que aumentar. Ahora, con el fin de la política de covid-cero y, por lo tanto, de las frecuentes cuarentenas que se imponían en China, la demanda de petróleo aumentará a medida que la actividad económica vuelva a la normalidad.
Como el petróleo está estrechamente relacionado con la inflación, la Reserva Federal —el banco central de los Estados Unidos—, intenta controlar la inflación subiendo los tipos de interés. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que «cada aumento de 10 dólares por barril en el precio del crudo eleva la inflación en un 0,2% y frena el crecimiento económico en un 0,1%».
La secretaria de Energía de Joe Biden, Jennifer Granholm, subrayó que el aumento de la capacidad de producción de petróleo era importante para frenar la inflación de forma inmediata, pero también dijo que seguiría prestando atención a la eliminación de los combustibles fósiles.
Durante años se ha recortado la inversión en la industria petrolera, y ahora Estados Unidos quiere una producción mayor e inmediata, es decir, disparar la producción de petróleo. Pero, ¿qué clase de empresa en su sano juicio haría eso?
Si tú tuvieras una empresa dedicada a producir energía, ¿realmente invertirías hoy gran parte de tus recursos en aumentar la producción de una forma de energía que sabes que en un futuro muy próximo no podrás seguir vendiendo pues el Estado quiere eliminar el uso del tipo de combustible que usarías? Ten en cuenta que para aumentar dicha producción tendrás que invertir en mantener y renovar tu maquinaria, posiblemente incluso contratar a gente especializada.
Por supuesto, ahora que el petróleo empieza a escasear (lo que provoca una inflación aún mayor y se ha convertido en un problema político), el presidente Joe Biden culpa a los productores de petróleo —y a Putin también, naturalmente—.
Pero, ¿son realmente los culpables? Hagamos una pequeña digresión.
¡Gracias, querido gobierno!
Un problema al que siempre nos hemos enfrentado es que los políticos y legisladores generalmente no entienden cómo funciona realmente la economía en lo más básico, la oferta y la demanda, las materias primas o los procesos de producción. Y, sin embargo, por desgracia, son ellos los que deciden por todos nosotros.
Ahora mismo, las cosas están todavía peor, porque el aumento de los precios y la inflación se han convertido en un problema político y, por tanto, en un problema ante el que los políticos quieren reaccionar para conseguir votos y volver a ser elegidos en próximas elecciones.
Quieren salir de esta historia triunfantes como superhéroes, cuando su único superpoder es el de ser capaz de tomarnos el pelo con una sonrisa inocente en los labios.
Para salirse con la suya, lo primero que hace el gobierno es meternos miedo, a fin de que aceptemos sin más sus medidas y actuaciones. El éxito de los gobiernos tiene su origen en el miedo: miedo a la pobreza, miedo a los abusos, miedo al desempleo, miedo a la muerte, miedo al estancamiento, miedo a la guerra, miedo a la subida de precios…
La gente exige más seguridad y acción para el bien común movidos por la idea de que si el gobierno no nos protege, nadie lo hará.
Por eso son necesarios artículos como este, para poder señalar la triste verdad y hacer entender a la gente que el Estado no nos va a ayudar, que tienen que dejar de confiar en sus gobiernos y en sus «intentos de ayudarnos» y de «mantener el estado del bienestar».
Las acciones de los gobiernos, bienintencionadas o no, tienen consecuencias y los ciudadanos son los que pagan por ellas, ya sea con problemas estructurales, o a través de mayores costos o subidas de impuestos.
Piénsalo, el Estado es ese buen samaritano que te rompe las piernas y luego viene a darte unas muletas diciendo que no podrías caminar si ellas… Y, por supuesto, quiere tu eterno agradecimiento y apoyo.
Tal vez estos los problemas con la energía y en la economía en general no te afecten en este momento, tal vez no lo hagan directamente o con tanta intensidad, pero la cuestión es que en algún momento, alguna actuación insensata de parte de tu gobierno y fundamentada en el miedo de la sociedad terminará por darte de lleno, y entonces lamentarás no haber tomado las decisiones correctas a tiempo, ya sea creando un plan B o, mejor, habiéndote largado ya hace tiempo a algún lugar donde te traten mejor. Todo ello cosas con las que podemos ayudarte en nuestras consultas Librestado.
La nueva guerra fría… pero esta vez literalmente
La otra medida a corto plazo es el plan de racionamiento energético. La UE prevé ahora «calentar a sus ciudadanos solo hasta los 19 grados». No, no es broma, el primer borrador del plan de contingencia consiste en limitar la temperatura de la calefacción en los edificios públicos, oficinas y edificios comerciales a un máximo de 19 grados a partir de otoño de este año. No cabe duda de que la siguiente fase estará dirigida a los hogares particulares. En última instancia, el Gobierno tendrá que decidir si garantizar el suministro a los hogares o a la industria, y la experiencia demuestra que preferirá lo que más votos le garantice en las próximas elecciones.
Este artículo (en alemán) explica cómo van las cosas en Alemania, dice:
«Los precios no suben, se disparan. La inflación se acerca al 8%. Los tomates, pepinos, la harina de centeno, el aceite de girasol, la margarina o los huevos cuestan hoy un 25% más que hace un año. El petróleo, la madera, el acero, el aluminio, el níquel, el silicio, los plásticos, el cobre, el magnesio y el papel escasean. El organismo regulador de telecomunicaciones alemán (BnetzA) prevé que los costes del gas se tripliquen para 2023. Los propietarios fijan los horarios del agua caliente. El Gobierno Federal aconseja a las empresas que compren generadores de emergencia. El euro se ha hundido al nivel del dólar».
La calefacción del hogar mediante pellets se parece mucho al efecto que se produjo con el papel higiénico durante la pandemia: la gente actúa en base al miedo. Se compra en estado de pánico y se pagan precios más caros, hay escasez de madera y los productores no pueden hacer frente al repentino e inesperado incremento de la demanda. Por ello, en este caso también existe la amenaza de sufrir una escasez de oferta.
Probablemente no sea posible cumplir con una política 100% ESG. Los gobiernos dan prioridad a lo medioambiental sobre lo social y lo corporativo. Jeff Currie, jefe global de investigación de materias primas de Goldman Sach, afirma que las ESG son un gran problema porque impiden la inversión a gran escala en la capacidad y el aumento de la productividad a través de la tecnología.
Por eso no nos cansamos de recomendártelo, especialmente si estás en la Unión Europea o cualquier país que sigue a ciegas el dictado de la religión verde, ¡huye! Y si no puedes irte, al menos asegúrate un plan B para cuando tengas que salir rápidamente. Si todavía no tenías una razón de suficiente peso para irte, ¿qué te parece el tema de la energía y el suministro? Aunque solo sea para que no tengas que pasar la noche en edificios públicos para no morirte de frío en casa.
¿Dónde plantar las banderas?
Ahora vamos a pensar, desde el punto de vista de la Teoría de las Banderas, en los países en función de su potencial energético, y nos centraremos en las fuentes de energía bajas en carbono porque implican una menor dependencia energética.
Si nos fijamos en las fuentes del 90/100%, destacan Paraguay y Costa Rica. Ambos países aplican una fiscalidad territorial y puedes encontrar sus análisis en nuestro blog y en la Enciclopedia Librestado del Emigrante. No estamos teniendo en cuenta los costes de la electricidad, aunque en el caso de Paraguay, por ejemplo, no serían ningún problema.
Si hablamos de entre el 80% y el 90%, tenemos a Luxemburgo, Uruguay y Georgia, los dós últimos ofrecen además tributación territorial; Brasil puede ser interesante por sus facilidades para conseguir una ciudadanía adicional a través del turismo de maternidad y también ofrece opciones fiscales poco conocidas, pero interesantes; El Salvador fue el primer país en aceptar el Bitcoin como moneda de curso legal —este logro es de importancia estratégica para aumentar el atractivo del país, lo que naturalmente no gusta a los reguladores que prefieren favorecer a los gobiernos y perjudicar a la población—. Por supuesto, la ONU, está muy preocupada por el Bitcoin y su poder de transferencia de dinero.
En cuanto a la cuota de electricidad generada a partir de fuentes renovables, tienes cinco países de los que también hablamos en nuestra Enciclopedia Librestado del Emigrante: Paraguay, Costa Rica, Namibia, Uruguay y Georgia.
¿Cuál es la situación del agua potable y de su correspondiente suministro?
El agua potable es el agua utilizada para beber y cocinar. El 97% de toda el agua de la Tierra es agua salada situada en océanos, mares y aguas subterráneas salinas. Menos del 3% es agua dulce, de la cual entre el 1,75% y el 2% está congelada en glaciares, hielo y nieve.
Los ocho principales países con recursos hídricos renovables son Brasil, Rusia, Estados Unidos, Canadá, China, Colombia e Indonesia. La Unión Europea también está representada en esta lista pero, como no es «un país», no lo trataremos en profundidad. En la UE hay algunas posibilidades de vivir sin impuestos o de pagar muy poco, pero la tendencia deriva hacia el pago de cada vez más impuestos y más control en favor del «bienestar social».
Brasil ofrece aquí una desafortunada paradoja: el país cuenta con el 12% de las reservas mundiales de agua dulce superficial, pero tiene graves problemas de abastecimiento. En 2016, 35 millones de brasileños no tenían acceso a agua potable, y más de 100 millones vivían sin un saneamiento adecuado ni ningún tipo de tratamiento de aguas residuales. Esta es una cifra altísima para un país de 210 millones de habitantes. Como no podía ser de otra forma, el suministro de agua y el saneamiento básico son allí «responsabilidad» del Estado, ya que este asume el papel de proveedor de infraestructura para sí mismo. Es decir, el problema en Brasil va para largo.
El Acuífero Guaraní, que se encuentra bajo Argentina, Brasil, Paraguay, y Uruguay, es uno de los mayores depósitos de agua dulce del mundo. Su gestión se rige por un acuerdo internacional: el Acuerdo del Acuífero Guaraní (AAG). Situado en el norte del país, el Gran Sistema Acuífero Amazónico (Saga) es la mayor reserva de agua subterránea del mundo. Se calcula que hay agua suficiente para abastecer a todos los habitantes del mundo durante 250 años.
Aunque no sea posible reducir la presión fiscal en Brasil al 0%, sigue siendo un país interesante como destino recreativo y para el turismo de maternidad: allí te espera una excelente gastronomía, buen clima y gente radiante. Además, los pequeños empresarios pagan menos del 10% de impuestos hasta el umbral de los 150.000 euros.
El Nuevo Orden Mundial
En el libro Principios para enfrentarse al Nuevo Orden Mundial de Ray Dalio, el multimillonario y gurú de las inversiones explica por qué unas naciones prosperan y otras fracasan.
Hay mucha gente a la que le cuesta aceptar que haya grupos, personas o países que quieran cambiar el orden mundial vigente. Esto no tiene nada que ver con oscuras y confusas teorías de la conspiración. En realidad es lo más natural del mundo, que quien no esté arriba ahora y tenga que conformarse con un segundo, tercer, cuarto o cualquer que sea su puesto, que dicha persona, institución, país, etc. quiera cambiar el orden existente.
Así, tampoco es de extrañar que Rusia y China tengan planes para crear un Nuevo Orden Mundial. Aquí es donde cualquier ventaja estratégica cuenta.
Rusia y China cuentan con grandes reservas de agua, y queda por ver si algún día las utilizarán en su propio beneficio, como está haciendo Putin con el gas y el petróleo.
Una quinta parte de las reservas mundiales de agua dulce se encuentran en Rusia, y el agua está distribuida de forma desigual. Parece que se plantea la posibilidad de que Rusia esté librando una guerra oculta en Ucrania por el agua en esta, lo que no sería demasiado sorprendente dado que esta otorgaría a Rusia un poder inimaginado frente a Europa, Oriente Medio y, posiblemente, China. El agua es energía, por lo que el suministro de esta es también energía.
Y ya que estamos hablando del Nuevo Orden Mundial, no podemos olvidar la «nueva normalidad» que surgió a raíz de la pandemia del COVID-19, bajo la cual muchos trabajos pueden realizarse independientemente de la ubicación. El mundo de los negocios, del trabajo, del comercio y del marketing ya no volverá a ser el mismo.
Colombia e Indonesia son bien conocidos en el mundo de los turistas perpetuos. Medellín y Bali son un destino creciente y de moda para los nómadas digitales. También hay rumores de que Indonesia emitirá un visado para nómadas digitales que permitirá a los extranjeros vivir y trabajar en el país durante 5 años sin pagar impuestos. De momento solo son rumores, pero puedes estar seguro de que Librestado publicará la noticia en cuanto sea una realidad.
Las crisis de oferta suelen conducir a un aumento de los impuestos
Al fin y al cabo, alguien tiene que pagar los platos rotos, ¿no? (Y por supuesto no serán los políticos ineptos que nos han metido en esto)
La cuestión de mantener el suministro de energía y agua es de vital importancia y afecta a nuestras vidas en muchas direcciones diferentes. Ya sea en el estilo de vida, en las oportunidades, en nuestros hogares o en nuestros bolsillos. Por eso no nos cansamos de repetir que todos deberíamos ir a donde mejor nos traten.
Como turista perpetuo, no estarás atado a ningún lugar ni Estado y, a menudo, no tendrás que hacer cola para recibir la ración de comida o lo que sea que te quiera destinar tu gobierno.
Si no sabes por dónde empezar, quizás la mejor opción es que te suscribas a nuestros contenidos para recibir nuestra visita guiada al mundo de la Teoría de las Banderas.
Por lo demás, aquí, en nuestro blog, seguiremos publicando artículos con la esperanza de ayudarte a pagar menos impuestos y liberarte del peso del Estado.
Cuando estés preparado para empezar a moverte, puedes contratar nuestro servicio de consultoría en el que te ayudaremos a diseñar tu plan personalizado.