Montar una empresa en Malta o trasladarse para residir allí es una de esas opciones de las que siempre se habla cuando sale el tema de optimizar impuestos. No es de extrañar, ya que se trata de un país atractivo, con un buen nivel en cuanto a la calidad de vida, que además ofrece ciertas ventajas a los empresarios.

Por un lado se encuentra en la UE, con las ventajas que esto supone si quieres ofrecer tus servicios o productos dentro del mercado común, por otro, gracias a que tiene un sistema non-dom ofrece mejores condiciones fiscales a extranjeros que otros países.

En este artículo vamos a desgranarte las opciones que Malta tiene para ti, tanto si quieres ser residente maltés, como si solo quieres trasladar o montar allí tu empresa. En ambos casos la isla ofrece oportunidades de optimizar tus impuestos muy interesantes.

Eso sí, por desgracia, existen muchos mitos alrededor de la isla y es ahí donde tienes que tener cuidado.

Muchas agencias y bufetes de la isla tratan de atraer empresas extranjeras para que muevan allí su negocio con la promesa de ahorrar impuestos. Las soluciones que proponen pueden funcionar durante un tiempo, pero no siempre son seguras desde un punto de vista jurídico.

En otras ocasiones, el problema es más una cuestión de costes, las estructuras financieras que proponen son innecesarias y sus altos costes de mantenimiento pueden suponer un fuerte golpe para la rentabilidad e incluso sostenibilidad de tu negocio.

El sistema fiscal maltes tiene varias peculiaridades que a menudo crean confusión, de hecho, es el país con a la vez el mayor y menor nivel de impuestos de sociedades. Te explico cómo funciona esto.

Montar tu empresa en Malta

Malta es uno de los pocos Estados del mundo con un sistema de imputación para el impuesto de sociedades. Esto significa que Malta exige un impuesto de sociedades relativamente alto, pero gran parte de él luego se reembolsa. El impuesto de sociedades en Malta es de un 35%.

Con todo, dado que 6/7 del 35% es reembolsado por la autoridad tributaria maltesa tras dos semanas, el tipo impositivo efectivo se sitúa, con solo el 5%, entre los más bajos de toda la UE (exceptuando las zonas francas y las excepciones para pequeños emprendedores).

Esto suena muy bien en la teoría, pero en la práctica no funciona en absoluto de forma tan fluida.

Últimamente se venían acumulando los casos en que los reembolsos no llegaban o lo hacen con mucho retraso. El sistema de reembolso de impuestos no se desarrolla totalmente sin dificultades, como a menudo se quiere vender (el sistema maltés del impuesto de sociedades es mucho más complejo y estipula unas cuantas excepciones en lo referente al reembolso).

Por último, el gran problema del reembolso de impuestos es el hecho de que el dinero no se transfiere de nuevo a la empresa, sino que el 30% se abona en otra cuenta de libre elección.

No es difícil imaginar los problemas que esto trae consigo, pues el reembolso no se recibe en forma de dividendos, sino que van directamente al impuesto sobre la renta.

Si estás sujeto a impuestos en un país con impuestos elevados, como España, Italia, Argentina, etc. sobre el reembolso (que se transfiere a una cuenta privada) se aplica el impuesto sobre la renta progresivo, que probablemente es muy superior al impuesto de compensación, del 26,8%.

Si, en cambio, uno vive y explota su empresa en Malta como non-dom, el reembolso de impuestos se considera como ingresos nacionales y se tributa en su totalidad de forma progresiva, lo cual por supuesto tampoco es especialmente intersante.

Todo esto ha hecho que en los últimos años, la isla mediterránea de Malta haya estado a la sombra de su hermana Chipre. A raíz también de nuestros artículos en Librestado, muchos empresarios descubrieron las ventajas de fundar empresas y establecer su residencia en Chipre en régimen de non-dom y dieron preferencia a Chipre en perjuicio de Malta por razones comprensibles.

Sin embargo, actualmente existen nuevos motivos para interesarse por Malta, y los explicaremos a continuación.

No hay duda de que Chipre sigue siendo uno de los lugares más atractivos para establecer una residencia dentro de la Unión Europea. Pero precisamente en el ámbito de la constitución de sociedades, Malta está ofreciendo en la actualidad oportunidades incluso mejores que las de Chipre.

De todos modos, no hay por qué elegir entre una u otra, pues una residencia en Chipre con una empresa en Malta puede ser una combinación ideal.

Como decíamos, Malta ha tenido desde siempre el impuesto de sociedades más bajo y al mismo tiempo más alto de la Unión Europea. El impuesto de sociedades inicial es de un 35%, pero el efectivo es del 5%, cifra a la que se llega tras un procedimiento de devolución de impuestos. El Estado maltés recibe un 35% que retenía durante al menos dos semanas. Sin los asesores fiscales adecuados, las dos semanas podían convertirse rápidamente en más de dos meses, y en algunos casos ni siquiera se llegaba a devolver estos impuestos pagados.

Así, el 5% de tributación efectiva de las sociedades de Malta no era muy popular, aunque este no era el único motivo. Además, la devolución del 30% de los impuestos (en el caso de ingresos por negocios activos) no se transfería de nuevo a la empresa, sino a los socios de la empresa directamente. Eso significaba que en muchos casos esta devolución tributaba en el impuesto sobre la renta en su residencia fiscal personal. Esto también era un problema para los residentes en Malta, usuarios del régimen non-dom allí, porque suponía tener ingresos nacionales y tener que tributar por ellos. Lo mismo pasaba en el caso de que los socios vivieran en países con altos impuestos de la UE. Solo para los dueños de sociedades maltesas con un domicilio fiscal en paraísos fiscales, países territoriales u otros con regímenes especiales resultaba interesante tener una sociedad única en Malta.

Por suerte existe una solución para el problema que acabamos de exponer, pero siempre se requiere la constitución y mantenimiento de una segunda sociedad, con los gastos adicionales que eso conlleva.

Dado que la devolución de impuestos siempre va a los socios, la solución es tener una sociedad matriz que funcione como holding. Con bastante astucia, Malta añadió a la ley que una holding maltesa puede cobrar la devolución de impuestos de sus sociedades filiales libre de impuestos después de un tiempo de espera determinado. De esta forma se solucionaba el problema para no residentes en Malta.

La novedad, el Régimen de integración fiscal en Malta

Desde mediados de 2019 es posible, bajo determinadas condiciones, evitar totalmente este sistema de devolución de impuestos y pagar directamente solo un 5% del impuesto de sociedades. Esta consolidación fiscal hace ahora a Malta mucho más atractiva, aunque, igual que antes, sea necesario tener dos sociedades. Ambas conforman un régimen de integración fiscal, es decir, que fiscalmente son tratadas como si fueran una única sociedad. Para ello es necesario cumplir con dos de las siguientes condiciones:

  • la sociedad matriz mantiene al menos el 95% de los derechos de voto de la sociedad filial
  • a la sociedad matriz le corresponde al menos el 95% de los beneficios de la sociedad filial
  • a la sociedad matriz le correspondería al menos el 95% de los activos de la sociedad filial si esta se disolviera

Adicionalmente, es necesario que los periodos contables de las dos sociedades coincidan y obtener una autorización de todas las sociedades minoritarias. Dado que ambas sociedades son gestionadas como una unidad fiscal, los costes para la contabilidad y la elaboración del balance son inferiores que en el caso de dos sociedades independientes.

Así, con su impuesto efectivo del 5%, Malta tiene el impuesto de sociedades más reducido de la UE, y sin limitaciones de volumen de ventas o beneficios. Puesto que no existen retenciones sobre dividendos y el IVA es bastante bajo (18%), las sociedades de Malta son ideales para una estrategia fiscal internacional. Y como ahora los servicios de pago internacionales como Stripe aceptan empresas de Malta, la isla se ha vuelto muy interesante también para los empresarios online.

Al ser ambas antiguas colonias del Reino Unido, Malta y Chipre son relativamente parecidas. La administración de las sociedades sigue patrones y normas de contabilidad similares. Pero una Limited maltesa requiere 1.250€ de capital social, mientras que en Chipre solo 1€.

Pese a que ambos países forman parte del euro, el sistema financiero de Malta es mucho más estable y cuenta con bancos mejor provistos. Con una cuota de deuda soberana de solo el 40%, Malta es uno de los países menos endeudados de la UE. El tiempo de vuelo desde España (y la mayor parte de países centro europeos) es bastante más corto que a Chipre, por lo que suele resultar más atractiva para aquellos que quieren generar sustrato económico y seguir residiendo en su país de origen.

En Malta está más extendido el dominio del inglés que en Chipre, en donde el inglés también es idioma oficial en el ámbito administrativo y cotidiano. En el ámbito judicial la lengua oficial es el maltés, que suena bastante exótico, pues es una mezcla de árabe, italiano e inglés. Pero eso tiene importantes ventajas para los gestores de empresas de Malta, puesto que allí es difícil ser demandado o incluso sancionado.

Si bien los costes de estructura y demás en Malta son algo más elevados que en el este de Europa, el ahorro fiscal es claramente mayor. En comparación con Chipre se puede ahorrar un 7,5%, con gastos solo un poco mayores.

Por eso puede ser conveniente, incluso teniendo una residencia non-dom en Chipre, gestionar el negocio más bien a través de Malta, aunque sea solo por evitar los desastrosos bancos chipriotas.

Cómo conseguir la residencia fiscal en Malta para ciudadanos de la UE

Así como para conseguir el estatus non-dom en Chipre tienes que abrir una sociedad allí, en Malta cualquier extranjero puede convertirse en non-dom sin solicitarlo siquiera.

Gracias a la libertad de establecimiento dentro de la UE, contando con un pasaporte de la Unión Europea los requisitos son mínimos, entre ellos tienes los siguientes:

  • has de pasar al menos 6 meses al año en Malta
  • tienes que pagar el alquiler de todo el año o tener una casa en propiedad (no importa su precio)
  • es obligatorio tener un seguro de salud válido
  • debes ser independiente económicamente (14.000 euros al año o 84,95 euros a la semana, también vale con un contrato de trabajo)

La única condición que podría ser un problema para alguien para el que montar su empresa o trasladar su residencia fiscal a Malta podría tener sentido es la de la permanencia mínima de 6 meses en Malta.

El pequeño tamaño de la bonita isla puede hacer que los 6 meses en Malta se hagan más largos de lo que uno querría, pero por supuesto, esto depende de los gustos personales de cada cual.

Residencia non-dom en Malta

Los residentes non-dom en Malta también pueden utilizar el régimen de integración fiscal maltés (descrito más arriba), pero se necesita una tercera empresa (holding) extranjera dueña de la holding maltesa para maximizar las ventajas fiscales.

El régimen non-dom de Malta existe desde hace mucho más tiempo que el de Chipre y se inspira en el clásico estatus non-dom inglés. Así, los ingresos obtenidos en el extranjero solo estarán libres de impuestos si no se utilizan en Malta.

A diferencia de Chipre, que exime de impuestos los dividendos e intereses independientemente de su origen y uso, Malta exime de impuestos todos los ingresos que no se hayan generado ni usado dentro del país. Se entiende como dinero usado en Malta todos los ingresos con los que uno se mantiene allí.

En comparación con el estatus de non-dom de Irlanda e Inglaterra, muy parecidos, Malta ha tenido siempre menores restricciones. Mientras que en el Reino Unido y en Irlanda tenías (y tienes) que declarar los ingresos mundiales aunque no tributases por todos, en Malta solo hay que declarar la parte que se prevé utilizar allí. En este caso “utilizar” se refiere no solo hacer transferencias a Malta, sino potencialmente también pagos o retiradas de dinero con tarjeta de crédito.

Dado que esto es difícil de controlar y fue repetidamente objeto de abusos, en 2018 Malta impuso un impuesto mínimo para todos los que quisieran utilizar el estatus de non-dom. Desde entonces, para poder ser non-dom en Malta hay que pagar un impuesto fijo mínimo de 5.000€.

Lo bueno es que con ello se compensa un importe considerable (unos 2.000€ al mes) que puede ser introducido ahora de manera legal en Malta para cubrir el coste de la vida.

Desde que se introdujo el impuesto mínimo, la situación fiscal, que antes era en general poco clara, se ha vuelto más sólida. Quien no lleve precisamente una vida de desenfreno en Malta, no tiene que preocuparse mucho por que controlen sus gastos exactos en Malta. Y por supuesto, todos los ingresos que se gasten o inviertan fuera de Malta estarán libres de impuestos.

El problema para residentes non-dom malteses es que si reciben sus ingresos a través de la estructura maltesa, las distribuciones de dividendos van a considerarse como ingresos nacionales (por los que, por lo tanto, tendrán que tributar).

Para evitar esto, puedes constituir una sociedad matriz extranjera, que cobre o bien la devolución de impuestos y/o, en caso de un régimen de integración fiscal, el pago de dividendos. Aquí puedes optar en teoría por cualquier tipo de sociedad offshore, aunque en general se usan las Limited Partnerships inglesas.

También podría usarse una LTD inglesa, ya que conforme a los convenios de doble imposición no tienen que pagar impuestos de sociedades sobre una devolución de impuestos desde Malta.

De todas formas, es preferible el camino a través de una partnership (sociedad personalista), puesto que los ingresos pueden repartirse directamente, sin acuerdos formales, para ser distribuidos en cuentas privadas fuera de Malta.

Por supuesto también es posible utilizar el estatus non-dom maltés sin operar a través de una sociedad de Malta. Pero Malta presta atención al lugar de administración real de la empresa. Una sociedad fantasma, sin sustrato será aceptable si es una mera holding que se está usando para la devolución de impuestos, pero no si hablamos de una sociedad operativa.

Quien desee gestionar legalmente una sociedad en el extranjero (fuera de la isla) siendo residente en Malta, debería procurar tener un sustrato empresarial mínimo, una oficina y administrador sería lo mínimo. De este modo, será posible llevar una vida potencialmente libre de impuestos en Malta, exceptuando el impuesto fijo mínimo del que hablábamos de 5.000€.

Por cierto, a los impuestos hay que añadir las obligatorias aportaciones a la seguridad social, que se calculan atendiendo a diversos aspectos, pero, en cualquier caso, para los autónomos y los empresarios es de un máximo de 53,08€ por semana a partir de unos ingresos de 18.500€. Esto supone una carga tributaria anual adicional de unos 2.700€. Con ingresos inferiores a 18.400€, se aplica el 15% sobre los ingresos netos, esto es 0,15×1.020€= 153€ mensuales adicionales, casi 1.850€ al año.

Lo que muchos no entienden del sistema non-dom

Básicamente, el estatus non-dom implica que los ingresos procedentes del extranjero estarán exentos de impuestos mientras no sean introducidos en el país. Los ingresos extranjeros que permanezcan en una cuenta en el extranjero, estarán realmente libres de impuestos.

Cuando se trata de repatriar ingresos extranjeros, por lo general muchos non-doms no son conscientes de lo que esto significa, así que vamos a explicarlo (de nuevo).

Introducir dinero en el país no solo implica hacer transferencias a una cuenta en el país, sino también retirar dinero de cajeros automáticos en el país, abonar pagos allí con tarjeta de crédito, introducir efectivo de otros países (aunque esto es muy difícil de detectar), etc.

Al final, todo el dinero que utilices en Malta es en realidad dinero “repatriado”, dinero que introduces en el país. Así, todos los gastos que surgen in situ en Malta deben también tributarse por completo.

En la práctica muchos non-doms ocultan determinados gastos que tienen en Malta. Precisamente la introducción de grandes cantidades de efectivo procedente de los países vecinos es un recurso muy común y casi imposible de descubrir, pero en teoría implica fraude fiscal en Malta.

Malta, gran opción también para los inversores de capital (no considerados profesionales)

A diferencia de lo que ocurre en Chipre, en Malta no existe un tiempo de estancia mínimo fijo para poder obtener el estatus de non-dom. Dado que Malta también está dentro del espacio Schengen, no es tan fácil seguir el rastro de las entradas y salidas del país, a pesar de ser una isla. Por ejemplo, hay un ferry que cubre el trayecto a Sicilia.

Eso sí, para obtener un certificado fiscal con el estatus non-dom normal, debes pasar oficialmente los 183 días mínimos de residencia. Es verdad que en la práctica no es necesario estar ahí, sino solo poder presentar pagos regulares con tarjeta de crédito realizados en Malta. Que existen formas de aprovecharse de ello y cómo se puede hacer, corre por cuenta de la fantasía del lector, que nosotros no las recomendamos por supuesto debe quedar claro.

De todas maneras, la verdad es que en general no necesitas un certificado fiscal. Solo es necesario para aprovechar ciertos beneficios de los convenios de doble imposición, en algunos casos para darse de baja como contribuyente o si se tiene intención de retornar al país de origen.

Sea como sea, para residentes con certificado fiscal que se dedican a la inversión, Malta puede ser muy interesante, ya que cuenta con muchos y muy buenos convenios de doble imposición firmados que pueden reducir las retenciones en origen sobre dividendos e intereses.

Para los inversores (no profesionales) existe una regulación decisiva en el régimen del non-dom maltés: los beneficios del capital obtenidos en el extranjero pueden transferirse a Malta sin impuestos. Estos no recaen dentro de la tributación de “Remittance Base” (tributación en caso de uso o transferencia al país), sino que están libres de impuestos también si se transfieren a Malta.

Gracias a esta exención fiscal sobre los beneficios en bolsa ―y potencialmente también para los dividendos― y por sus muchos y buenos convenios de doble imposición, Malta es, igual que Chipre, especialmente recomendable para los inversores en títulos. Estos pueden además aprovechar un programa especial de Malta poco conocido, que si bien es bastante más costoso que el de Chipre, puede ofrecer mayores ventajas.

El estatus HNWI en Malta

Nos referimos en este caso al programa High Net Worth Individual para ciudadanos de la UE, que existe también en una versión más accesible para pensionistas.

Este estatus para personas adineradas tiene un impuesto global superior al del estatus de non-dom normal en Malta, pero no exige una estancia mínima para obtener el certificado fiscal, aunque, por supuesto, hay que evitar generar otra residencia fiscal, esto significa que habría que pasar como máximo 183 días en otro país.

El HNWI te permite justificar una residencia fiscal en Malta con certificado de residencia fiscal sin tener que pasar tiempo allí. En lugar de necesitar una empresa con obligación de aportar a la seguridad social, como ocurre en Chipre, los residentes en Malta han de pagar un impuesto fijo más alto y hacer una inversión de cierto valor.

Normalmente, para ser admitido como non-dom HNWI es necesario adquirir una vivienda por valor de 400.000€ o alquilar una por al menos 20.000€ al año. Esa vivienda tiene que mantenerse como vivienda principal, lo que quiere significa que no se puede ceder en alquiler ni a largo ni a corto plazo.

Por lo demás, no existen otras exigencias en cuanto al patrimonio o los ingresos, únicamente un control de due dilligence sobre el historial bancario y demás del solicitante. Se debe también contratar un seguro de salud privado que sea válido en Malta.

Como HNWI has de abonar una tasa fija anual de 20.000€ en lugar de solo 5.000€. Por cada miembro de la familia dependiente se pagan 2.500€ adicionales.

La ventaja principal, además de no existir un periodo de estancia mínima, es un tipo impositivo fijo del 15% sobre los ingresos introducidos en el país, en lugar de impuestos progresivos hasta el 35%.

De todas formas, el estatus HNWI no tiene mucho sentido para aquellos que no deseen pasar tiempo en Malta. Pues, si tienes que pagar 20.000€ de impuestos globales y otros 20.000€ por el alquiler de una vivienda que apenas se usa, seguramente prefieras ir a Chipre, que exige solo dos meses de estancia en el país y tiene menores gastos fijos.

El precio por la solicitud del HNWI en Malta sale por unos 6.000€.

Programa especial para pensionistas en Malta

El programa HNWI es más interesante para pensionistas de la UE. Aquí el impuesto fijo global se queda en unos asumibles 7.500€, el alquiler mínimo asciende a solo 9.600€ al año (8.750€ en Gozo) o bien hay que adquirir un inmueble por valor de 275.000€. Especialmente si la idea es pasar unas semanas al año en Malta, esta es una opción muy atractiva.

Por cierto, al menos el 75% de los ingresos del pensionista deben proceder realmente de su pensión, y solo un máximo del 25% de beneficios del capital. Esto, por supuesto, limita considerablemente la cantidad de pensionistas que pueden acceder a este programa.

Solicitar el HNWI para pensionistas cuesta unos 2.500€. En general, el estatus non-dom normal “Ordinary Residency Scheme” es más atractivo también para pensionistas.

Golden Visa y segundo pasaporte maltés

Por cierto, los mismos programas que acabamos de presentar existen en Malta también para ciudadanos de fuera de la UE/EEE. Por supuesto que ellos necesitan adicionalmente un permiso de residencia, que se obtiene a través de la llamada “Golden Visa”.

A diferencia de lo que ocurre en otros países mediterráneos, para aquidir la Golden Visa no es forzosamente necesario adquirir inmuebles. En Malta es suficiente con una inversión a 5 años en bonos del Estado por importe de 250.000€, así como una donación de 30.000€. Además, hay que comprar o alquilar una vivienda. Los costes para ello ascienden a unos 40.000€, pero a cambio se obtiene un permiso de residencia por tiempo indefinido en todo el espacio Schengen y la nacionalidad maltesa después de cinco años.

Claro que existe la alternativa de comprar directamente la nacionalidad maltesa, pero para ello es necesario hacer una donación de 650.000€, una inversión en bonos del Estado de 150.000€ y comprar una vivienda por 350.000€ o pagar un alquiler anual mínimo de 16.000€. La nacionalidad se otorga en este caso ya tras un año de residencia en Malta.

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En el caso del programa HNWI para ciudadanos no comunitarios también se deben abonar 25.000€ de tasa fija de impuestos. Es mucho dinero, pero un pasaporte de la Unión Europea abre muchas puertas.

Excepciones que te permiten introducir dinero en Malta sin pagar impuestos como non-dom

Para terminar, podemos decir que existen dos excepciones positivas.

En primer lugar, puedes transferir a Malta todo el patrimonio existente libre de impuestos si puedes demostrar que el patrimonio existía antes de registrarse como residente en Malta.

Así pues, trasladar el patrimonio a una cuenta privada de Malta y vivir del dinero transferido durante un tiempo es una posibilidad legítima.

En segundo lugar, como ya decíamos antes, los rendimientos del capital están exentos de impuestos en Malta, incluso si los usas en Malta.

Sin embargo, no te alegres demasiado pronto, algunos países, entre ellos Alemania y Suiza, han estipulado los convenios de doble imposición en su propio beneficio (puedes ver los convenios firmados por Malta aquí). Dado que Malta renuncia a la tributación, se aplica un impuesto en origen sobre los rendimientos del capital por el importe total en los países respectivos.

Por otro lado, los traders profesionales (a diferencia de los inversores particulares) que no quieran operar a través de sociedades deberían tener su mirada más bien en Chipre y no Malta. Pues las autoridades tributarias maltesas clasifican los negocios con acciones y de trading como ingresos nacionales, siempre que se realicen desde Malta de forma mayormente profesional.

Los rendimientos del capital solo están exentos de impuestos en Malta para los inversores particulares.

Conclusión sobre Malta a partir de 2020 y 2021

No cabe duda de que Malta es una gran alternativa a Chipre, pero decidirse por uno u otro país es una cuestión de gustos, y de la situación, y de los objetivos concretos.

Para elegir, sin duda puede ser recomendable visitar las dos antiguas colonias británicas y comprobar en qué medida son compatibles con nuestras necesidades. El artículo que acabas leer solo pretende presentar un breve panorama general sobre la situación fiscal actual.

Como ves Malta tiene mucho que ofrecer incluso más allá de lo económico. El inglés como idioma oficial, mucha historia y cultura, un gran nivel de vida, buen clima y precios aceptables, además de seguridad y accesibilidad (está bastante bien conectado a otras ciudades europeas). Todo esto convierte Malta en un gran destino siempre y cuando te informes bien (quizás a través de una de nuestras consultas).

Si quieres que te ayudemos a tramitar tu residencia en Malta, a montar tu negocio allí o conseguir tu Golden Visa, puedes escribirnos un email.

Si tienes dudas, no tienes claro lo que hacer y quieres una consulta para decidir entre Malta y las muchas demás opciones en cuanto a sociedades, residencia y demás, puedes contratar una consulta.