Lo que nos ofrece Irlanda: Cambiar tu nombre (Deed Poll), residencia fiscal, sociedades, etc.

¿Has pensado alguna vez en cambiar de nombre? ¿Quieres pagar menos impuestos a nivel personal o de empresa? Irlanda puede ser la respuesta para muchos.

Quizás tus padres escogieron una combinación de nombre y apellidos que nunca te hizo mucha gracia. Tal vez te conozcan mejor por tu apodo, o puede que no quieras saber nada de tu pasado y prefieras que nadie te asocie con tu antiguo nombre.

Sea cual sea el motivo, puedes cambiar legalmente de nombre hoy mismo, de manera bastante cómoda, rápida y sencilla.

Decidir quién eres

¿Te han contado alguna vez eso de que hay muchas cosas en la vida que uno no puede elegir libremente? El país de nacimiento, la familia, el sexo, los impuestos que pagas, el nombre…

Si has seguido los acontecimientos de los últimos años, seguro que te has enterado de que (si vives en occidente) puedes cambiar fácilmente de sexo si lo deseas. La novedad para muchos será saber que incluso puedes cambiar tu nombre y apellidos.

A nosotros nos parece fantástico, porque cada uno debe tener la libertad de elegirse a sí mismo como mejor le parezca. Tu vida y tu nombre son tuyos.

El cambio de nombre es posible gracias a un servicio llamado Deed Poll. Uno de los países más conocidos por esta posibilidad es el Reino Unido y otro, como habrás adivinado, Irlanda. En este artículo nos centraremos en el proceso en la oficina irlandesa (específicamente para los ciudadanos de la UE).

El Deed Poll (o certificado de cambio de nombre) es un tipo de documento legal formal por el cual te comprometes a renunciar a tu antiguo nombre y a utilizar uno nuevo a todos los efectos.

Los bancos, las oficinas de pasaportes y demás aceptan como prueba de tu nuevo nombre legal un certificado de cambio de nombre debidamente redactado y cumplimentado. La ventaja de cambiar tu nombre a través de un Deed Poll es que el uso del nuevo documento, acompañado de tu certificado de nacimiento, no te causará ningún problema de cara a órganos estatales u otras burocracias.

No necesitas justificar tu cambio de nombre.

¿Cómo hago el cambio de nombre exactamente?

No necesitas un abogado para solicitar un cambio de nombre. Deberás firmar la aceptación del nuevo nombre y la renuncia al antiguo ante un testigo mayor de edad.

El testigo también deberá hacer una declaración jurada en presencia de un abogado o de una persona que preste juramento.

Por supuesto, tendrás que aportar alguna documentación. Entre otras cosas, deberás aportar lo siguiente:

  • Copia certificada de la partida de nacimiento
  • Copia certificada de un documento de identidad con fotografía vigente (pasaporte, permiso de conducir o incluso certificado de naturalización)
  • En su caso, prueba de los nombres anteriores (por ejemplo, un certificado de nacimiento o de matrimonio, los cambios de nombre anteriores por escritura pública, certificado de naturalización)
  • En el caso de los ciudadanos extracomunitarios, un permiso de escritura emitida por el Ministerio de Justicia en virtud del artículo 9 de la Ley de Extranjería de 1935.

El coste del cambio de nombre es de unos 60 euros (timbre), sin incluir el IVA. Puedes encontrar toda la información en el sitio web oficial del gobierno irlandés.

Ahora bien, existe un requisito muy importante y tendrá que compensarte: para poder hacer todo esto, debes residir de forma habitual en Irlanda. Esto conlleva adquirir residencia fiscal, pagar allí impuestos y establecimiento tu centro de intereses vitales en Irlanda. Eso sí, si lo único que quieres es cambiar de nombre, siempre puedes renunciar a tu domicilio irlandés una vez completado el trámite de hacerte residente fiscal allí.

Sobre la residencia en Irlanda y el estatus non-dom

De todas formas, ser residente fiscal en Irlanda no tiene por qué ser una desventaja. Todo lo contrario. Hay formas de optimizar los impuestos en Irlanda, y es que no es de extrañar que el país figure en nuestra Enciclopedia Librestado del Emigrante, es interesante tanto por los impuestos, como por la posibilidad de educar a tus hijos desde el hogar.

Se considera que una persona es residente fiscal por el año fiscal concreto si se encuentra en Irlanda durante al menos 183 días en ese año, o bien 280 días entre ese año y el año previo, incluyendo un mínimo de 30 días en cada año. Si la persona no lo hace, no se convertirá en residente fiscal.

Por otro lado, si tras haber cumplido el primer año con el requisito inicial para convertirte en residente fiscal, deseas seguir siendo residente en Irlanda, pero no quieres pasar mucho tiempo en la isla, te interesará saber que tras el primer año de residencia fiscal, con pasar allí 3 meses y medio al año, ya te dan un certificado fiscal.

Como ya explicamos en otro artículos, el concepto de domicilio es fundamental en el derecho consuetudinario inglés, pero no se usa igual en el resto de Europa. Se remonta a la época del Imperio Británico, cuando muchos ciudadanos británicos servían en las colonias de ultramar.

El domicilio equivaldría al país con el que se mantienen los vínculos más estrechos. Suele ser el país de nacimiento del padre, salvo que se haya residido fuera de dicho país durante, al menos, 17 años.

Si uno establece su residencia por inmigración en la mayoría de países angloparlantes pero no tiene un domicilio en dicho país, puede reclamar una forma especial de tributación llamada «Remittance Base».

Non-dom viene del inglés y significa «no domiciliado».

Con esta forma de tributación, los ingresos extranjeros están exentos de impuestos a condición de que no se introduzcan ni utilicen en el país.

Más concretamente, esto significa que tendrían que gravarse no solo todas las transferencias a una cuenta en el país, sino teóricamente también el dinero en efectivo introducido en el país, las retiradas de dinero y los pagos con tarjeta. Solo el dinero utilizado para viajes o inversiones en el extranjero queda libre de impuestos.

En todos los países con un sistema non-dom resulta imposible evitar el pago de impuestos sobre, al menos, una pequeña parte de tus ingresos cada mes —ya que se asume que utilizas algo de dinero para cubrir los gastos mínimos de subsistencia—. Eso sí, si ganas por ejemplo un millón de dólares al año, puedes perfectamente introducir únicamente 70 mil en Irlanda y no pagar impuestos por el resto de tu dinero.

Sobre las sociedades limitadas irlandesas (LTD)

En el caso de que te decidas a crear tu sociedad en Irlanda, te alegrará saber que las Limited irlandesas pagan uno de los tipos más bajos de la UE: el 12,5 %.

Respecto al IVA, en Irlanda, si vendes por debajo de los 37 500 € en el caso de que ofrezcas servicios o 75 000 € si te dedicas al comercio de productos físicos no estarás obligado a cobrar ni contabilizar el 23 % de IVA correspondiente.

Las auditorías están dirigidas solo a las empresas más grandes, es decir, las que tienen más de 50 empleados, un balance total de 3,65 millones de euros o un volumen de negocios anual superior a 7,3 millones de euros. En el caso de las empresas más pequeñas, sólo se exigen auditorías si los balances anuales se presentan con grandes retrasos.

Si a esto le añadimos que constituir tu empresa en Irlanda viviendo allí es relativamente barato (unos 800 €), veremos que no hay muchas razones para no optar por registrar tu empresa allí.

Por último, pero no menos importante, no debemos olvidar que Irlanda es pionera en las nuevas tecnologías FinTech, que simplifican enormemente las transacciones bancarias y de pago, en especial para las empresas más pequeñas.

Los negocios irlandeses pueden, por ejemplo, obtener sin dificultad una cuenta de empresa SEPA a través del proveedor de servicios financieros PaywithFire, a nuestro juicio muy recomendable.

Paypal, Stripe y cualquier cuenta con bancos normales también estarían a tu alcance con una Limited irlandesa.

Puedes leer más sobre las sociedades irlandesas aquí.

¿Quieres pasar a la acción?

Si quieres cambiar de nombre de manera rápida y sencilla, puede que te compense establecerte en Irlanda. Allí puedes además aprovechar las otras ventajas que hemos enumerado a lo largo del artículo.

Para ciertos empresarios, Irlanda puede ser una excelente opción, especialmente si necesitan una sociedad de buena reputación y cuentas bancarias en la Unión Europea.

Si necesitas ayuda con todo esto, quizás quieras contratar una consulta Librestado.

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