Hasta ahora hemos hablado poco de los mini Estados europeos, de los que muchas veces se exageran sus bondades fiscales. Estos países, a veces considerados paraísos fiscales, en la mayoría de los casos (salvo Mónaco) ya no son verdaderos paraísos fiscales.
Y esto no es la única razón para poder preferir decantarse por otras opciones.
En algunos casos la emigración es muy difícil y, en otros, los impuestos son a más altos en los mini Estados que en otras alternativas para la residencia muchos más económicas y sencillas.